DE PRIMERA MANO
*Jaqueline Jongitud, señalada
*¿Merece eso la Universidad?
*Recomendación de CEDHV, rechazada
Por Omar Zúñiga
Recientemente se conoció la
Recomendación 04 emitida por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de
Veracruz por la violación de los Derechos Humanos en contra de una víctima de
identidad resguardada, empleada de la UV, adscrita la Secretaría de Desarrollo
Institucional (SDI); violación que además se acreditó como acoso laboral y por violación
a la integridad personal en relación con el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y derecho al
trabajo.
Lo peor de todo esto, es que fue la
víctima fue violentada ¡por otra mujer!, pues a pesar de que en la versión
pública de la Recomendación se testa el nombre de la titular de la Secretaría
de Desarrollo Institucional, los datos de tiempo y espacio corresponden a su
titular, Jaqueline del Carmen Jongitud Zamora.
Pues bien, el expediente que dio lugar a
la Recomendación comenzó el 30 de marzo del 2023, hace casi dos años, con un
escrito de queja interpuesto por la víctima “por hechos que considera
violatorios de sus derechos humanos y que atribuye a personal de la Universidad
Veracruzana, tanto a Jaqueline Jongitud como a quein fuera su secretaria
particular; a ellas va dirigida, aunque sus compañeros de trabajo también le
hicieron ver su suerte, por no quedar mal con Jongitud.
Resulta que la víctima, con una
experiencia en la UV de 14 años en ese momento, a partir de agosto de 2021
estuvo adscrita a la SDI, siete meses antes de que llegara Jongitud Zamora
como titular y quien se convirtió en su jefe inmediato (en genérico) y superior
jerárquico.
De entrada, le prometieron el oro y el
moro, reasignándole tareas de acuerdo a su perfil profesional y académico, con
posgrado incluido, como “representante jurídico” de la dependencia, incluida
por supuesto la compensación económica correspondiente, por el incremento en el
horario laboral y las tareas encomendadas, sin embargo, Jaqueline no cumplió su
palabra y otorgó una compensación -que no correspondía con el salario del puesto encargado-, hasta el 16 de agosto
de ese año, es decir seis meses después.
Y esa luna de miel al parecer terminó
con la llegada de la compensación, pues precisamente a mediados de agosto de
2022 “la situación empezó a cambiar, el trato hacia mi persona se tornó con
molestia, indiferencia y de manera despectiva en las reuniones de trabajo”
aunque en una reunión “con todos los asistentes fue despectiva, altanera,
impositiva, irracional y antes de terminar la reunión, se levantó muy molesta y
dejó a todos los asistentes desconcertados por su actitud”.
Y como hablando se entiende la gente, la
víctima se acercó con “la doctora” (Jaqueline tiene el grado de doctora) para
conocer el porqué de la actitud; la respuesta fue porque “no le dije que un
lugar de estacionamiento (sic) estaba designado para la Dirección del Sistema
Universitario de Gestión Integral del Riesgo (SUGIR)”.
En resumen, la víctima ofreció su
renuncia al cargo y le dijo a “la doctora” “que buscara a alguien de su
confianza” para sustituirle, a lo que Jaqui respondió que "no, no es para
tanto, seguimos igual" y efectivamente la cosa siguió igual, pero en el
trato déspota y autoritario.
La gota que derramó el vaso fue decirle
a Jaqui que no tenía la razón en un trabajo asignado, que era ella y no la
víctima quien estaba en un error. Craso error ante la intolerancia.
Sin embargo, el verdadero acabose fue en
una reunión en la que, para variar, Jaqui exhibió y maltrató verbalmente a la víctima en público, por lo que uno de
los directores se acercó a ella, quien aprovechó para desahogarse y buscar
apoyo, sin embargo el funcionario ni tardo ni perezoso, fue a buscar a Jongitud
para contarle. Fue de chiva, pues.
A partir de ese momento, Jaqueline
Jongitud de manera inmediata notificó por escrito a la Abogada General de
la UV que la víctima dejaba su designación y el 10 de noviembre, un día después
de hacerlo público, se le notificó a la víctima por escrito, que dejó de fungir
como representante jurídico "desde el día 9 de noviembre de 2022”.
A partir de ese momento también empezó
otro infierno para la víctima, pues le empezaron a asignar tareas que, más allá
que nada tenían qué ver con su perfil profesional y lo puede realizar cualquier
becario o joven de trabajo social, el objetivo real era “minimizar mis
capacidades profesionales y tienen el fin de hacerme sentir incapaz de pensar”.
La chamba asignada era, por ejemplo,
copiar y pegar “de un archivo word o pdf, a unas tarjetas media carta, formato
A5, la misma información; copiar artículo por artículo de un Reglamento
universitario en una tabla de 2 columnas; o bien teclear de nuevo el directorio
telefónico de cada uno de los funcionarios de la unidad central (Rectoría, las
tres Secretarías y algunas otras dependencias) donde debo insertar nombre,
cargo, teléfono, correo institucional, teléfono y extensión, datos que ya
existen en la página web de la institución, por citar algunas actividades”.
Además que las tareas eran de ese tipo,
también eran extenuentes y enocasiones, sin nada que ver con el objetivo de la
SDI, ni siquiera de la Universidad, “como la Ley General de Asentamientos Humanos,
Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, la Ley de Instituciones de
Seguros y Fianzas, Ley del Seguro Social, Ley del INFONAVIT”.
El trato de Jaqueline redundó en el
deterioro en la salud física y mental de la víctima, que como consecuencia, recibió
múltiples tratamientos y licencias médicas, que sufre hasta la fecha, por enfermedades
crónicas ocasionadas por las condiciones laborales.
Pero Jaqueline no cejaba en su objetivo
e incluso le pedía trabajo –siempre a través de su secretaria particular- con dead
lines en sus fechas de entrega, incluso cuando la víctima se encontraba en
sus licencias médicas.
Para buscar una mejora en sus
condiciones de trabajo y en su salud, pidió a “la doctora” un cambio de
adscripción, con fecha 17 de enero de 2023.
A través de oficio, en menos de 24
horas, Jaqueline daba respuesta a través del oficio SDI075/01/2023 en le que le
informaba que "me veo imposibilitada a responder de forma positiva a su
solicitud, aunque lamento el estado de salud en el que se encuentra y espero
tenga una pronta recuperación, pero solicito a usted atentamente se incorpore a
sus actividades, para que nos apoye con las tareas que se requieren en esta
dependencia" (sic).
Este asunto llegó incluso a la oficina
del rectorcito Gerardo Martín Aguilar, el 14 de febrero de 2023, para
pedirle su intervención directa para el cambio de adscripción, a lo que en
respuesta, Martincillo envió a su esposa el 6 de marzo “para platicar sobre mi
estado de salud” al final el consejo de la señora fue que la víctima “pidiera
una licencia sin goce de sueldo”, para atenderse.
Comentario al calce, la señora no tiene
ningún cargo en la estructura de mando de la Universidad, por lo que se infiere
que fue enviada de Marticinillo o de Jaqueline, o de ambos, pero lo más grave,
es que el caso trasncedió la esfera oficial.
Al final, la queja se integró y lleva
unos dos años, lapso durante el cual, por ejemplo y documentado por la CEDH, Jaqueline
Jongitud Zamora, secretaria de Desarrollo Institucional de la UV, acudió
personalmente a los consultorios de cada médico tratante de la víctima para
requerir información sensible sobre ella, “con el presunto objetivo de otorgar
más información a esta Comisión, pues en el resultado de dichas visitas dadas a
conocer por la servidora pública únicamente se advierte un interés por
perjudicar y desacreditar a la víctima”.
Además, entre las dilligencias
realizadas por la CEDH para la investigación, ek encargadi de la misma se
trasladó al “centro de trabajo en cuestión (SDI) para recabar entrevistas al
personal que allí labora –de acuerdo a su competencia legal-, pero dicha diligencia
fue impedida por autoridades de la Universidad Veracruzana “bajo condiciones no
establecidas en la ley”.
Por estas razones, no se entiende que la
UV haya rechazado la recomendación (como se informó oportunamente en este
espacio el 21 de febero pasado), con el argumento de que la CEDH “desechó
pruebas sin analizarlas, retomó aspectos laborales que están fuera de su
competencia y violentó el debido proceso”.
Sin embargo y tanto sabían que lo que
hicieron fue una verdadera atrocidad, que el 14 de abril del 2023, Martincillo
autorizó el cambio de adscripción, que mucho antes fue solicitado por la
víctima.
Una de las resoluciones que instruye la
CEDH es inscribir a la víctima en el Registro Estatal de Víctimas. Uuufff.
Es de todos conocido dentro de la
Universidad Veracruzana que Jacqueline Jongitud es de “carácter fuerte”,
pero también es conocida su intransigencia; que busca por su posición
jerárquica pasar sobre sus subordinados, “se conduce en forma altanera contra
las personas que laboramos con ella, olvidando que ella como yo, somos mujeres
y merecemos el mismo trato y respeto como personas, independientemente de la
posición de jerarquía administrativa que temporalmente posee”.
Como dice el expediente, encargar tal
actividad excesiva “demuestra que la Secretaria (Jongitud Zamora)
desconoce siquiera la estructura de la Universidad, así como las funciones y
atribuciones de su misma Secretaría y de las demás dependencias universitarias,
pues de conocerlas, bastaría con que ella navegara un poco la página web de la
propia Universidad y leyera un poco la legislación universitaria”. Parafraseando
al gran Cat Morales: ¡Mocos Petra!
Hoy en día, Jaqueline es una de la
aspirantes a suceder a Martincillo en la Rectoría de la UV.
La gran pregunta, es, si merece la
Máxima Casa de Estudios y el mismo estado de Veracruz, que una persona como
ella, pueda estar al frente de la UV, cuando lo que urge en la Universidad, es
sacarla del ostracicsmo en que se encuentra hundida y no sobajar a la gente que
trabaja en y para la institución,
¿Cuál sororidad?
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Para documentar el optimismo, el
secretario de Gobierno Ricardo Ahued dijo que siempre serán respetuosos
y estarán atentos a lo que determine la Comisón Estatal de los Derechos Humanos
de Veracruz, sobre la atención a las víctimas en el caso de los abusos
policiales en Totalco en el año en julio de 2024, cuando estaba al frente del
gobierno, el tristemente célebre inútil de Cuitláhuac García.
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Y ya con esta me despido… Marcela
Galván quien fuera Secretaria Particular de Jaqueline Jongitud, y su
inconcional para ejecutar las órdenes contra sus subordinados, como en el caso
de la Recomendación 04 de la CEDHV, a la postre recibió de Jongitud Zamora
el mismo trato que ella operó. La jefa se cansó de ella, le quitó la compensación
y le hizo la vida imposible; pero hoy Galván también está involucrada en la multicitada
Recomendación. Uuffff.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com