Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Años después de haber dejado la presidencia de la
República y cuando los embates a su salud comenzaban a jugarle muy malas
pasadas, José López Portillo aceptó tener una reunión privada con tres o cuatro
periodistas en su casa de Cuajimalpa, a condición de no hablar de política.
Pero al calor de la charla le hicieron una pregunta
muy gruesa: “¿Pensó en su hijo José Ramón para sucederlo en el cargo?”. Don José
casi saltó de su sillón: “¡Nunca; jamás me pasó por la cabeza idea tan descabellada!”
contestó al botepronto.
Agregó que el amor por su hijo era tan grande como el
respeto que sentía por la República y la investidura presidencial. Y jamás se
le ocurrió embarcar a José Ramón, a la República y a la investidura en
semejante aventura.
Como todo buen padre, Miguel Ángel Yunes Linares ama a
sus hijos y quiere lo mejor para ellos, pero está llevando ese amor a los
extremos al pretender obsequiarle al mayor una corona con 212 perlas llamada
Veracruz.
A contrapelo de don Pepe al que todavía le tocó reinar
de manera absoluta sobre el país, a Yunes Linares le está tocando gobernar una
ínsula donde se practica la democracia, y tan se practica que ésta lo llevó al
poder estatal.
Pero la misma democracia le puede dar la espalda.
Miguel Ángel recibió un estado en bancarrota e
inseguro. Y lo va a entregar más endeudado y casi en llamas. Por lo anterior,
su popularidad no es nada buena. Y si a eso le aunamos el rechazo ancestral y
hasta patológico que tiene la raza por todo lo que huela a herencia monárquica,
poco será el éxito político de su vástago en el futuro.
Si en un principio el líder nacional del PAN, Ricardo
Anaya, no desaprobó la idea de que Yunes Linares pretenda imponer a su hijo
como candidato, ahora le parece descabellada. Tan es así que no tarda en hablar
con el gobernador para convencerlo de que el Frente Ciudadano (conformado por
el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano), vería con buenos ojos la opción de otro
candidato, que para tranquilidad del propio Miguel Ángel, no sería Dante
Delgado.
¿Entonces?
La opción se llama Julen Rementería del Puerto actual
titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas.
Sólo es cosa de aguantar unos días para saber que por
ahí viene el juego del Frente Ciudadano y de Ricardo Anaya para Veracruz.
Si Yunes Linares insiste en apoyar a su vástago estará
cometiendo un error garrafal y perderá de todas, todas.
A
ver si no se enoja Hipólito
Ahora que el alcalde Américo Zúñiga Martínez anunció
desde Nueva Delhi, India, que el Fondo para el Medio Ambiente Mundial le dará
ocho millones de dólares a Xalapa, para la construcción de un biodigestor, a
ver si no se enoja el alcalde electo Hipólito Rodríguez.
Este biodigestor permitirá transformar la basura en
energía, un proyecto que ha venido gestionando Américo desde hace varios años.
Pero a ver si no sale Hipólito conque eso ya no le compete a Américo, porque
ese dinero tendrá que administrarlo él.
Y así será en efecto. Esos millones de dólares los
podrá administrar Rodríguez Herrera y Américo Zúñiga seguramente ni se
inmutará, porque el actual munícipe está viendo por el beneficio de la ciudad y
no de su grupo político.
Es quizá la perspectiva cortoplacista o de pueblo del
doctor Rodríguez Herrero la que le ha impedido tener una visión más amplia del
trabajo gubernamental en la ciudad, y por ello hizo un llamado a la población
capitalina para que no acuda a pagar de manera anticipada el servicio de agua
potable, en la campaña que CMAS inicia este viernes 3 de noviembre.
En pocas palabras, el alcalde electo pelea los
centavos y no ve los millones de dólares que el gobierno de Américo Zúñiga le
está heredando en proyectos como este biodigestor.
Reitero, sólo es de esperarse que no se enoje don
Polito y le reclame también eso a Américo, que está gestionando recursos para
el gobierno que el propio don Polito encabezará en 2018.