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lunes, 24 de noviembre de 2025

Periodistas podrán ir a la cárcel con la nueva ley de extorsión


IMPRONTA

Carlos Miguel Acosta Bravo*

El artículo 17 de la nueva Ley de Extorsión en México ha generado preocupaciones importantes sobre su impacto en la libertad de expresión, particularmente por criminalizar a dueños de medios de comunicación, editores y periodistas que emitan críticas a las acciones del Gobierno de la Cuarta Transformación. Esta medida puede interpretarse como una forma de censura, ya que utiliza un marco legal penal para sancionar las expresiones críticas legítimas y el ejercicio del periodismo independiente, lo cual contradice los derechos consagrados en la Constitución Política de México, especialmente el artículo 7 que garantiza la libertad de difundir opiniones sin censura previa.

Varios expertos y organizaciones defensoras de la libertad de prensa han advertido que este tipo de disposiciones pueden transformarse en un mecanismo para intimidar y silenciar voces incómodas, al equiparar la crítica al poder con un acto delictivo como la extorsión. Esto genera un clima de autocensura y amedrentamiento en los medios y periodistas, deteriorando el derecho de la sociedad a estar informada y a la pluralidad de opiniones en un estado democrático. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) incluso ha señalado ambigüedades en esta ley que podrían dar lugar a restricciones indebidas a la libertad de expresión, y está trabajando para presentar acciones de inconstitucionalidad que protejan este derecho fundamental.​

La aplicación del artículo 17 en este contexto puede ser vista como una falta grave a la libertad de expresión, constituyendo una vía indirecta de censura que daña los pilares democráticos del país al penalizar la crítica y limitar la labor de la prensa independiente, en flagrante contradicción con la Constitución mexicana.​

El Artículo 17 de la nueva Ley de Extorsión tendría efectos particularmente negativos sobre el periodismo de investigación en México. Al criminalizar críticas a las acciones del gobierno —una parte fundamental del trabajo periodístico independiente— este artículo puede funcionar como un mecanismo de intimidación y censura indirecta. Los periodistas de investigación, que se dedican a revelar casos de corrupción, abusos de poder y malas prácticas gubernamentales, podrían enfrentar acusaciones penales bajo ese marco, lo que genera un riesgo legal elevado y una presión para autocensurarse.

Esto afectaría la capacidad de la prensa para cumplir su función esencial de vigilancia y rendición de cuentas en una democracia, ya que las investigaciones profundas y reveladoras se verían obstaculizadas por el temor a represalias judiciales y económicas. También podría provocar un clima de autocensura y reducción en la pluralidad informativa, limitando el derecho del público a recibir información veraz y crítica sobre temas de interés público.

Organizaciones defensoras de derechos humanos y de libertad de expresión han advertido que esta disposición afecta directamente el trabajo de periodistas de investigación, poniéndolos en una situación de vulnerabilidad legal y riesgo personal, y minando el periodismo como pilar fundamental para la transparencia y la democracia en México.

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cacostabravo@yahoo.com.mx

 

*Maestro en comunicación por la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del cuerpo académico de la Licenciatura en comunicación, así como de la Universidad Anáhuac, campús norte de CDMX.