CAFÉ DE MAÑANA
Por José Luis Enríquez Ambell
La cultura de las marchas y manifestaciones, y el reclamo social por las razones que sea, son concentraciones que, además de la necesidad de toda una movilización logística y operativa, también requieren de ayuda con financiamiento propio de quienes se expresan u otras vías, pero igual cabe decir que el objetivo del reclamo puede ser justo o no, y esto ya es otra cosa.
Otros escenarios similares hemos visto en recientes tiempos por empujamientos de la ciudadanía, como el sábado anterior por la llamada "Generación Z".Y aquí es importante destacar que expresiones y manifestaciones “libres”, y “sin acarreados”, son muestra de cómo se ha ido cimentando la cultura entre la población en ese sentido, y que incluso ha llevado a que se convoquen en más de una edición.
Las marchas, con el paso del tiempo, se han venido organizando en los mejores términos y, por eso, resultan una cultura a reconocer de las movilizaciones para el reclamo social, “y ya es evidente que han bajado en la intensidad en términos de la agresión a las personas y a los inmuebles”, lo cual es un gran avance social.
Y habremos de coincidir en que se observa ya la existencia de una especie de mejor madurez en “la cultura de las movilizaciones sociales y hasta en el reclamo ciudadano”, y así todos deseamos se reconozcan por ser en forma pacífica —sea justa o no— y se entiende es para mostrar músculo político de algunas fuerzas, aunque se diga lo contrario, pero el que no sea con un ánimo agresivo ya es ganancia.
La llamada generación Z parece que ha sido quien levantó la voz y convocó a miles de las personas que el sábado anterior salieron a las calles en diversos puntos del país. Y se dice que para clamar por demandas en lo social, y estás sintetizadas entorno a la preocupación por la creciente inseguridad y el descontento con los partidos tradicionales y el Gobierno Federal, y la movilización ha llevado a las calles a personas de todas las edades, y no solo de los nacidos hace 20 años.
Algunos se agarran del reclamo de búsqueda de la revocación del mandato de la Presidenta Sheinbaum, y del traumático asesinato a balazos del exalcalde de Uruapan Michoacán Carlos Manzo, hecho que volvió a poner en el centro de la mesa en terminos de la agenda, a la inseguridad.
Incluso la Sra. Presidenta de México presentó hace unos días un informe en el que asociaba el movimiento del sábado pasado a toda una campaña internacional en las redes promovida por los opositores y algunos empresarios mexicanos.
Cabe decir que durante el sábado han ondeado las banderas piratas de One Piece, la serie de anime donde sus protagonistas enfrentan a gobiernos y que la generación Z ha asumido como propia.
Y esa bandera fue izada frente al parlamento de Nepal cuando manifestantes irrumpieron y prendieron fuego al edificio en septiembre pasado, "y ahora la usan en los movimientos juveniles globales conocidos como algunas protestas Gen Z y una especie de símbolo de resistencia".
Tengo la impresión, que el aparato logístico diseñado entre las organizaciones civiles que convocaron y el dispositivo de la seguridad oficial en varías ciudades, no llevaron a mayores daños sufridos por los habitantes ni en sus bienes.
Y es que las marchas de hoy no son aquellas con antecedentes graves por daños y pérdidas económicas que causaban a la población, al comercio, las afectaciones a negocios y hasta a viviendas. Y es que hoy es diferente, debe reconocerse, más allá de que se acepten, critiquen o se crean justas o injustas, pues hay mayor y mejor conciencia social, y menos polarización en la sociedad.
"Las actuales marchas son sin insultos", y toda movilización será mejor siempre que así sea y, sobre todo, con un reclamo social sin causar daños a los bienes y a las personas.
Aprecio, en relación al pasado sábado, tres bloques humanos: “el régimen en diversas expresiones”, “la oposición partidista bastante confundida” y “la sociedad civil real y de verdad, con ganas de discutir cambios y transformaciones que se viven y se buscan"
DE SOBREMESA
La izquierda —me decían alguna vez Don Gonzalo Martínez Corbalá y el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano— “promueve movimientos con un carácter progresista y tiende a dar respuestas nuevas a los problemas existentes, y así se va dibujando una arquitectura democrática que transforme”. Así que, la cultura de las marchas ya veremos si contribuyen o no, “pues nada es igual con el paso del tiempo”, nos decía Don Gonzalo a sus colaboradores y amigos.
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