Aunque inició la modernización del transporte con la incorporación de autobuses Olmeca, las viejas unidades continúan en circulación y elevan la contaminación en la capital veracruzana.
Xalapa, Ver., 26 de septiembre de 2025.– Mientras se pone en marcha el programa de modernización del transporte urbano con la llegada de nuevos autobuses Olmeca, las viejas unidades siguen circulando en la capital veracruzana, generando altos niveles de contaminación ambiental. Hasta ahora, ninguna autoridad municipal o estatal ha intervenido para retirar los camiones obsoletos, a pesar de las quejas ciudadanas.
El plan de sustitución de transporte público busca mejorar la movilidad en Xalapa y reducir la emisión de contaminantes. Sin embargo, en la práctica, los autobuses con más de dos décadas de servicio continúan operando sin controles efectivos, lo que contrasta con la entrada en funciones de las nuevas unidades.
De acuerdo con testimonios de usuarios y observaciones directas en diferentes puntos de la ciudad, las unidades más antiguas emiten densas nubes de humo negro y presentan fallas mecánicas recurrentes. Estas condiciones afectan tanto la calidad del aire como la seguridad vial.
Especialistas en medio ambiente consultados advierten que el uso prolongado de vehículos obsoletos incrementa los niveles de partículas contaminantes y pone en riesgo la salud de la población. La Norma Oficial Mexicana establece parámetros de verificación vehicular que no parecen cumplirse en el servicio urbano de Xalapa.
Organizaciones ciudadanas han señalado que la modernización del transporte no puede considerarse completa mientras las unidades en mal estado sigan operando de manera simultánea. “El cambio es positivo, pero de nada sirve si las autoridades no retiran de circulación los camiones viejos”, expresó un integrante del colectivo Movilidad Sustentable.
Hasta el momento, ni la Dirección de Transporte Público del Estado ni la Secretaría del Medio Ambiente han emitido una postura oficial sobre las acciones que se implementarán para agilizar el retiro de las unidades más contaminantes.
La expectativa de los usuarios es que la modernización del transporte se traduzca en un servicio más eficiente y menos dañino para la salud y el medio ambiente. No obstante, mientras los autobuses antiguos continúen recorriendo las calles, los beneficios del nuevo modelo serán parciales y limitados.