Línea Política
Agustín Contreras Stein
CIERTO ES, en todos los gobiernos que ha tenido México, se han dado muchos casos de impunidad. Muchos funcionarios se han protegido bajo este manto para evitar ser juzgados e ir a la cárcel para pagar los delitos cometidos. Nadie puede negar que esto no se haya dado, en ocasiones con mayor evidencia, pero en la actualidad, se han rebasado los límites establecidos, donde el gobierno se ha hecho de la vista gorda y en forma tan descarada que, si las cosas no cambian, podría tenerse en breve una nueva decisión del pueblo mexicano, cobrándose las facturas correspondientes en las propias urnas y defendiendo lo que le corresponde. No valdrán los programas sociales que ya se han politizado mucho y nuevos rumbos, seguramente, habrán de esperarle al país. Los mexicanos saben perfectamente bien que se están viviendo momentos muy difíciles, complicados en la vida pública de México y no van a dejar, finalmente, que su libertad les sea arrebatada o que sus bienes sean tocados por manos ajenas para cederlas en favor de otras personas que no han trabajado para ello. El patrimonio de los mexicanos es intocable.
Lo que ha estado permitiendo el gobierno federal y los gobiernos de los Estados, es, prácticamente incomprensible. Tan solo la figura de un senador de la república, que se niega a aceptar sus errores para no irse de la posición que le asignaron de manera graciosa los propios dueños del poder político. Sí, Adán Augusto López Hernández, es por ahora el caso más sobresaliente de un sexenio llamado de la impunidad, porque ni él ni tampoco sus compañeros de partido y menos la propia presidente, han querido actuar de manera contundente para bien del país, sino para bien de unos cuantos, entre ellos, él mismo que, como legislador ha sido señalado permanentemente y con pruebas como la misma depositaria del poder ejecutivo, pide siempre. El gobierno de México, se ha debatido entre corrupción, vinculado a grupos violentos, descarado despojo de sus recursos, prepotencia, indolencia, inseguridad y finalmente entre la impunidad. La cuarta transformación fue un engaño electoral, un fraude político, un histórico retroceso de su propio desarrollo y un evidente robo a la nación. La sociedad mexicana, hoy más que nunca, está desesperada, decepcionada y muy preocupada por lo que pueda venir en el futuro. Mientras tanto, no hay, que se sepa, un castigo ejemplar para los que actuaron mal y se llenaron los bolsillos de dinero mal habido. La riqueza de México se ha perdido, precisamente, entre los vericuetos de la propia cuarta transformación.
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UNA OPOSICIÓN SIN DESTINO
LA OPOSICIÓN EN MÉXICO, ya no es oposición. Se quedaron pasmados ante la llegada de un solo personaje que les arrebató hasta sus propios intereses. Vaya que se quedaron descobijados de todo, hasta de su propia presencia legislativa y de un poco de valor necesario para seguir adelante. Buscan, por ahora, justificarse con nuevos logotipos, con una supuesta nueva imagen como sucede con el PAN. Los demás partidos, aún se encuentran dormidos en sus laureles o bien buscando, como siempre, el calorcito del partido político en el poder. Ya no son aquellas aguerridas organizaciones políticas que defendían al pueblo, son ahora simples grupúsculos que se comen entre sí lo poquito que les dejaron, las últimas migajas que logran obtener de quien se los avienta al suelo. Son grises partidos políticos que necesitan, verdaderamente, una nueva revolución interna. Para ello tendrá que pasar mucho tiempo, cuando ya no tengan huesos que roer.
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VIENEN LOS DÍAS DE MUERTOS
EL PUEBLO ESTÁ llamado a venerar a sus muertos. Son días dedicados a la reflexión sobre quienes ya les antecedieron. Muchos de ellos, verdaderos héroes que hoy la patria necesita. Ojalá algunos de ellos pudieran volver para rescatar lo que tanto dejaron como herencia.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
