* El
Centro de Compostaje aumentó más de 20 veces su capacidad de producción, bajo
estándares internacionales
Ubicado sobre un terreno de 4 mil
metros cuadrados, este centro puede acopiar cientos de toneladas de residuos como
flores, verduras, frutas, hojarasca, troncos; todo residuo orgánico capaz de
transformarse en composta, que se apila por capas, se mide, vigila su proceso
de fermentación y reducción, hasta que por último, es convertida en suelo
fértil que se reintegra a la ciudad.
“Comenzamos con dos, aumentamos a 10, a
15, 20 y en este momento llegamos a 32 toneladas diarias de materia orgánica.
Ya se comenzaron a integrar los centros comerciales con lo que estamos hablando
de 50 toneladas al día que ya no irán al Relleno Sanitario”, señala el
encargado del Centro de Compostaje, Francisco Martínez Tlapa.
regenerando
suelo de calidad
Al llegar al lugar, que se ubica detrás
de la Central de Abasto, el olor es lo primero que resalta: no es desagradable,
lo que contrasta con lo que era anteriormente: un tiradero de materia orgánica
al aire libre que no aprovechaba ni producía composta.
A un costado se encuentra el volteo
recién adquirido por la administración municipal: la cernidora. Van y vienen
los camiones verdes que depositan los residuos de mercados y florerías, las
camionetas con hojarasca, lo que se acumula de la poda de árboles, lo que más
se pueda separar y transformar con los recursos que se tiene.
En una esquina, los estanques de
cultivo de la lombriz canadiense que produce una de las mejores
lombricompostas, la que se usa en los viveros municipales. “Tenemos en este
momento una tasa semanal de más de 120 toneladas que antes iban al Relleno
Sanitario. Lo que estamos haciendo en el Centro de Compostaje es poner en
marcha una ecotecnología que no dañe el medio ambiente”.
Se acerca a una montonera, y muestra
las dos capas que se intercalan para llegar a una altura de casi dos metros:
materia orgánica, hojarasca, esta última se encarga de neutralizar los olores,
aportar carbono para el abono, y mantener la temperatura a 70 grados, para que
el proceso de descomposición y fermentación no genere mosca y no atraiga ratas
ni otro tipo de fauna.
“Este proceso dura tres semanas máximo.
La temperatura es muy importante porque evita el proceso de mineralización, es
decir, que el proceso de fermentación sea tan prolongado, lo que hace que se
pierda nitrógeno en forma de amoniaco, también evitamos la pérdida de carbono.
Todo basado en un trabajo de investigación de muchos años, yo al menos llevo 16
en esto”, refiere.
En resumen: en dos meses 30 toneladas
de materia orgánica se convierten en tierra fértil para abonar y regenerar el
suelo de Xalapa, sobre todo en las avenidas principales. Francisco Martínez
dice que si la población separara correctamente su materia orgánica esto
permitiría reducir hasta 100 toneladas diarias más lo que se manda al Relleno
Sanitario, con lo que podría generarse 20 toneladas de abono al día.
lombricomposta
de estándares internacionales
Sobre la lombricomposta, Francisco
Martínez Tlapa afirma que la tasa poblacional de lombriz que se cultiva en los
seis estanques de producción con los que cuenta el Centro de Compostaje es de
dos kilos por metro cuadrado, y se produce entre 30 y 40 toneladas que se va
directo a los invernaderos municipales por su alta calidad.
Se trabaja con las especies de lombriz Eisenia
Andrei, Perionyx y Excavatus. “Tenemos los
procesos adecuados para obtener certificaciones de calidad nacionales e
internacionales. Es realmente fantástico lo que está haciendo esta
administración municipal en la materia”.
Explica que los tanques están a
desnivel para captar los escurrimientos de lixiviados que terminan en un
aljibe, que se procesan con azufre y se transforman en fertilizantes foliares.
“Nada, absolutamente nada se
desperdicia aquí. La materia orgánica en Xalapa representa alrededor de 56 por
ciento de lo que se genera. Si hay un proceso selectivo en hogares, mercados,
centros comerciales e instituciones, podríamos reducir más de la mitad el
tonelaje enviado para disposición final, recuperar suelo y apoyar al campo”.