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jueves, 13 de noviembre de 2025

Edificios abandonados deterioran la imagen del Centro Histórico del puerto de Veracruz


VERACRUZ, Ver., 2 de noviembre de 2025. — El deterioro urbano en el primer cuadro del Centro Histórico del puerto de Veracruz se ha convertido en un problema visible y preocupante. Decenas de casas y edificios antiguos, algunos en ruinas, permanecen abandonados desde hace años, sin que hasta el momento exista un censo público o una estrategia integral por parte del ayuntamiento para atender su conservación o rehabilitación.

Los inmuebles en cuestión —ubicados principalmente en calles aledañas al zócalo y al malecón— representan no solo un daño a la imagen urbana del principal destino turístico de la entidad, sino también un riesgo para los peatones que transitan por banquetas junto a construcciones con muros fracturados, techos colapsados o estructuras a punto de derrumbarse.

Según testimonios de vecinos y comerciantes del centro, la mayoría de estos edificios se encuentran abandonados debido a dos causas principales: la falta de recursos económicos de sus propietarios para realizar labores de mantenimiento, y el burocratismo excesivo que enfrentan al intentar restaurarlos por encontrarse dentro del perímetro considerado “zona de patrimonio histórico”. Aunque no todos los inmuebles poseen valor arquitectónico o relevancia histórica comprobada, su ubicación dentro del Centro Histórico obliga a los dueños a solicitar permisos y cumplir con procedimientos administrativos que suelen ser largos y costosos.

A la fecha, no existe información pública que confirme si el Ayuntamiento de Veracruz cuenta con un registro actualizado del número de edificaciones en abandono o en riesgo estructural. Tampoco se ha precisado si la Dirección de Protección Civil municipal o el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han realizado inspecciones recientes en la zona. La falta de coordinación entre autoridades municipales, estatales y federales agrava la situación.

Especialistas en conservación urbana consultados por este medio coinciden en que la problemática requiere una acción conjunta. “El abandono del patrimonio edificado no solo afecta la seguridad de los ciudadanos, sino también la memoria visual y el atractivo económico del puerto”, señaló un arquitecto veracruzano con experiencia en proyectos de restauración. Agregó que “muchos propietarios simplemente no pueden costear las reparaciones y prefieren dejar que el tiempo destruya los inmuebles”.

El impacto de este abandono se refleja en la percepción social. Visitantes nacionales y extranjeros, al recorrer el centro, se encuentran con fachadas descascaradas, muros con grafitis y estructuras deterioradas que contrastan con los edificios rehabilitados del malecón y la zona turística. Comerciantes y habitantes del área coinciden en que el descuido urbano desalienta el turismo y contribuye a la inseguridad, pues algunos de estos espacios son utilizados como refugio temporal por personas en situación de calle o como puntos de riesgo sanitario.

La Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, en su capítulo sobre responsabilidad social de los medios, establece la obligación de promover contenidos que fortalezcan la cultura cívica y el respeto al entorno urbano. En ese sentido, la denuncia pública sobre el estado del Centro Histórico busca generar conciencia ciudadana y exigir la intervención coordinada de las autoridades competentes.

El hecho de informar sobre el deterioro de espacios públicos no debe tener un fin alarmista, sino constructivo. En ese contexto, la sociedad veracruzana plantea alternativas viables: desde campañas de limpieza y pintura, hasta la implementación de incentivos fiscales para propietarios que restauren sus inmuebles o los destinen a proyectos culturales y comerciales sustentables.

Por su parte, expertos en gestión patrimonial subrayan que el rescate de estos espacios no necesariamente implica grandes inversiones. “Con una estrategia de mantenimiento básico y un programa de pintura de fachadas se podría mejorar significativamente la imagen del centro”, opinó otro especialista. Sin embargo, advirtió que “sin una política pública clara, los esfuerzos aislados resultan insuficientes y el deterioro continuará avanzando”.

El Centro Histórico de Veracruz, declarado zona de valor histórico por el INAH, comprende alrededor de 200 manzanas con edificaciones que datan de finales del siglo XIX y principios del XX. Aunque su potencial turístico es enorme, su descuido amenaza con convertir el corazón del puerto en una zona de ruinas urbanas.

Hasta ahora, el Ayuntamiento no ha emitido un comunicado oficial respecto a la posibilidad de iniciar un programa de rescate o limpieza de fachadas. Mientras tanto, caminar por sus calles principales —como Independencia, Zaragoza o Landero y Coss— revela un paisaje donde conviven la historia, el abandono y la desidia administrativa.

En un puerto que ha sido símbolo de apertura, comercio y vida cultural, el estado actual de sus edificios históricos constituye un recordatorio del paso del tiempo, pero también de la urgencia de políticas públicas efectivas que preserven la identidad y el patrimonio visual de Veracruz.