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domingo, 12 de octubre de 2025

EL OTRO LODO QUE BROTA EN POZA RICA, CON SUS PROPIOS CERDOS

 ColumnaSinNombre | 

@pablojair 

Después de la emergencia en Poza Rica, mientras el Gobierno del Estado se concentraba en atender a la población, surgió una ola de ataques coordinados contra la gobernadora Rocío Nahle García.

No son críticas ciudadanas espontáneas: todo indica que es una operación política disfrazada de “indignación”.

Se sabe que desde hace días se han registrado llamadas y mensajes provenientes de números del estado de Nuevo León, con el mismo guión: difundir falsedades sobre la atención gubernamental y sembrar descontento.

En política no existen las coincidencias. La estrategia tiene sello y dirección.

Se tiene el dato de que detrás de la “estrategia” estaría el grupo del ex candidato derrotado de Movimiento Ciudadano, Emilio Olvera, quien al parecer no se resigna a su fracaso electoral y ha encontrado en la catástrofe de Poza Rica una oportunidad de revancha.

En este sentido, el intento de reanimar su capital político parte de la mezquindad: aprovechar una tragedia para atacar al gobierno que sí está trabajando.

Pero Olvera no opera solo.

Comentan que a su sombra se mueven viejos operadores ligados al senador Manuel Huerta, quien parece decidido a mantener viva una guerra interna contra la Gobernadora, aún a costa de dinamitar la estabilidad política del estado.

Juntos (Huerta y Olvera) pretendían fabricar la percepción de un gobierno insensible, con el objetivo final de desacreditar a Rocío Nahle ante la Presidenta Claudia Sheinbaum.

El cálculo, no obstante, es torpe.

Tanto la Presidenta como su equipo conocen de primera mano la coordinación, los resultados y la capacidad de respuesta del gobierno veracruzano. Las cifras y las acciones hablan más fuerte que los rumores: atención inmediata, presencia institucional y una estrategia que privilegia la reconstrucción por encima del espectáculo, los reflectores y el show mediático como los que se acostumbraban en tiempos antiguos.

Pero mientras el grupo de Olvera reparte culpas y siembra desinformación desde la comodidad de su derrota, la Gobernadora sigue en territorio, supervisando, coordinando y cumpliendo.

La diferencia es clara: mientras unos buscan reflectores, otros buscan soluciones.

Y en Veracruz se distingue perfectamente quién trabaja por él y quién busca lucrar con el dolor.