IMPRONTA
Carlos Miguel Acosta Bravo*
En 2026 está prevista la revisión del TMEC para decidir su renovación o ajustes. México y los otros socios concluyeron consultas públicas para diseñar su estrategia. Sin embargo, se perfila no solo una revisión técnica sino una posible renegociación total promovida por Estados Unidos bajo la administración Trump, que busca condiciones más favorables para su manufactura, comercio agrícola e inversión extranjera.
La actual segunda presidencia de Trump enfrenta una baja aprobación con solo 38% y alta desaprobación (62%), lo que puede afectar su capacidad negociadora. Asimismo, se registró una queja de CEOs estadounidenses ante la politización del sistema judicial mexicano, reclamando protección para las inversiones y mecanismos de arbitraje independientes frente a cambios judiciales recientes.
El TMEC contempla reglas específicas sobre el origen de los productos para recibir beneficios arancelarios. Se esperan controles más estrictos para la exportación desde México, lo que puede complicar la cadena productiva y el comercio preferencial si no se adaptan bien las empresas.
El clima de inversión en México se ve afectado por reformas constitucionales y una percepción de riesgo asociada a un ambiente regulatorio y judicial menos predecible. Esta incertidumbre puede dificultar confianza y decisiones de inversión extranjera directa, pese a la importancia del TMEC para la economía mexicana.
El escenario de negociación del TMEC para México en 2026 es de alta incertidumbre política y comercial. Hay presiones desde Estados Unidos para renegociar con nuevos términos, han formulado importantes críticas a la judicialización percibida, desafíos en el cumplimiento de reglas de origen y un entorno de inversión más cauteloso. México deberá preparar una estrategia sólida y unificada para defender su competitividad y asegurar la continuidad y beneficios del tratado.
La baja aprobación de Donald Trump, con solo 38% de apoyo frente a un 62% de rechazo en 2025, influye en la probabilidad de una renegociación total del TMEC de varias maneras clave: Presión política interna: La baja popularidad y desaprobación de sus políticas comerciales, especialmente los aranceles, generan descontento no solo en votantes demócratas sino también dentro de su propio partido. Esto puede llevarlo a adoptar una postura más agresiva en la renegociación del TMEC para mostrar resultados visibles que recuperen apoyo, lo que incrementa la posibilidad de una revisión o renegociación más dura.
El presidente Trump ha usado con frecuencia los aranceles y la amenaza de medidas proteccionistas como herramientas de presión para conseguir concesiones comerciales. La disminución de su aprobación puede incentivarlo a presionar a México y Canadá a aceptar términos más estrictos o ajustar el tratado para proteger empleos y reducir el déficit comercial, en línea con su política "America First".
La baja aprobación también se traduce en un panorama político más volátil y menos predecible, lo que podría dificultar negociaciones fluidas y generar mayor incertidumbre para México. Trump podría usar la renegociación para posicionarse políticamente de cara a sus electores, incluso si eso complica la relación comercial.
En conjunto, la baja aprobación de Trump probablemente aumente la probabilidad de que la revisión del TMEC en 2026 se convierta en una renegociación sustancial, con presiones para modificar reglas, controles de origen y otras cláusulas, en busca de mayores beneficios para Estados Unidos y para mostrar resultados a su base electoral en momentos de vulnerabilidad política.
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*Maestro en comunicación por la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del cuerpo académico de la Licenciatura en comunicación, así como de la Universidad Anáhuac, campús norte de CDMX.
