IMPRONTA
Carlos Miguel Acosta Bravo*
El consumo de alcohol en México es un problema importante con múltiples dimensiones sociales y económicas. El consumo excesivo ha crecido en los últimos años, afectando a cerca del 22% de la población adulta. Más de 20 millones de personas enfrentan consumo problemático o riesgosos, especialmente hombres y jóvenes, abriendo paso a trastornos de salud y sociales como violencia y accidentes.
Problemas sociales generados violencia familiar y social,
conflictos laborales y escolares. Accidentes de tránsito: diariamente 47
siniestros de tránsito están vinculados al consumo de alcohol, principales
causantes de lesiones y muertes en vías públicas (INSP, 2025). Salud
mental: ansiedad, depresión, dependencia física y psicológica. Daños a
la familia y desintegración social.
Impacto económico elevados costos en salud
pública por atención médica, tratamientos y rehabilitaciones. Pérdidas
de productividad laboral por ausentismo y incapacidad. Accidentes de
tránsito generan costos elevados en daños, muertes y atención hospitalaria.
Clase social más afectada, estudios indican que el
consumo problemático y riesgo de dependencia afecta especialmente a hogares de
menores ingresos y zonas fronterizas, donde el alcohol puede representar hasta
el 7% del ingreso familiar (CIEP, 2024). Los jóvenes y personas en
situación de pobreza muestran mayor vulnerabilidad y respuesta a políticas
fiscales aplicadas al alcohol.
Estado con mayor consumo de
alcohol, los estados
con mayor consumo per cápita de alcohol en México son Jalisco (7.43 litros),
Aguascalientes (7.28 litros), y Nuevo León (6.94 litros) (INEGI, 2025). En
porcentaje de consumo excesivo destacan Nuevo León (30.3%), Jalisco (27.7%) y
Coahuila (27.5%).
Estado con mayor número de
accidentes derivados del consumo de alcohol, en cuanto a accidentes de
tránsito relacionados con alcohol, el Estado de México y Jalisco registran
altas cifras, con más de 2,400 muertes vinculadas al consumo en el primer
semestre de 2024 en el Estado de México (Milenio, 2025; INSP, 2025).
En
esencia el consumo de alcohol en México genera graves problemas sociales como
violencia y accidentes, con un impacto económico considerable en salud y
productividad, afectando más a las clases bajas y jóvenes. Jalisco y Nuevo León
destacan por su alto consumo y accidentabilidad por alcohol
El
costo económico anual del alcoholismo en México es un problema grave y
multidimensional. Según especialistas y recientes reportes: Costos
económicos totales, se estima que México gasta anualmente alrededor
de 552 mil millones de pesos en costos directos e indirectos
relacionados con el consumo de alcohol, lo que equivale aproximadamente
al 2.1% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Por otro lado, la industria
del alcohol aporta apenas el 0.2% del PIB (unos 57 mil millones de pesos en
impuestos y otras contribuciones), generando un enorme desequilibrio fiscal y
económico.
Los costos directos gastos en salud pública
significan atención médica, hospitalaria y rehabilitación de enfermedades
relacionadas con el alcohol (cirrosis, trastornos mentales, accidentes). Servicios
de emergencia y atención prehospitalaria por accidentes causados por consumo de
alcohol.
Costos indirectos pérdida de productividad
laboral por ausentismo, incapacidades y reducción en el desempeño. Costos
derivados de violencia, delincuencia y daños a la propiedad asociados al
consumo y abuso del alcohol. Accidentes automovilísticos y consecuencias
legales que afectan a empresas y familias.
Impacto social conectado a
costos económico el alcohol contribuye a 40 mil muertes anuales, participación
significativa en homicidios, suicidios e incidentes violentos. El
consumo excesivo afecta especialmente a jóvenes y mujeres, acentuando
tendencias nocivas y costos futuros.
En
síntesis, el alcoholismo representa un costo económico para México cercano a
medio billón de pesos anuales, con impactos profundos en salud, seguridad y
productividad, superando con creces la contribución fiscal de la industria de
bebidas alcohólicas.
Este
alto impacto económico contrasta con la baja recaudación fiscal que aporta la
industria alcohólica, que representa apenas el 0.2% del PIB, alrededor de 57
mil millones de pesos, mostrando un desequilibrio que especialistas sugieren
corregir mediante impuestos más altos a bebidas alcohólicas para reducir el
consumo y los daños asociados.
Además,
el consumo problemático de alcohol contribuye a alrededor de 40 mil muertes
anuales, con implicaciones en violencia, suicidios y accidentes viales,
afectando especialmente a jóvenes y mujeres en México.
Este
panorama destaca la necesidad de políticas públicas integrales que incluyan
regulación fiscal, prevención y tratamiento para reducir tanto el consumo como
sus costos sociales y económicos.
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*Maestro en
comunicación por la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del
cuerpo académico de la Licenciatura en Comunicación, así como de la Universidad
Anáhuac, campús norte de la CDMX.
