Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Hasta antes de la renuncia de Margarita Zavala al PAN;
ese partido estaba en reales posibilidades de volver a Los Pinos llevándola a
ella como abanderada.
Desde hace dos años en que anunció su intención de
jugar por la presidencia, Margarita se convirtió en una aspirante fuerte y
sólida, más mucho más de lo que en su tiempo lo fueron Rosario Ibarra, Patricia
Mercado y la gris Josefina Vázquez Mota.
También desde hace dos años ocupa la punta en las
encuestas serias del país, sólo debajo del eterno Andrés Manuel López Obrador.
Pero la ventaja que le lleva el Peje no es imposible de remontar.
En fin, la mesa estaba puesta para el banquete pero el
líder del PAN, Ricardo Anaya llegó a jalar el mantel.
Y es que el inexperto chamaco no entendió la ecuación
panista que era bien sencilla: se trataba que el PAN apoyara con todo a Margarita
mientras Ricardo se preparaba para ser candidato en el 2024, con lo que panismo
se hubiera podido chutar otros 12 años en Los Pinos a partir del 2018.
Pero al chamaco le ganó el ansia y las prisas. Con la
renuncia de Margarita nadie duda que estará en las boletas el próximo año como
abanderado del Frente Ciudadano, pero nadie apuesta un cacahuate por su
victoria.
Astuto como es, ha buscado agenciarse voluntades para
su causa, pero éstas cuestan. ¿Qué hará con Veracruz cuando dos sujetos que son
enemigos irreconciliables y buscan un mismo objetivo le cobren los favores que
le han hecho?
Ricardo Anaya le debe mucho a Miguel Ángel Yunes
Linares y también tiene una deuda pendiente con Dante Delgado, que le ofreció
su partidito para armar junto con el PRD el aguado Frente Ciudadano.
Yunes Linares quiere que su hijo sea el próximo candidato
a la gubernatura de Veracruz y Dante también quiere lo mismo, pero para él.
Como presidente del PAN aliado a Movimiento Ciudadano,
¿qué hará Ricardo Anaya cuando se vea ante la disyuntiva de escoger candidato
para Veracruz?
Si opta por la candidatura de Miguel Ángel hijo, Dante
abandonará el Frente y se irá a medrar a otro lado. Convenenciero, vividor y
falto de dignidad como es, quizá le quiera vender la media docena de votos de
MC a Morena, quizá pacte en lo oscurito con su enconado enemigo Yunes Linares o
quizá se lance en solitario por la gubernatura con lo que su partido puede
perder hasta el registro.
¿Y qué pasará si Anaya se decide por Dante Delgado
para Veracruz?
Uta, no quisiera estar en los zapatos del imberbe
queretano.
Si no conoce la ira de Yunes Linares ahí la va a
conocer. El nativo de Soledad de Doblado no se anda con fregaderas a la hora de
cobrar facturas y si el líder panista no le cumple sufrirá las consecuencias de
esa ira.
Yunes Linares es capaz de reventar los mítines de
Ricardo en Veracruz. Y eso nada más para empezar.
De ninguna manera tolerará que su enemigo, Dante
Delgado, quiera sucederlo en el cargo. En una de esas se alía hasta con el PRI,
no tanto para evitar que gane Dante (que no ganará), sino para que Anaya bese
el polvo de la derrota en Veracruz.
Es decir, por donde se le mire, las cosas no serán
agradables para Ricardo Anaya. A menos que sea Dante Delgado el que ceda,
porque ni pensar que eso vaya a suceder con Yunes Linares.
Eso sin contar con la revuelta que le armarán los
panistas tradicionales y el bajón de votos que está sufriendo el PAN con la
renuncia de Margarita.
Ignoro si la ex primera dama alcance la presidencia
como candidata ciudadana; la verdad no lo creo. Pero de lo que sí estoy seguro
es que Ricardo Anaya jamás será presidente por dos razones: por ambicioso y por…
por… sí, por eso que estás pensando, lector.