Por Miguel Ángel Cristiani
Es difícil encontrar un ciudadano xalapeño que no haya experimentado, al menos una vez, el alivio de saber que los bomberos están ahí para atender emergencias que van desde un incendio en una vivienda hasta el rescate de víctimas de un accidente. Esos hombres y mujeres, que con esfuerzo y dedicación, arriesgan su vida para salvaguardar la seguridad de los xalapeños, muchas veces reciben poco reconocimiento en términos reales, y mucho menos, una retribución adecuada a la magnitud de su servicio.
El reciente anuncio del
presidente municipal, Alberto Islas Reyes, sobre la campaña de recolección de
fondos para el Cuerpo de Bomberos de Xalapa es una iniciativa loable, pero
también una oportunidad para reflexionar sobre la precariedad que sigue
rodeando a estas instituciones esenciales para nuestra seguridad.
Este gesto de apoyo, sin embargo, debería ser más que una simple
campaña anual. Debería ser el recordatorio de que los bomberos son héroes
anónimos que nunca reciben lo que verdaderamente merecen. Y, sin duda, este
reconocimiento no debe limitarse a un par de meses al año o a una rifa de
motocicletas por 100 pesos. Este esfuerzo cívico y solidario no debe quedarse
en una buena intención aislada, sino que debe generar una discusión más
profunda sobre cómo proteger a quienes nos protegen.
La historia del Cuerpo de Bomberos de Xalapa tiene un trasfondo de
esfuerzo, sacrificio y vocación. Fundado por Don Ernesto Ortiz Medina, quien
además de ser presidente municipal de Xalapa, tuvo la visión de establecer una
institución que, en ese entonces, no solo era esencial para la ciudad, sino un
verdadero acto de valentía ciudadana. Ortiz Medina entendió que la seguridad de
una población no se construye únicamente con leyes o con policías, sino con
instituciones que, como los bomberos, se encargan de lo imprevisto, de lo
urgente, de lo irremediable.
Y aquí llega una primera reflexión importante. Si bien la creación del
Cuerpo de Bomberos fue un paso decisivo en la historia de Xalapa, el paso
siguiente, el de garantizar que los bomberos cuenten con los recursos y el
apoyo necesarios para cumplir con su tarea, sigue pendiente. Desde la creación
de esta corporación, y pese a los esfuerzos de distintos gobiernos municipales,
la infraestructura y los fondos para los bomberos no han sido lo
suficientemente robustos. Hoy, cuando Xalapa enfrenta desafíos más complejos
—desde la urbanización desmedida hasta el cambio climático que aumenta los
riesgos de incendios y desastres—, el Cuerpo de Bomberos se enfrenta, como
nunca, a una presión de trabajo más alta, sin una mayor cobertura en términos
de equipamiento y personal.
Es aquí donde entra la responsabilidad de todos, incluidos nuestros
gobernantes. Durante la reunión que sostuvo el alcalde Alberto Islas Reyes con
el Patronato del Cuerpo de Bomberos, se confirmó el compromiso de la
administración con esta noble causa. El alcalde hizo un llamado a la población
a apoyar la colecta anual, una acción fundamental, pero que no debe confundirse
con la solución completa a la problemática que enfrentan. Las colectas, las
rifas y los eventos benéficos son una manera de involucrar a la comunidad, pero
no deben ser la única vía para que el Cuerpo de Bomberos funcione con eficacia.
El gobierno municipal, como administrador de los recursos públicos,
tiene la obligación de dotar a esta corporación de las herramientas necesarias
para cumplir con su trabajo de manera eficiente y digna. No basta con
"ayudar" durante unos meses al año; la seguridad de los ciudadanos
debe ser una prioridad permanente, y los bomberos deben ser tratados como un
sector estratégico para la salud pública y la prevención de desastres. En este
sentido, la propuesta de realizar pláticas de prevención de accidentes en los
Centros Comunitarios es una acción positiva, pero debería extenderse a toda la
ciudad y estar acompañada de políticas públicas claras y sostenibles.
No es un tema menor el que los bomberos de Xalapa se vean forzados a
hacer malabares con sus limitados recursos. La solidaridad de la ciudadanía es
fundamental, pero también lo es la de los políticos y las instituciones
gubernamentales que deben garantizar la correcta administración de los fondos y
los apoyos. El Cuerpo de Bomberos no debe ser una institución de
"emergencia", sino una pieza clave en la estrategia de seguridad
pública y protección civil. Desde una mayor asignación de presupuesto hasta la
creación de una política pública que garantice que los bomberos cuenten con el
mejor equipamiento y formación, el compromiso gubernamental debe ser claro y
visible.
Es momento de que los ciudadanos de Xalapa dejemos de ver a nuestros
bomberos como simples "hombres y mujeres del servicio", y los
valoremos como lo que son: héroes que, sin importar la adversidad, siguen
cumpliendo con una de las funciones más fundamentales para nuestra
tranquilidad. Y es momento de exigir que el gobierno haga más por ellos, no
solo durante esta colecta, sino durante todo el año.
En conclusión, la campaña de recolección de fondos para los Bomberos de
Xalapa es una oportunidad para reflexionar sobre lo que realmente necesitamos
como sociedad: una institución sólida, bien equipada, y que sepa que su trabajo
es fundamental para nuestra seguridad. No basta con aplaudirlos en las redes
sociales ni regalarles un boleto para una rifa. La seguridad de todos depende
de que estos héroes anónimos cuenten con lo necesario para seguir cumpliendo
con su labor, y eso solo puede lograrse con un verdadero compromiso cívico y
gubernamental.
No es suficiente con reconocerlos; es hora de darles lo que merecen.