Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Esta historia ya la conté, pero va corregida y
aumentada. En su campaña por la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares
prometió a cientos de empresarios veracruzanos que les pagaría el adeudo que el
gobierno de Javier Duarte (y no Javier Duarte) había contraído con ellos. Pero
ya como gobernador los mandó al diablo y los acusó de duartistas.
Los empresarios se movieron, presionaron y Yunes dijo
que con tal de que no siguieran fregando les pagaría. Para esto emitió un
ACUERDO que se publicó en la Gaceta Oficial del 27 de septiembre de 2017 no sin
antes amenazarlos: “Vayan con su documentación a la SEFIPLAN, pero ay de aquel
que pretenda hacer un cobro indebido porque le fincaremos responsabilidades
penales”.
Los empresarios subieron toda su documentación a la
plataforma de SEFIPLAN, tal como se estableció en el ACUERDO. Es decir, les
recibieron sus documentos, les dijeron que los revisarían con mucha atención y
que se prepararan para comenzar a cobrar. “Ya se aguantaron lo más, aguántense
lo menos”.
Reitero, la documentación presentada se subió a la
plataforma de la SEFIPLAN y quedó en resguardo de la dependencia.
Pero en la revisada se fueron catorce meses y nunca
les pagaron.
El 30 de noviembre tanto el gobernador Yunes como el
titular de la SEFIPLAN Guillermo Moreno Chazzarini, agarraron sus chivas, se
largaron y dejaron colgados de la brocha a los empresarios veracruzanos.
¿De cuánto es el adeudo en realidad? Bien a bien nadie
lo sabe. Cuando se fue Javier Duarte se dijo que era de 11 mil millones, pero
Yunes aseguró que es de 5 mil millones.
El dirigente de Empresas SOS, Jesús Castañeda Nevárez
dice que a los 100 miembros de su organización les adeudan 450 millones, pero
hay un aproximado de 4 mil 200 empresarios (entre estatales y foráneos), a los
que el gobierno de Veracruz les adeuda un monto de entre los 5 mil millones que
dijo Yunes y los 11 mil millones de pesos que se afirma, les quedó a deber
Duarte.
Quien pensó que con el cambio de gobierno las cosas
mejorarían se equivocó de cabo a rabo porque los hombres de empresa acaban de
recibir un mazazo más fuerte.
Y es que ahora resulta que la SEFIPLAN nunca ingresó
la documentación; que Miguel Ángel Yunes Linares la desapareció; que no hay
ningún papel que avale ese adeudo; que las facturas no están por ningún lado;
que lo sentimos mucho pero así es la vida de injusta.
El subsecretario de la SEFIPLAN Eleazar Guerrero, les
dijo que con la pena pero hay que aguantar y tener paciencia. Hay que volver a
hacerlo todo y hacerlo bien. Despacio y nos amanecemos.
Y de ribete mandó un mensaje a los 4 mil 200
empresarios restantes: “Tenemos seis años para revisar cada uno de sus casos”.
¿Qué sigue? Que los empresarios tendrán que volver a
hacer el papeleo y formarse otra vez en la cola como se han formado desde hace
cinco años, mendigando lo que por derecho les corresponde porque ya lo trabajaron.
Esto les llevará tiempo y dinero; un tiempo que se les
acabó y un dinero que no tienen porque muchos ya quebraron o están al borde de
la quiebra.
En conclusión nomás hay de dos sopas: fideos y jodeos
y los fideos ya se acabaron. El mensaje de don Eleazar fue claro; a los 4 mil
200 hombres y mujeres de empresa no les pagará este gobierno. Y a los que
pertenecen a Empresas SOS quizá, puede ser, a lo mejor, quién sabe…
De ese tamaño están las cosas para los generadores de
empleo en la entidad.
Pasu madre… y pensar que hubo un tiempo no lejano en
que Veracruz fue el granero y yunque de la nación.