Las noticias de Veracruz en Internet



martes, 14 de octubre de 2025

En las inundaciones, reconocer la raíz humana de la crisis

 El título genera algo de confusión y es ambiguo. Le dejo unas sugerencias por las que lo pudiera cambiar:

Inundaciones: la raíz humana de la crisis

Inundaciones y la necesidad de reconocer su raíz humana

Ruan Ángel Badillo Lagos


Comprender el libro de la naturaleza y reflexionar sobre los acontecimientos recientes, entre ellos la inundación en la zona norte de Veracruz, exige reconocer tanto los fenómenos naturales como los descuidos humanos en la prevención y atención. Resulta necesario aprovechar experiencias previas. La crisis es compleja y de múltiples causas; por ello, las soluciones no pueden surgir desde una sola forma de interpretar y transformar la realidad.

Es indispensable recurrir a la solidaridad de otros estados y de la sociedad en general. Solo así podrá construirse una casa común capaz de reparar lo destruido. Una solución verdadera debe ir a la raíz e impulsar motivaciones firmes para el cuidado de la naturaleza y de las personas más vulnerables. Cuidar la tierra es un deber y un compromiso. Todo indica que el planeta, nuestra casa, corre el riesgo de convertirse en un vasto depósito de caos.

El clima es un bien común, de todos y para todos. Aunque su comprensión es compleja, la ciencia señala un crecimiento constante del nivel del mar y un aumento de eventos meteorológicos extremos. Por ello, se requieren cambios en los estudios ‍de vida, en los modos de producción y en los hábitos de consumo. Cuidar el agua es un ejemplo urgente. Hoy en día, un exceso concentrado en una región se ha convertido en catástrofe.

Las causas deben examinarse con honestidad. Los efectos son evidentes, pero es menester identificar el origen del desastre. Encubrir el problema o limitarse a los síntomas reduce las posibilidades de solución. Los daños podrían agravarse si no se toma conciencia de los fenómenos y no se buscan buscar alternativas de prevención.

Es imperativo desarrollar políticas capaces de reducir, en el futuro próximo, inundaciones de esta magnitud. Es incongruente proclamar el acceso al agua como derecho humano básico y, al mismo tiempo, permitir condiciones que atentan contra la vida y los bienes. Existe una deuda con las familias afectadas, una deuda imposible de saldar con simples paliativos. Conviene acudir a la raíz del problema.

No basta describir los síntomas. Urge reconocer la raíz humana de la crisis y actuar. La asistencia inmediata a las personas en desastre es un deber impostergable.

Esta realidad interpela y exige ampliar la mirada. La crisis no es solo ambiental, también es ética, cultural e incluso espiritual. Resulta necesario sanar la relación con la naturaleza, con el entorno y con la propia humanidad.

Para generar nuevos modelos de progreso, es indispensable transformar el modelo de desarrollo actual. Esto implica reflexionar sobre el sentido de la casa común y su propósito. No basta con auxiliar a los damnificados; es preciso redefinir el concepto de progreso y cuidar el planeta. Un desarrollo tecnológico y económico que no ofrece un mundo mejor ni una calidad de vida superior no puede considerarse progreso. Por lo esto, es imprescindible acudir a la raíz de las causas.