Línea
Política
Agustín Contreras Stein
XALAPA,
capital del Estado de Veracruz, fue elevada a categoría de ciudad en el año de
mil ochocientos treinta. En ese entonces los cuatro barrios que la integraron,
no necesitaron de un ordenamiento vial como el que ahora requiere. La ciudad ha
crecido considerablemente, sin que se tomaran ciertas previsiones relacionadas
con el número de vehículos que ahora circulan por sus reducidas calles. Existen
más de trescientos mil vehículos, tomando en cuenta los que se han registrado
en la ciudad y los que provienen de la zona metropolitana. Esto representa para
la ciudad de Xalapa, un verdadero problema, lo que ha generado un caos
vehicular de manera constante. Ya no son los fines de semana, sino todos los
días y en cualquier zona o colonia capitalina. Los espacios para los
estacionamientos en las calles ya se han agotado, porque, aparte de todo esto,
la mayoría de las casas habitación no cuentan con los espacios para guardar
vehículos, de ahí que gran parte de ellos se quedan, prácticamente, en la
calle.
Xalapa,
ya tiene, en estos momentos una grave crisis vial que pide a gritos una
solución. Sin embargo, ninguno de los tres niveles de gobierno, le ha querido
entrar a resolver esta situación. El costo que representa encontrar alivio vial
es muy alto, por lo que cualquier inversión que se realice, representa millones
de pesos que en estos momentos podría ser difícil aplicar.
Pero,
el asunto no puede esperar más. Cada día que pasa se multiplica el problema
para la movilización, generando pérdidas económicas y de tiempo,
independientemente de todos los problemas sociales que implica.
Xalapa,
tiene que ser atendida en este aspecto con la participación de todos, pero de
manera especial los que tienen el recurso necesario, por lo tanto, el
municipio, el Estado y la federación, tienen la palabra.
Mientras
tanto, los responsables de la vigilancia vial, tienen mucho trabajo qué hacer.
Tránsito del estado y municipal tienen que destinar mayor presupuesto para
personal que ayude a resolver los embotellamientos, vigilando constantemente
los puntos más críticos de la ciudad y en las horas más difíciles para el
tráfico vehicular.
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FURIOSO
Y FUERA DE CONTROL
EL
DIPUTADO HÉCTOR YUNES, ofreció un desagradable espectáculo en las instalaciones
del congreso local. Totalmente fuera de control, el legislador reprocho al
secretario de finanzas del gobierno del Estado, haber ofendido a una
legisladora panista. El alboroto fue mayúsculo al grado de que se pidió
intervinieran los elementos de seguridad, lo que no se llevó a cabo por la
retirada inesperada del Diputado Yunes Landa. Ante tan extraña actitud del
legislador, se debieran investigar los hechos y esclarecerlos correctamente,
porque se pone en evidencia, principalmente, al propio recinto legislativo.
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LOS
INFILTRADOS
EN
LA MARCHA del sábado quince de noviembre, donde participaron los jóvenes de la
generación Z, para protestar en contra del gobierno de la cuarta
transformación, los infiltrados fueron los que integran el bloque negro, un
brazo ejecutor de violencia que, al parecer, está plenamente identificado con
el gobierno federal. Incluso, se mostraron imágenes donde estos elementos
fueron llevados hasta el zócalo de la ciudad en vehículos oficiales, por lo que
no va quedando duda de que su participación fue pagada para generar actos
violentos dentro de la manifestación pacífica de los jóvenes y de otras
organizaciones que no forman parte, precisamente, de esta generación. Los
infiltrados están, pues, al servicio del gobierno y cada vez que se convoca a
un movimiento de esta naturaleza, aparecen para atemorizar a los manifestantes
y generar, al mismo tiempo, caos en la ciudad.
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Y
EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
