Las noticias de Veracruz en Internet


domingo, 26 de octubre de 2025

APAGÓN EN LA HUASTECA PERO NO DE ALMA

 Lo que la gente ve


Livia  Diaz 

Hay una sensación de final de velorio como cuando ya pasó la reunión después del entierro y todos empiezan a irse a su casa y entras a tu casa y empieza tu reunión con la soledad.

Suma a algo así como cuando te dan de alta del hospital y llevas montones de nuevos amigos, admiración y agradecimiento a la casa, por lo vivido y sufrido y por conocer a gente que sin ser nada tuyo te empiezan a preguntar cómo estás o cómo está tu paciente. Con quienes puedes hablar de igual a igual y que de repente aunque no tienen nada para darte te dan aviso, te ayudan a cuidar o echan un ojito. 

Un sentimiento como de otro mundo desconocido que se esfuma al cruzar la puerta del lugar. Aunque haya sido el hospital o la funeraria. 

Un instante a solas con esa compasión y con la luz ante tí para seguirle a un nuevo día o noche en que, por lo general, te duermes un ratito y cuando despiertas, sientes que habías estado en una nube o entre algodones. Y en que, por un instante, creas o no en Dios y en La Humanidad, sabes que conviviste con algo invisible que allí está y toma forma de jarro de café o de un pedacito de papel del baño, que te extiende una mano que ha sufrido tanto y en la que no habías reparado y que quizás no vuelvas a ver jamás pero que te deja una herida que huella y que se va apenas de a poquito con el tiempo si tú haces lo mismo por otra persona en otro momento cuando te toca poder hacerlo. Un momento para el que nadie te prepara y que reconoces cuando toca y sin alabanzas ni selfies ni deseos de reconocimiento o de protagonistas simplemente repones y pagas y das como si esa cadenita fuera un eslabón más en tu día y sigues adelante porque esa misma mano que te tendió ayer tu amigo hermano, vecino de cama o de planeta, o de lodazal, te va empujando y no te va a permitir olvidarte porque es inolvidable y es que es tan doloroso recibir, es un asalto al ego, un guantazo al alma que la ensancha y la llena. 

Hace muchos años un amigo me amigó de esa manera y me dijo, no me debes nada, pero cuando puedas hacer esto por otra persona, no lo dudes. 

Amén 

#liviainforma

Foto de Juan Luis Gutiérrez