O P I N I O N
Por: Mario Javier Sánchez de la Torre.
- La discusión que inició la semana pasada entre la administración que tiene bajo su responsabilidad Claudia Sheinbaum Pardo y la industria farmacéutica nacional, tiene definitivamente su origen en el nefasto gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Siendo esta importante industria en gran parte mexicana, otra de sus favoritas injustificadamente de sus ataques, aduciendo la “gran corrupción” que existía entre estas empresas y las dependencias gubernamentales, que como en la gran mayoría de los casos de corrupción que sin pruebas acusó, hasta la fecha no ha probado.
Pero lo que hizo y logró, como lamentablemente en otros muchos casos, fue la destrucción de los eficientes sistemas de distribución que existían, sin que haya podido sustituirlos por otros, si no más eficientes, por lo menos por otros iguales, situación en la que involucro a todo el sector salud y hasta organismos de la Naciones Unidas (ONU), sin que hasta la fecha los dos gobiernos de la autollamada cuarta transformación hayan encontrado la solución, porque, ni con la estúpida idea de la megafarmacia, que costó y está costando millones de pesos, se ha logrado por lo menos mitigar el grave problema. CONTINUAR EN: www.sigloxxi.live