Los periodistas no somos malos, Doña Gobernadora
Hay que prepararse siempre para ser alguien en la vida
La gente rumora que alguien está estrenando ¡edificio!
Gustavo Cadena Mathey
(Premio Nacional de Periodismo otorgado por periodistas de la Ciudad de México)
Buen día, apreciado lector:
Caray, uno quisiera escribir “los versos más bellos esta noche”, o por ejemplo: “qué bien va el gobierno de la Doña”, para que vean que soy su cuate.
Pero resulta, distinguida Señora, que los periodistas no somos malos: desde chamacos nos quemamos los sesos para hacer un trabajo digno. Y qué cree, ni así nos ganamos el título de “enemigos públicos”.
A propósito de una anécdota que circula en redes: un pordiosero se topa con un ex compañero de primaria que le pregunta por qué anda tan andrajoso. El pobre responde que desde joven se drogaba y se juntaba con la banda. El otro, con ironía de la vida, le dice que a él le fue tan mal con sus padres —tan estrictos, tan “malos”— que no lo dejaban salir si no cumplía con sus obligaciones. Y gracias a esos “malos” padres, pudo tener profesión y trabajo decente.
Moraleja: a veces los regaños y los cuerazos son más útiles que los abrazos.
Así le cuento: mi padre era tan severo que nunca me negó los cuerazos. Un día me manda por unas llaves de tres cuartos. Yo, angustiado, pregunto: ¿a dónde? Y él, con la paciencia que lo caracterizaba, me responde: “¡a la farmacia, pendejo!”. Desde entonces me propuse ser alguien en la vida.
Ora, ¿se acuerda que le conté de Don Agustín Acosta Lagunes? Gobernador de Veracruz, que ni priísta ni político, pero aceptó ser candidato del PRI y terminó siendo gober. Como no estaba metido en la grilla, prefirió encargar a especialistas —los famosos “headhunter”— los cargos complicados. Qué coincidencia histórica, ¿no?
Y perdón, otro detalle: los periodistas, según Funcionactiva.com, somos “una profesión clave que conecta a las personas con la información que necesitan para tomar decisiones y comprender el mundo”. Pero claro, eso es lo que dicen las redes. En la práctica, parece que somos más bien estorbos para algunos gobiernos.
En fin, respetable Señora, ya sustituya a esos colaboradores que cobran sueldotes por otros que al menos desquiten la nómina. Usted y los veracruzanos saldrán ganando. Incluso su cuatacha la Presidenta podría reciclarlos como embajadores, o en algún encargo honorífico, como el del ilustre don Cui Cui.
INEA estrenará oficinas en la Nuevo León
Oiga, hablando de don Cuitláhuac, el ex gobernador y mi ex vecino de la calle Chihuahua, sus malquerientes de la calle Nuevo León le atribuyen la propiedad de un edificiote levantado de la noche a la mañana en su gobierno. Al reportero no le consta, pero sí le llamó la atención que este jueves los pintores pintaban en la marquesina del flamante coloso de seis pisos el nombre del INEA.
O sea, ahí estarán las oficinas federales que educan y apoyan a los viejitos… y de paso ayudan a mejorar la economía del dueño, ¿no?
En fin, se trata de ayudar al prójimo, así lo dictan los mandamientos de la ley de Dios.
Que el lector tenga paz y armonía en su hogar. Cuide el agua. Cuide las plantas. Y sí, también la democracia. ¡Aguas!
gustavocadenamathey@hotmail.com
