Sin tacto
Por Sergio González Levet
El cada vez más impresentable y alocado Gerardo Fernández Noroña le hizo el dudoso honor y el muy flaco favor a la gobernadora Rocío Nahle de asistir al evento en el que ella leyó públicamente el Primer Informe de Gobierno escrito que entregó el pasado 15 de noviembre a la LXVII (la número 67, para quienes no saben leer numero romanos) Legislatura del Estado.
Llegó el senadorcito de la República minimizada por representantes como él caminando por la escalinata que está entre el Palacio de Gobierno y el Parque Juárez, flanqueado por la inquisitorial compañía de la reportera Yolanda Luna, que no le pudo sacar ni al menos la sopa aguada de una declaración, aunque fuera en contra de alguna dama, como a él le gusta tanto hacerlas.
Entre los esfuerzos informativos de Yolanda y el esfuerzo descomunal de los pulmones del polémico fanático de la Cuarta Transformación, que sólo le sirven para ayudarlo en la emisión de malas palabras y de peores argumentos, el tal Noroña fue avistado por un grupo de personas que habían acudido por propia voluntad (esta vez no hubo acarreados, sólo algunos cientos de autobuses seguramente alquilados con dinero de sus propios bolsillos por los propios ciudadanos llenos de entusiasmo y fervor).
La exaltación ante el poder hace cometer deslices a quienes caen en la taxonomía de beneficiarios de los pocos programas sociales que aún están vigentes, y por eso seguramente esos individuos, ante la presencia del morenista más cuestionado de la actualidad, decidieron ¡echarle porras!, como si muchísima gente en el país y en las redes sociales, y hasta la Presidenta de la República, la propia Claudia Sheinbaum Pardo, no hubieran censurado las barbajanadas que dijo el pobre tipo en contra de la viuda de Carlos Manzo, la actual alcaldesa de Uruapan, Grecia Quiroz.
Pero el sometimiento fanático no tiene ética ni moral ni parangón. Quién sabe qué pensaron esos acarreados de ayer en el Parque Juárez; ésos que oficialmente no eran acarreados. Tal vez en su mente obnubilada por los 6,200 pesos que reciben cada bimestre pensaron que tenían que justificar al pelafustán noroñesco porque ésa es la costumbre de los seguidores de la doctrina de Andrés Manuel López Obrador: estar a favor de lo que sea que provenga de la boca del Patriarca o de alguno de sus sacerdotisas y/o sacerdotisos.
¿A qué persona con un poco de inteligencia y un tanto de vergüenza se le va a ocurrir no solamente estar de acuerdo sino festinar las groserías del tal indignante senador en contra de una dama a la que le mataron a su esposo, el amor de su vida y padre de sus pequeños hijos?
¿Creerán los llamados chairos que a cambio de la limosna del morenato están obligados a entregar no solamente su voto, sino su decencia y hasta su alma?
Qué pena para los veracruzanos que haya estado ayer Gerardo Fernández Noroña en el discurso del Primer Informe de la ingeniera Rocío Nahle García.
En verdad que deslució al evento, al Gobierno y al estado.
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