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viernes, 24 de octubre de 2025

La otra tormenta que viene

 Desde el Café 

Bernardo Gutiérrez Parra 

A pesar de la ayuda que han recibido, de las visitas que ha hecho la presidenta Claudia Sheinbaum y de que la gobernadora Rocío Nahle lleva con éste, quince días en la zona, los habitantes de Poza Rica están de molestos e irascibles porque el diluvio que les cayó encima, aunado al desbordamiento del río Cazones, arrasó con el 80 por ciento de su ciudad que es junto con Álamo, la más devastada.

A pesar de que las retroexcavadoras trabajan a marchas forzadas removiendo escombros, a pesar de que decenas de personas y elementos del Ejército, Marina, Guardia Nacional y la policía local continúan limpiando el interior de casas, comercios, mercados, hospitales y barriendo las calles, la fetidez es insoportable en algunas zonas. 

La cadena de negligencias que se concatenaron para que se desencadenara (literal) la tormenta perfecta que dejó a miles de pozarricenses sin hogar y con lo puesto, les agrió el carácter y les maleo en humor. “Nos hemos convertido en una sociedad irritada, malhumorada, iracunda y a punto de explotar”, me dijo el sábado anterior un maestro de primaria mientras chacualeaba con una escoba el lodo en uno de los pasillos de su escuela.  

Y no le falta razón. 

Antes de la inundación, los pozarricenses venían de padecer tres años y ocho meses de violencia en su más cruda expresión y un atraco electoral. 

“El alcalde Fernando Remes se dedicó a robar y le abrió la puerta a la delincuencia que convirtió a Poza Rica en un municipio salvaje por tanto asesinato. Y ahora nos quiere dejar de sucesora a esta niña Adanely (Rodríguez) que perdió en las urnas, pero a quien las autoridades electorales le regalaron el triunfo y la alcaldía. De ahí que lo que te dijo el maestro sea cierto; estamos molestos, irritables e iracundos”, me dijo un colega de esa ciudad. 

El “triunfo” de Adanely puso furiosa a una parte de la ciudadanía que comenzó a protestar y en esas estaban cuando se vino el diluvio.

Para colmo, Adanely se manejó muy mal durante la tragedia. Frívola y alejada de una sociedad que le es ajena, se dedicó a tomarse selfies para subirlas a sus redes lo que provocó el enojo de los damnificados que la corrieron, como la corrieron cuando intentó darles despensas. 

Colonos de los más afectados, me dijeron que mucho vestiría a las señoras Sheinbaum y Nahle reconocer el triunfo de Emilio Olvera (candidato de MC a la alcaldía de Poza Rica) simplemente porque ganó en buena lid. “Imponer a Adanely va a encrespar a una sociedad harta de ladrones y de la violencia que ya se afincó en el municipio”. 

La frustración, el desamparo, la impotencia y la irritación se respiran en un ambiente hediondo a caño y se advierten en el rostro de los pozarricenses que en serio lector, están hasta la madre. 

Cada día son más los que dicen que lo mejor que le puede pasar a Poza Rica es que Adanely se quede en su casa y se abstenga de asistir a su toma de posesión. 

“Ni el gobierno federal ni el estatal quieren darse cuenta del caldo de cultivo que se está cocinando en Poza Rica ni que la olla puede tronar el próximo 1 de enero cuando, se supone, Adanely sea ungida alcaldesa. Es la otra tormenta que caerá sobre nuestra ciudad, pero una tormenta de la que tanto Morena como los morenos saldrán irremediablemente damnificados; no sólo a nivel local sino estatal. Y si no crees espérate y verás”, vaticinó el compañero periodista. 

bernagup28@gmail.com