¿Somos congruentes con nuestra existencia?
¿Asumimos plenamente la realidad que nos ha
tocado vivir?
O, como es frecuente solo vemos, ¿lo que queremos
ver?
Desde esta perspectiva, es oportuno recordar,
que siempre estamos frente al dilema, de ser o no ser fieles a la realidad.
De los innumerables temas que podemos y
debemos abordar.
De la multitud de ideas que renuevan y crean,
muestran y difunden, tanto la impresionante revolución tecnológica, como la
fortalecida comunicación social e individual; de esas, al alcance y uso de
todos, a través de medios de comunicación (nuevos y viejos), hay algunos temas
que vale la pena abordar, comentar y reflexionar.
En esta ocasión, se aborda una idea simple y
sencilla, que muestra en mucho, quienes somos y que sentido de justicia y
reconocimiento tenemos del trabajo, obras y aportaciones de otras personas y
grupos sociales.
Tal es el caso de identificar y estimular, lo
que se propone hacer para mejorar; lo que se hace bien y resulta en logro o
avance; o incluso, hasta lo que se reconoce y acepta, como intento serio y
responsable.
TRABAJO RESPONSABLE, EN AUMENTO Y SIN DESCANSO.
En esta perspectiva, se debe entender, apoyar
y fortalecer, el trabajo perseverante y
puntual, que desde siempre, pero más desde casi un año y medio, se ha vuelto
más relevante y notorio por las incontables vidas que ha salvado
Trabajo que ellas y ellos, realizan en el
sector salud, con responsabilidad, atención y entrega; trabajo siempre presente
en medicina, enfermería y trabajos de apoyo del sector
salud.
Esfuerzo agobiador y creciente, que día con
día, momento a momento, se hace presente, frente a enfermedades o pandemias, padecimientos
o terapias. Notoria dedicación y
atención, que apoya conservación o
recuperación de la salud de la gente, reafirmando esperanza y confianza en la
vida.
De ahí, que es importante pasar, del
sustentado reconocimiento público a quienes realizan este tipo de esfuerzo
cotidiano, a la petición de apoyo real y fortalecimiento efectivo a su trabajo.
La cuestión es simple. Es importante, pasar de las palabras a los hechos.
Para hacerlo, he aquí algunas propuestas.
-
Asegurar, un mayor apoyo
presupuestal e institucional, a organismos y dependencias gubernamentales que
ofrecen servicios de salud.
-
Aprobar, cuanto antes,
tanto mayores sueldos y mejores prestaciones, como estímulos y reconocimientos,
a profesionales de enfermería, medicina, y todas las especialidades involucradas,
así como a todos los trabajadores del sector salud, tanto público como privado.
-
Impulsar, estrecha coordinación
y mayor apoyo efectivo, con el sector educativo, para asegurar y mejorar una
renovada cultura de la salud, individual y colectiva. La educación en salud es
vital para sobrevivir y mejorar la existencia; debe iniciarse desde la infancia,
prolongarse toda la vida de cada persona, y otorgarse a las futuras
generaciones, en forma de experiencia y conocimiento, de lo padecido, conocido
y comprobado.
-
Establecer y fortalecer,
más y mejor integración, comunicación y coordinación, entre los ámbitos de
gobierno (federal, estatal, municipal y autónomo), para asegurar y ofrecer
servicios de salud, en cantidad y calidad suficientes.
-
Replantear y fortalecer
la vinculación y participación, de Universidades Públicas e Instituciones de
Educación Superior, en la enseñanza, aplicación, investigación, difusión,
creatividad e invención del conocimiento teórico y aplicado de las ciencias de
la salud.
-
Establecer los mecanismos
y procedimientos accesibles y seguros, para ofrecer medicamentos, terapias y
servicios, necesarios para conservar, fortalecer o recuperar la salud humana.
-
Considerar y atender los
aspectos socioemocionales que la población debe tener y atender.
Frente a la problemática presente y futura, que en muchos aspectos se
atiende y controla, se debe reconocer que la cobertura, cantidad y calidad de
los servicios de salud aún son insuficientes, ya que buena parte de la
población no tiene acceso, ni es atendida. Está excluida, y no puede atender o
curar, sus enfermedades y padecimientos. Porcentaje de desatención e
insuficiencia institucional, que puede aumentar ante los efectos pandémicos, la
multiplicación de contagios; y más, ante insuficiencias presupuestales,
carencia o mal estado de infraestructura, ausencia de profesionales, etc.
A su manera y de acuerdo a sus capacidades, condiciones y recursos, cada
país enfrenta estos complicados problemas. Mientras, en aumento, contagiados,
afectados y muertos; y también, los que se atienden y recuperan. Las batallas
siguen y seguirán. Importante apoyar a los que apoyan. No están ni estarán
solos.