Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
A las 21:30 de este domingo, el presidente electo
Andrés Manuel López Obrador, se retiró de la casa de transición en la colonia
Roma y lo único que dijo a los reporteros que le preguntaron por el resultado de
la encuesta sobre el nuevo aeropuerto fue: “Van a tener nota”.
Y tuvieron la nota.
Media hora después, el director de la Fundación Rosenblueth, Enrique Calderón
Alzati, anunció que luego de cuatro días de consulta la ciudadanía había
escogido a Santa Lucía como la opción para el Nuevo Aeropuerto Internacional de
México.
Agregó que hasta esa hora
se habían contabilizado el 98.18% de las casillas donde sufragaron 1 millón 67
mil votantes. De éstos 310 mil 463 votaron por la opción de Texcoco, mientras
que 747 mil votantes lo hicieron por Santa Lucía.
Con esto quedó resuelto
el asunto del nuevo aeropuerto.
Ante el posible meneo del
peso en los mercados internacionales si la opción era Santa Lucía, el futuro jefe
de la Oficina de la Presidencia Alfonso Romo, había dicho la víspera que el
resultado no causaría pánico ni tendría por qué afectar al peso de manera
negativa.
“No hay pánico, hay
tranquilidad. Hay que agarrar las cosas con calma, mi amigo”, le contestó a un
reportero.
Pero apenas se dio a
conocer la noticia, el peso sufrió un sofocón de casi 25 centavos frente al
dólar. Previo al anuncio, el dólar de vendía en 19:37 pesos. Pero la madrugada
de este lunes, cuando ya habían abierto los mercados europeos, se cotizaba en
19.61 pesos.
Bueno será saber qué dice
ahora Ponchito.
Y el jaleo apenas
comienza. Para este día se prevén varias caídas en la Bolsa Mexicana de Valores
y el muy probable desplome de empresas.
El NAIM de Texcoco
comenzará a despedir obreros, albañiles, arquitectos, ingenieros, médicos y
personal de oficina que pasarán a engrosar las filas de los 2 millones de
desempleados.
No deja de ser paradójico
saber que estaba planeado para ofertar más de medio millón de empleos directos
y casi 300 mil indirectos, pero eso quedará para mejor ocasión porque el
resultado de una encuesta dice que si se arregla Santa Lucía y se remienda el
AICM, las cosas van a salir más baratas y más chidas.
¿Acertó el pueblo?
No lo creo. Al final el
NAIM se va a construir en Texcoco, con seis años de atraso pero será en
Texcoco. Lo que sí es cierto es que lo obligaron a tomar una decisión que es
responsabilidad exclusiva del presidente y no tenía por qué delegarla. Es
decir, si lo que desea AMLO es cerrar Texcoco porque así lo prometió en
campaña, adelante. Pero que no embarre “al pueblo”.
Por muy sabio que sea, el
pueblo es susceptible a equivocarse y a cometer injusticias. Ya sea que gane
por 1 millón 67 mil votos (cantidad nimia para los 130 millones de habitantes
que somos actualmente) o por aplastante mayoría.
Hace 2 mil años el pueblo
(bueno… una turba de 200 fulanos) exigió a gritos que se crucificara a un carpintero
de Nazaret que no hacía otra cosa que predicar el amor entre los seres humanos.
Y lo crucificaron.
¿Fue justo eso?
Evidentemente no; pero
ganaron las mayorías.
Aunque en realidad se
impuso una aplastante minoría.