Por Miguel Angel Cristiani G.
Veracruz, Veracruz. 3 de noviembre de 2025.
— Un video que circula desde el pasado fin de semana en redes sociales ha
capturado la esencia vibrante y auténtica de la vida veracruzana,
convirtiéndose rápidamente en un fenómeno viral. En las imágenes, grabadas en
el primer cuadro de la ciudad, se observa a una señora de más de 80 años
disfrutando y bailando salsa con una energía y destreza inusuales para su edad,
ante la atónita mirada de turistas y locales. Este ambiente festivo, que se
extiende desde los tradicionales portales hasta la esquina del Hotel
Diligencias, está acompañado por distintos grupos musicales que animan a los
asistentes a bailar salsa, cumbia y chunchaca, géneros representativos de la
cultura jarocha.
El video ha sido aclamado por internautas, quienes
celebran la calidez, la vitalidad y la alegría de los veracruzanos. Este
fenómeno digital destaca una de las grandes virtudes de la ciudad: su vida
social y su legado cultural, mucho más allá de las campañas publicitarias
promovidas por las autoridades locales. A diferencia de los esfuerzos de
promoción impulsados por la Secretaría de Turismo estatal, el video no requiere
un costoso presupuesto ni estrategias mediáticas complejas; simplemente
muestra, de manera genuina, lo que es el puerto de Veracruz: un lugar de
encuentro, tradición y fiesta, donde los turistas se integran sin esfuerzo a la
celebración local.
El hecho ha generado debate sobre la eficacia de las
inversiones gubernamentales en materia de promoción turística. La gobernadora
de Veracruz, Rocío Nahle, ha señalado en ocasiones anteriores que se han
destinado importantes sumas de dinero a campañas turísticas sin los resultados
esperados. En este contexto, el video ofrece una crítica implícita a las
estrategias oficiales, al sugerir que el verdadero atractivo del puerto no está
en los recursos publicitarios, sino en su gente y su cultura.
El clip, que dura apenas unos segundos, comienza con el
sonido de una orquesta que toca los primeros acordes de salsa. De inmediato, la
cámara enfoca a una señora de cabellera blanca, ataviada con una blusa
colorida, que comienza a mover los pies al ritmo de la música. Su destreza al
bailar es sorprendente, y es claro que domina los pasos como si fuera una joven
de 15 años. A su alrededor, turistas y habitantes de Veracruz, incluidos
jóvenes y adultos, se suman al baile en una muestra de camaradería y alegría.
Entre los espectadores se encuentran personas provenientes
de distintas partes del estado, de la Ciudad de México y de otros lugares del
país, quienes no pueden evitar sumarse al contagioso entusiasmo. La escena es
elocuente: Veracruz es, en muchos aspectos, un crisol de cultura y tradiciones
que permanecen vivas a pesar de los desafíos.
La intervención de la señora, que con sus años no se
intimida al compartir la pista de baile con los más jóvenes, simboliza la
vitalidad de un puerto que nunca deja de ser festivo, nunca pierde su carácter
alegre y que, por encima de todo, ha logrado conservar su identidad cultural a
través de generaciones. En el video, los colores, las sonrisas y la música no
solo hacen eco de la herencia jarocha, sino también de la calidez humana que
caracteriza a Veracruz.
El fenómeno del video no solo radica en la fascinación por
la señora que baila salsa con tanto ritmo. Va más allá de la figura entrañable
de una mujer mayor desbordando energía. Este tipo de grabaciones, donde se
muestra una expresión genuina de la cultura local, resuena en un contexto
social y cultural que busca autenticidad, y Veracruz tiene eso: autenticidad.
En tiempos en los que las campañas turísticas tienden a
enfocarse en los paisajes y las leyendas, sin una conexión emocional con el
espectador, este video ha logrado captar lo que muchos turistas buscan al
viajar: no solo una visita a un destino, sino una experiencia real, la
oportunidad de convivir con la gente local y participar en sus tradiciones.
Por otro lado, la forma en que este video refleja la
naturaleza inclusiva de Veracruz es también un mensaje clave. La integración de
turistas, jóvenes y adultos mayores en una fiesta compartida es una lección de
convivencia y respeto hacia la diversidad. Este tipo de representación visual
de los valores de la ciudad está alineada con las políticas de igualdad y no
discriminación que promueve la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y
Hombres, al mostrar a una mujer mayor participando activamente y siendo
protagonista en un espacio de esparcimiento.
El video, en su simplicidad, ha logrado lo que muchas
campañas oficiales no han podido: emocionar, conectar y mostrar la verdadera
esencia de Veracruz. Mientras que las autoridades locales y estatales continúan
invirtiendo grandes sumas en estrategias publicitarias, este fenómeno viral
demuestra que, al final, lo que atrae a los turistas es la gente y su capacidad
de celebrar la vida con todo su ser.
No es necesario gastar miles de pesos en costosos
anuncios; basta con mostrar la vida cotidiana de la ciudad, con sus
tradiciones, su música y, sobre todo, su gente. Este video es, de hecho, la
mejor promoción que Veracruz podría tener, porque habla de la cultura local sin
adornos ni artificios. Solo con el alma del puerto.
Por lo tanto, el desafío está planteado: si el gobierno de
Veracruz desea seguir promoviendo el turismo, podría comenzar por invertir en
este tipo de contenidos genuinos, que reflejan el carácter único de su gente.
No más anuncios vacíos, sino más videos que capturen la autenticidad de lo que
significa ser veracruzano.