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miércoles, 15 de octubre de 2025

El amor de Aidée y el tucansito

 Por Livia Díaz

Xalapa.-El Tucán en varias culturas es venerado. En su pico tiene los colores del arcoiris, se le considera una conexión con el otro mundo, en el que el espíritu está presente aunque no pueda verse y son las almas las que yacen detrás de su presencia. 


A esta ciudad llegó, llena de amor, como cada día, la señora Aidée García Barradas, en su tránsito para Villahermosa, y dió una declaración a varios medios en una rápida rueda de prensa para hablar de su amor por un tucán de pata corta, de nombre Sebastián y que se exhibe, sin su autorización consiente, en Naturalia.


Resulta ser, amado lector, que este animalito llegó a la vida de Aidée hace dos años cuando era un chiquillo, ¡qué alegría! pero qué tristeza se lo quitaron con una suerte de engaños en Profepa y lo mantienen lejos de su hogar, a pesar de tener un amparo concedido a su favor.


De ello nos proporcionó video de documentos y videos de años de convivencia con el emplumado con el que convive desde que fue encontrado en un rancho en Chiapas. El bebé Tucán estaba allí en desventaja sin poder salir al mundo como es de esperarse por una deformidad en la pata izquierda.


El hermoso Sebastián encontró así a su cuidadora, compañera, amiga, cómplice, mecenas, que en el puerto se convirtió en "El Tucán Más famoso de la Playa de Chachalacas", en El Sabanal, un hábitat llamado por el mundo turístico "el paraíso desconocido de Veracruz, en donde disfrutan los visitantes de las dunas de arena que se extienden por más de 500 kilómetros, y pues en su parador no faltó pariente, amigo, admirador que grabara videos de sus gracias y lo socializara.


Al tiempo le ofrecieron un cautiverio y para obtener permiso, mejor dicho no le dieron ninguno, sino que al final se lo apropiaron, y "por no tener jaula" como argumento. Sebastián ahora vive encerrado en Naturalia, en una jaula en un clima frío, en que ha sido retratado sin agua, y en una ciudad extraña, para la dueña en soledad y en donde para verlo tiene que pagar 60 pesos, y resignada lo hace tanto como puede, como cualquier otro visitante.


Del pago y lo que son los derechos, si es de uno u otro gobierno, el municipal o el federal, ni hablamos. A la descorazonada dueña de esta ave, le sobran razones y argumentos de que ha podido tenerlo sano, feliz, amado y lo quiere seguir haciendo, hay muchas imágenes en internet, todo es buscarlas.  Pasa el tiempo y las demandas, tuvo que añadir otra pues no se cumple la orden del juez, y ayer cuando acudió a la conciencia ciudadana pidió el apoyo para entre todos apelar por la liberación del animalito encerrado en una suerte de minizoológico, para seguir a cargo. Su amado amigo, según ha dicho ayer en el centro de la capital veracruzana, tuvo siempre los cuidados, el hogar, el alimento y lo necesario para estar sano, lo que ya no podría ser de seguir en ese lugar solo. Teme que, como a otros animales, lo rinda el desamor, la soledad, la tristeza. Explicó que cuando tienes una relación con otro ser de este mundo, en este caso del reino animal, se da una convivencia y dependencia que linda la comprensión, pero que por toda respuesta cuando ha esgrimido este argumento la funcionaria de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, a quien identificó como la "Bióloga Mariana" le respondió que "los animales no tienen sentimientos." 


Usted juzgue y atienda al llamado, si es que así le parece, de abonar por la salud no sólo de Sebastián sino de todos los animales cautivos en ese parque adonde no se cuenta con las condiciones, para empezar, de empatía, sororidad, y legalidad por lo visto, o, al menos, es lo que la gente ve.


La entrevistada pidió al pueblo "pidan mucho por él", asegura que ha sido responsable, que en su hogar anda libre, dentro de casa no tiene una jaula, porque les gusta que ande libre, y no quiere que finalmente muera o se enferme. Por los dueños de los demás animales no habló Aunque presume que sufren quizá lo mismo. Pero que también quizá tengan miedo pues estar señalando al frente deja dedos señalando atrás, especialmente en estos caso en que por hacer bien haces mal, cuando se atraviesa una ley por encima del derecho superior del individuo, que puede volverse en tu contra sin un claro fundo legal.