Por Rafael Arias
Hernández.
A 272 días del fin del
período oficial, la situación empeora. Con
economía desatendida y en recesión, aumentan los veracruzanos en pobreza, hambre e inseguridad.
Tan solo para 2017 son
reportados más de 2,200 homicidios;
genera casi 800 pobres diarios; y destaca en el país, de 2012 a 2017, como el de
mayor crecimiento de pobreza laboral, al pasar
de 45% a 54.4% (México como vamos. Basado en CONEVAL.230218)
La misma fuente oficial,
sostiene que 4 de cada 10 mexicanos, están en pobreza laboral. El 41% no puede
adquirir la canasta básica, cuyo costo
aumento 9% a fines de 2017. Inflación,
baja capacidad de compra. Aumentan pobres en
1.8 millones, para llegar a 50.8 millones en pobreza salarial. (Gobernantes.com.140218)
Se comprueba, que
quienes gobiernan no pueden; y además, facilitan o provocan el debilitamiento y
la quiebra de instituciones. Gobiernos autoritarios, simuladores y encubridores
Patético y deplorable
querer silenciar y, reprimir, ocultar o ignorar trabajos periodísticos, denuncias ciudadanas, acciones de la sociedad civil e
investigaciones académicas, que señalan como la ineficiencia y delincuencia afecta y caracteriza a muchas dependencias
oficiales, ocasionando pérdida de credibilidad
y confianza. Desde siempre, se sabe que innumerables delitos no se denuncian, o
institucionalmente se ocultan o minimizan. Sin duda, la inseguridad es mayor de
lo que oficialmente se acepta.
MÁS HARTAZGO E
INCONFORMIDAD SOCIAL.
Así que crecen pérdidas y rezagos sociales, en gran parte
ocasionados, permitidos o alentados por los principales responsables: tanto por
el gobierno estatal del PANRD, como el federal del PRIVERDE. Conocidos y
padecidos paladines o malandrines, de más de lo mismo…y peor.
Gobiernos acusados y
cuestionados, por estar integrados y a
cargo de demasiados incompetentes y hasta de malhechores, en buena parte
dedicados a beneficiar sus intereses personales, familiares y de grupo. Intocables
y reciclables, que se encubren y protegen, para mantenerse en el poder dizque
“para servir a la sociedad”. ¿Enriquecimiento inexplicable? Por favor.
Imparables llevan al
estado y país, de mal en peor.
Y hay que insistir y
repetir. Lo importante, lo prioritario de un buen gobierno son los seres humanos, que se deben atender bien y a tiempo. No los gobernantes, ni los
políticos.
Desafortunadamente, en
buena medida esto no sucede, ya que someten a la población a más y más
limitaciones y sacrificios; para incluso aprovecharse de sus desgracias
con despensas, subsidios, apoyos, becas e infinidad de acciones
asistenciales o clientelares, mal
administradas y muchas orientadas a influir y condicionar las elecciones; y a
imponer la minoría mayoritaria en el gobierno, caracterizada por abyectos e
incapaces. Simple presencia e influencia del hampa electoral.
LOS MISMOS…MÁS
AUTORITARIOS
En la creciente crisis
institucional, es lamentable y evidente,
que en su seno crecen y se
fortalecen autoritarismo, nepotismo,
ineficiencia, corrupción, simulación e impunidad; ya es costumbre, saqueo de recursos públicos, y uso y abuso de
atribuciones e instituciones, incluso para favorecer concesiones y privatizaciones
que resultan lucrativos negocios personales, familiares y de grupo; al mismo tiempo que se desatienden o no se
satisfacen necesidades básicas sociales, y se reducen, agreden o conculcan
libertades y derechos humanos.
Eso sí, se persiste en
el exhibicionismo y se recurre con más frecuencia al autoritarismo y la arbitrariedad oficiales.
Prohibido manifestarse
y protestar contra ineficiencia y delincuencia gubernamental, porque en alguna
forma la agresión y represión oficial es
la respuesta.
Prohibido denunciar o
señalar errores y fracasos, pérdidas y deficiencias, porque se ofenden los autoritarios y simuladores.
En suma, prohibido
hacer uso de libertades y derechos, así como exigir más presencia y
participación ciudadana y social, para en verdad fiscalizar, evaluar y contribuir
al esfuerzo colectivo para mejora y superación.
Y ahí siguen en los
gobiernos, los principales causantes y
responsables, de la resistencia y la desobediencia civil que,
con razón y derecho, ya se
expresa de muchas formas.
Esos de siempre, que
llegaron y están en el poder, para no poder; y muchos para aprovecharse de recursos
públicos e instituciones, para beneficiarse,
enriquecerse y ser parte de la escandalosa ineficiencia y delincuencia en el
gobierno. Esos, los que están; los que ya se van: los mismos que necesitan de
la continuidad de la impunidad.
Por lo pronto, insistir
que aumentan inconformidad y hartazgo social.
Y también repetir, que mantienen a Veracruz en
recesión, más pobre, hambriento, e
inseguro.
Preocupa que ante contextos nacional e
internacional adversos, se pronostique y alerta, que la
difícil situación va empeorar. De ahí que
deben reclamarse más eficiencia,
efectividad y capacidad a quienes gobiernan. Incluso, simple y sencillo,
preguntar y evaluar, ¿si pueden o no pueden con el cargo?
Hablo de ejercer poder y cumplir con el
deber que, en todo caso, exige
transparencia objetiva, información actualizada y confiable; diagnóstico real y fiscalización efectiva; participación
y evaluación ciudadana y social permanentes; y desde luego una clara, precisa y
pertinente estrategia que incorpore “los cómo y los cuándo”, “los con qué” se
cuenta, para alcanzar los objetivos y metas. Esos imprescindibles “para qué”, que motivan y
facilitan la unificación de esfuerzos.
Ante las evidentes opacidad,
desinformación y simulación oficial. Obligado insistir: ¿De qué tamaño es el
daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual?
¿A cuánto asciende el total-total de deuda
pública estatal y municipal?
¿Dónde están los miles de millones de pesos
presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción?
¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más
concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de
la reestructuración de la deuda? ¿Por qué sostener a funcionarios ineptos o
mediocres con ofensivos súper-sueldos y beneficios especiales?
Al final, lo determinante son y serán
los hechos, los resultados positivos comprobables.
Resultados que son difíciles de identificar y señalar si
no hay seguimiento, control y evaluación; si no interesa, porque se sabe, que hay pocos logros y avances, o simplemente no
los hay; o incluso, porque se ignoran o
minimizan ante un ambiente de insulto, denostación, distracción y manipulación,
propio de la época de elecciones, en la que escándalo y enajenación
dominan.
-Academico.IIESESUV
@RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH