IMPRONTA
Carlos Miguel Acosta Bravo
Hoy la institución naval atraviesa la peor crisis de imagen en décadas, escribe Mario Maldonado en El Universal (16-09-2025). La Secretaría de Marina Armada de México, que durante años encarnó disciplina y honor, enfrenta un escrutinio inédito. En los últimos meses, nombres y operaciones antes asociadas al combate al crimen organizado han quedado ligados a tramas de corrupción, tráfico de hidrocarburos y hasta asesinatos de testigos clave. El epicentro tiene entre sus protagonistas a los hermanos Farías, sobrinos del exsecretario Rafael Ojeda; el vicealmirante Manuel Roberto y el contralmirante Fernando, señalados por la FGR de encabezar una red que permitió el desembarque de por lo menos 31 buques cargados con huachicol fiscal en Altamira y Tampico.
A esta lista se suma el vicealmirante Salvador Camargo Vivero, exdirector de la Asipona en Tampico, acusado de permitir la descarga de 20 buques de huachicol entre 2024 y 2025. Estos episodios, si bien iniciaron en gestiones previas, estallaron bajo la administración de Raymundo Morales y amplifican la tormenta que hoy enfrenta la Marina. El involucramiento de altos mandos de la Marina de México en el delito del huachicol fiscal tiene profundas implicaciones para la imagen y reputación de esta institución, que históricamente había sido una de las más confiables, tanto dentro del país como para el gobierno de Estados Unidos.
La Marina fue considerada confiable y sólida, en parte porque el expresidente López Obrador le asignó funciones centrales en aduanas, obra pública y seguridad, bajo la premisa de que era la “última muralla” contra la corrupción y el crimen organizado.
La revelación de que altos mandos, incluyendo un vicealmirante y marinos en activo, estuvieron involucrados en una red de contrabando de combustibles (huachicol fiscal), desmantelada desde el decomiso histórico de 10 millones de litros de diésel en marzo de 2025, daña gravemente esta percepción.
El caso genera una crisis de confianza pública y política sobre la integridad y fiabilidad de la Marina, considerada clave en la estrategia de seguridad nacional y combate a la corrupción. La alianza con agencias internacionales, incluida la cooperación con EE.UU., puede verse afectada ante dudas sobre la filtración de funcionarios corruptos y la posible infiltración de redes criminales dentro de la institución.
Aunque se están desarrollando investigaciones internas y detenciones, el escándalo evidencia que la corrupción está estructuralmente enraizada y no es un problema aislado, como las muertes sospechosas de marinos que posiblemente denunciarían estas redes.
Este acto esta significando repercusiones políticas y operativas, pues otros sectores del gobierno y sociedad exigen transparencia total, que no haya impunidad y que se revisen las asignaciones y el papel de la Marina en temas no militares. Se anticipan posibles reformas o cambios en la participación de la Marina en áreas tradicionales, para evitar futuros abusos o corrupción institucionalizada.
La presión internacional y especialmente de EE.UU. obligará a un mayor control y supervisión de la institución para mantener la cooperación estratégica.
En síntesis, la implicación de altos mandos navales en el huachicol fiscal representa un golpe severo a la moral y legitimidad histórica de la Marina mexicana, provocando una revisión profunda de su rol, mayores controles y demandas de rendición de cuentas, y generando un daño a largo plazo en su imagen de incorruptibilidad y confianza institucional.
El involucramiento de altos mandos de la Marina de México en el delito del huachicol fiscal tendrá un impacto significativo en la cooperación naval con Estados Unidos, con varias posibles consecuencias:
El Impacto en la cooperación naval México-Estados Unidos, puede significar el deterioro de la confianza bilateral. La Marina mexicana había sido considerada una institución altamente confiable por el gobierno estadounidense, con fuerte colaboración en seguridad, lucha contra el narcotráfico y control fronterizo. La implicación de altos mandos en corrupción y crimen organizado genera una pérdida importante de confianza institucional, lo que puede afectar el nivel y la fluidez de la cooperación operativa y estratégica.
Revisión y supervisión más estricta, EE.UU. probablemente exigirá mayores controles, transparencia y supervisión en las operaciones conjuntas para minimizar riesgos de infiltración o corrupción que comprometan la efectividad de la cooperación. Podría haber un endurecimiento en los protocolos de intercambio de inteligencia, capacitación y apoyo logístico.
Posible reducción o retraso en proyectos conjuntos.
Algunos proyectos de colaboración naval, entrenamiento, suministro de equipo o inteligencia pueden sufrir retrasos o revisiones para asegurar que no haya riesgos de filtración o corrupción. Esto puede ralentizar programas de modernización y apoyo mutuo.
La crisis puede acelerar reformas en la estructura, controles internos y participación de la Marina en ciertas actividades, con supervisión estrecha de agencias internacionales, incluida la DEA y el FBI, para mantener la colaboración. EE.UU. buscará asegurar que su alianza con México se base en unidades confiables y transparentes.
El impacto en la estrategia regional, puede traducirse en un contexto global de competencia naval, especialmente ante China, debilitamientos de confianza en aliados clave como México pueden afectar la coordinación militar y estratégica en el hemisferio, comprometiendo operaciones conjuntas en el Golfo de México y el Caribe.
En síntesis, el escándalo del huachicol fiscal en la Marina mexicana generará un serio reto para la cooperación naval con Estados Unidos, obligando a ambos gobiernos a reforzar mecanismos de control, transparencia y supervisión para restaurar la confianza y evitar repercusiones mayores en la seguridad regional compartida.
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*Maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del cuerpo académico de la Licenciatura en Comunicación, así como de la Universidad Anáhuac, campús norte de CDMX.