PALABRA DE MUJER
Por
Billie J Parker Méndez
La
diferencia abismal en las encuestas predice a un ganador en la contienda
presidencial en México. AMLO festeja que su triunfo es irreversible. No
obstante en política, como diría Don Juan Tenorio, “Los muertos que vos matáis,
gozan de cabal salud”. De ahí que en las últimas horas, los adversarios
cambien su narrativa, los epítetos desesperados irrumpan, la guerra sucia y la
violencia se agraven, que circulen expedientes negros ante la imperturbable
mirada de la selectiva justicia azteca.
Los
adversarios de López Obrador ofertan sus propuestas mientras despliegan toda
clase de estrategias. Construyen a destiempo escenarios con nuevas encuestas
intentando contrarrestar la percepción de la victoria MORENA. En los War Rooms
el ejército de voceros propagan lo que él candidato no puede, pero sí debe
decir. No fue suficiente y por ello los abanderados rompen con la civilidad y
enfrentan con ofensas al oponente que les hace sombra.
Los emisarios -de nimia reputación-
dominan la violencia verbal, el ataque, la industria de la filtración para
desacreditar mediáticamente al oponente. Acuden a sets de radio y televisión
para soltar injurias contra el rival. La Segob omisa, sólo encarga de
defender a Peña Nieto, no a la ciudadanía mientras crece el número de
asesinatos.
En ese escenario de ataques y
contrataques, quien exhibe mejor defensa es López Obrador y el PRD. Tienen
ventaja sobre la retórica oficial por contar con un equipo históricamente
experimentado en belicosidad opositora al régimen.
Ahí
está la discusión real y no en encuentros del INE. Este martes será el último
debate tras un encontronazo verbal entre Meade y Anaya. Contrastarán modelos de
gobierno con el puntero y no se descartan agravios entre los rezagados,
mientras AMLO administra- otra vez- su ventaja “amorosa”. Choque de “ideas”
donde el errático árbitro, prohibió utilizar la guayabera, prenda de gran valor
cultural, vestimenta de ceremonias solemnes y fuente de ingreso de miles de
mexicanos. De no haber un campanazo que cimbre, Anaya pasaría a tercer lugar;
atacado dice, por revelar el pacto de Los pinos con AMLO.
–¿Y
yo por qué?- parafraseó López Obrador a su archienemigo Vicente Fox, al
responder al panista Anaya , que dijo es vapuleado por su bronca, – y la de su
padrino CSG-, con Peña Nieto.
Estamos ya en el sprint final y la
guerra de la percepción la aventaja Andrés Manuel. Carrera de largo aliento la
suya, tres candidaturas presidenciales y en comicios muy competitivos,
aplastado en dos por la “Mafia del poder” (2006, 2012).
AMLO previó su estrategia electoral
en base a la necesidad de salirse del simulacro democrático y el sistema de
partidos, distraídos estos en saquear los recursos del INE. Los mandó al
diablo, en especial a quienes lo cobijaron desde temprana edad en su carrera
política. Al PRI lo abandonó en 1988 y en 2012 renunció a la coalición PRD, PT
y MC, para crear una nueva agrupación política, MORENA (2014).
El Movimiento de Regeneración
Nacional, se arraigó incontinenti porque la rebeldía social no cabe en esa
partidocracia que hiede a esqueleto saqueado. MORENA revivió a las rémoras, al
sumar la disidencia de esos sepulcros blanqueadores. “Bienvenidos todos”
expresó y consolidó alianzas, sin importar el tufo que despedían.
López Obrador debía aprovechar la
coyuntura que le ofrecían en bandeja de plata: el desprecio del sistema
político hacia la “gente buena”, sabe que es su último boleto para subirse al
tren de la historia y está dispuesto a soltar al tigre, antes o después.
Ya no habría concerta-cesiones para
dejar la silla presidencial. Su mayor capital político es la pobreza, la ola de
sangre, la indefensión de la población. Es el mejor de sus mundos para arribar
a Palacio Nacional. Ya no tiene tiempo para acordar más que el de “una nueva
era”, la suya, incluso con la mafia del poder.
Así construyó lo que hoy se perfila
como una conquista electoral que no puede ser arrebatada. El enojo social
acecha en cada mexicano/a agredido por un régimen corrupto que los dejó a
merced del crimen.
Esa fuerza hoy se ve reflejada, más
que en las encuestas, en el ánimo social y sobre todo en los poderes fácticos,
que ante lo inminente buscan desesperadamente acuerdos con el creador de
MORENA, trasciende, extendieron la mano.
Atrás dejó AMLO la denuncia en su
libro “La mafia que se adueñó de México” donde señaló quienes eran: “son 30
personajes en total, 16 hombres de negocios, 11 políticos y tres tecnócratas,
todos encabezados por Carlos Salinas de Gortari”, apunta.
Enemigos
políticos citan que AMLO ya pactó con parte de ese grupo selecto. Aludidos los
dueños de medios de comunicación, televisoras y radio, que ponderan las
virtudes del otrora “enemigo de México”. Acuerda con poderes fácticos dolidos,
como Elba Esther Gordillo y exsecretarios de gobernación.
Con
políticos como el villano favorito y su grupo, amnistiados de facto cuando se
le escucha decir, “No hace falta que se autoexilie ni Salinas, ni ningún
personaje…no vamos a perseguir a nadie.”
De notarse las declaraciones luego
de la reunión privada con el Consejo Mexicano de Negocios, grupo de peso en las
decisiones cupulares y confrontado con él. “Quedamos en que después del 1 de
julio, si ganamos la presidencia, nos vamos a volver a reunir para ponernos de
acuerdo y poder presentar conjuntamente un plan de desarrollo económico para
México”, adelantó AMLO al salir de la encerrona.
Curioso que del otro lado del Río
Bravo Trump no se haya pronunciado. De notarse también la moderación del
lenguaje de las fuerzas armadas con López Obrador, luego de un zipizape verbal
a inicios de año.
Los indicios apuntan a un pacto del
PODER con MORENA, sin embargo todo se ve sostenido con alfileres. Hay un
porcentaje de indecisos y de quienes no contestan encuestas, que podrían hacer
la diferencia.
En esta lucha no hay enemigo
pequeño. Nada para nadie, aún.