"Lámpara es tu Palabra para mis pasos, una luz en mi sendero" (Sal 119, 105)
I Domingo Adviento. Ciclo A
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Este domingo 30 de noviembre iniciamos en la Iglesia Católica un nuevo año litúrgico, con el periodo del ADVIENTO. El término ADVIENTO significa "presencia", "llegada", "venida" o “visita”.
Con el ADVIENTO celebramos en la Iglesia la presencia de Dios. Dios está en medio de nosotros, es el Emmanuel, el Dios con nosotros. Dios ha decidido caminar con la humanidad, recorriendo las etapas de la vida humana, para que toda nuestra existencia pueda ser elevada a las alturas de Dios.
El Adviento (venida de Jesús), comprende tres dimensiones, una es de tipo histórico y se refiere al misterio de la Encarnación con el nacimiento de Jesús, otra es de tipo escatológico, se refiere a la segunda venida de Jesús rodeado de sus ángeles y de su gloria y por último la venida cotidiana, la de todos los días, que nos lleva a la bella experiencia del encuentro con Dios.
Un rasgo que caracteriza el Adviento es el tema de la ESPERA, espera que vivida con fe se convierte en ESPERANZA. El Adviento es, por excelencia, el tiempo de la esperanza. Cada año, se renueva en el corazón de los católicos que, mientras se preparan para celebrar la gran fiesta del nacimiento de Cristo Salvador, reavivan la esperanza de su venida gloriosa al final de los tiempos.
El evangelio de este domingo (Mt 24, 37-44) forma parte del discurso escatológico de San Mateo donde entre otras cosas, se anuncia la segunda venida de Jesús. La finalidad de este discurso no es describir el futuro sino invitar a los discípulos para estar preparados mediante la vigilancia activa. Es muy importante que el discípulo sepa el camino que debe recorrer para no comprometer su futuro. Lo que cuenta en definitiva es cómo vivimos aquí y ahora.
Jesús nos invita a vivir atentos a los signos de los tiempos; a no dejarnos atrofiar por el activismo, la ligereza, la superficialidad y la incoherencia. Es necesario mantenerse vigilantes y despertar la fe con responsabilidad personal y social. La única certeza que Jesús anuncia es que el Hijo del hombre vendrá de nuevo en el momento más insospechado y en medio de la normalidad, por eso uno debe estar atento y vigilante.
Esta vigilancia activa implica al menos tres cosas, ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS que nos orienta continuamente, HACER ORACIÓN personal, en grupo o en familia para alimentar nuestra comunión con Dios y PRACTICAR LA CARIDAD, se trata de la solidaridad con quien nos necesita o sufre situaciones de miseria y está pidiendo siempre la ayuda de los demás. La vigilancia activa nos permite prepararnos para la llegada del Señor en este tiempo del adviento. ¡Ven Señor Jesús!
