La segunda venida apunta hacia adelante, hacia el tiempo en que volverá a venir con gloria, nadie sabe con exactitud cuándo el Salvador vendrá de nuevo “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”.
Me quiero atrever a hablar un poco de una “venida intermedia” de Cristo.
¿Y qué he de hacer yo para acceder a esa venida intermedia del Señor en la intimidad de mi ser? Bien, lo primero que hay que hacer es tener muy en cuenta las palabras del Señor que nos dijo: “Si alguno me ama guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada” Yo creo que todos los bautizados que nos encontremos en gracia divina, accedamos a la “inhabitación Trinitaria”, es decir al misterio por el cual la Santísima Trinidad habita en el corazón de la persona que está en gracia, sin pecado mortal.
Además, si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud, por ello en esto conoceremos si permanecemos en él y él en nosotros, ya los Santos Padres insistieron en la presencia de Dios Trino en el alma del justo; que impactante, extraordinario y gozoso es saber que Dios está en nosotros, así es que podemos decir que conocemos tres venidas del Señor. “Además de la primera y la última, hay una venida intermedia” en la primera el Señor habito entre nosotros tomo condición humana la segunda la esperamos con esplendor y gloria y la intermedia como dice San Bernardo “es oculta, sólo la ven los elegidos y gracias a ella reciben la salvación” entiendo que viene de una forma espiritual, para consolarnos, y darnos descanso, cumpliendo su palabra que dice “Yo estaré con ustedes todos los días de sus vidas” refiriendo a que espiritualmente estaría con nosotros.
Pero para que no se piense que estoy un poco “chiflado” reconozco que tienes razón, pero si dejas que la palabra del Señor entre hasta lo más íntimo de tu alma empezaras a conservar, a vivir en la fe los preceptos de Dios, y comprenderás que efectivamente hay una venida intermedia la cual se vive en la fe por amor y con esperanza de una segunda venida.
Si guardas así la palabra de Dios, es indudable que Dios te guarde a ti; el Señor viene en su palabra, en la santa eucaristía y demás sacramentos, entra en mi vida, su misterio y presencia transforma a los hombres que están dispuestos a recibirlo en esta venida intermedia.
Es clara la conciencia que tengo de esta venida intermedia como cristiano de que este tiempo no es algo vacío, ni simple, Cristo ha dejado su Iglesia de donde mana la gracia y de manera especial los siete sacramentos.