Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
El gasoducto que se pretende instalar en Xalapa,
Coatepec y Emiliano Zapata ya rebasó el ámbito social para convertirse en un
asunto de carácter politiquero.
En medio de tanto ruido como se ha hecho, difícilmente
alguien se aventará el tiro de enfrentarse a una turba de iracundos
descontentos para hablarles de las bondades económicas y de seguridad del
proyecto, sin que se exponga a que lo rocíen a mentadas de madre.
Inútil decirles que el gasoducto es más seguro que los
tanques de gas LP; inútil tratar de explicarles que en ciudades como Monterrey,
Guadalajara, Tijuana, prácticamente todo Estados Unidos y la Unión Europea lo
utilizan sin el mayor problema y algunas gozan de este servicio desde hace décadas.
En México los gasoductos se han satanizado desde hace
muchos años. Recuerdo que cuando estaba en secundaria alguien dijo que harían uno
de Tuxpan a Texas y se alborotó la raza tuxpeña al grado que hubo hasta
manifestaciones.
Pero todo fue puro cuento porque en aquel tiempo lo
único que podía enviar de Tuxpan a Texas por un gasoducto eran braceros. Pero
la izquierda setentera se encargó de repartir unos panfletos donde aseguraban
que los gasoductos explotan. ¡Y claro que explotan!, si se manejan
inadecuadamente. En los panteones hay decenas de huachicoleros que no me
dejarán mentir.
En la actualidad y con el nuevo puerto de contenedores
en Tuxpan se anunció a nivel nacional la construcción del gasoducto Tuxpan-Houston
y nadie en absoluto ha protestado.
¿Qué pasó con el gasoducto Xalapa-Coatepec-Emiliano
Zapata? Que faltó información; al menos eso me dijo el alcalde Américo Zúñiga
cuando lo entrevisté a mediados de agosto.
Pero a eso hay que agregar la mala leche y la
corrupción. Me explico.
Sin decir agua va la empresa encargada de su
construcción aprovechó la rehabilitación de la carretera Xalapa-Coatepec para
comenzar meter sus tubos a un costado de la rúa y eso no se vale.
Esto provocó el enojo de la ciudadanía que alegó, y
con justa razón, que no los tomaron cuenta para la construcción de la obra. A
esto se sumaron ambientalistas y los izquierdistas setenteros que alborotaron
la gallera. Y tan la alborotaron que si tu lector, le preguntas a diez xalapeños
si quieren el gasoducto, nueve te van a contestar que no.
Otro problema es que al parecer la obra se está
haciendo al ay se va. No pocos ingenieros han denunciado que los tubos están
mal soldados y esto es un acto de corrupción que no se debe permitir.
Pero al final de cuentas el gasoducto se construirá.
Todo es cuestión de que las autoridades que aprobaron
el proyecto junto con la gasera encargada de su ejecución, nombren a una
persona que informe con claridad a los habitantes de tres municipios sobre las
bondades, seguridad y beneficio económico que les redituará el gas entubado.
Nomás que así como están las cosas ¿quién será el
valiente se eche ese trompo a la uña?
Nada como buscar a un suicida en potencia; alguien que
muestre desdén por la vida y no sienta temor a morir linchado.
Tres
años de espera
El pasado mes de julio escribí en este espacio sobre
el viacrucis del maestro Morene López Salas, que después de 28 años de servicio
tuvo que presentar su renuncia por invalidez. Y ahí comenzó su calvario que ya
lleva tres años porque lo han traído a las vueltas con su finiquito.
El maestro López Salas avecindado en Tuxpan, ha hecho
incontables viajes a la ciudad de Xalapa gastando en pasajes, comidas y
hospedaje un dinero que no tiene porque carece de otros ingresos.
Pero al parecer ya alcanza a ver una luz al final del
túnel.
El pasado 23 de agosto la SEV se dignó al fin contestarle
con una misiva firmada por Rolando Quiroz Lagos, Jefe del Departamento de
Nóminas del Sistema Federal de la SEV y que transcribo textual:
“En atención a su escrito de fecha 5 de Julio del
presente en el cual solicita realizar trámites correspondientes para el pago de
los adeudos de Aguinaldo y Prestaciones de fin de año, le informo que
efectivamente su pago se generó en la Quincena 17/2015 4ª. Complementaria la
cual se encuentra en espera de disponibilidad presupuestal por parte de la
Secretaría de Finanzas y Planeación, toda vez que es originado con presupuesto
del año 2014 (Recurso FAEB). Atentamente…”
Algo así como: en efecto maestro, le debemos, pero le
pagaremos quién sabe cuándo.
Y ante esto no queda de otra más que decir tres
palabras: Qué poca madre.