CLAROSCUROS
José Luis Ortega Vidal
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El aeropuerto Canticas, ubicado entre los municipios de Minatitlán y Cosoleacaque, en el sur de Veracruz, se encuentra a unos doce kilómetros de Coatzacoalcos, si tomamos como referente la antigua conformación urbana de la ciudad y puerto.
Si uno viaja desde Villahermosa, Tabasco, a dicha terminal aérea, puede evitar los accesos a las ciudades de Minatitlán y Coatzacoalcos al tomar la carretera federal 180 y sus largos tramos de autopista, para doblar a la derecha sobre la vía de Mapachapa a Canticas; desde ahí al aeropuerto, un automovilista ocupará unos quince minutos para arribar al lugar.
Desde Villahermosa a Minatitlán la distancia aproximada es de 187 kilómetros; el viajero cruzará con la desviación a Dos Bocas, municipio de Paraíso –donde se encuentra la refinería Olmeca-; la población de Cárdenas, municipio del mismo nombre; así como la desviación al municipio de Huimanguillo; todo dentro de territorio tabasqueño.
Ya en suelo veracruzano se topará con los municipios de Agua Dulce, Las Choapas, Moloacán, Ixhuatlán del Sureste, Nanchital, para acceder a Coatzacoalcos y Minatitlán.
Recuerdo estos lugares porque la señora Beatriz Gutiérrez Müller atravesó dicha geografía del sureste el domingo pasado, luego de visitar a su esposo Andrés Manuel López Obrador en Palenque, Chiapas, donde reside en su rancho “La Chingada”.
De Palenque, Chiapas, a Villahermosa, Tabasco, la distancia es de unos 145 kilómetros; vaya, es más cercano Palenque de Villahermosa, que esta ciudad con respecto a Minatitlán y Coatzacoalcos.
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Sabemos, por una carta de la señora Gutiérrez Müller difundida el pasado fin de semana y una columna de la escritora y periodista Sabina Berman publicada apenas este lunes 18 de julio, que la esposa del ex presidente López Obrador viajaba con su hijo Jesús Ernesto López Gutiérrez, con destino a la ciudad de México, donde viven en la delegación Tlalpan.
Complementarían el viaje por avión y para ello compraron boletos en el aeropuerto de Canticas, que a pesar de ser catalogada como terminal internacional, realmente oferta pocos vuelos y su destino más demandado ha sido, por años, la CDMX.
Vaya, es un aeropuerto pequeño con atención a un mercado modesto.
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Al sumar la distancia de Palenque-Villahermosa-Coatzacoalcos/Minatitlán, hablamos de unos 333 kilómetros vía carretera.
Es un tramo largo para recorrer con el único objetivo de salir de una finca o rancho como “La Chingada” a un aeropuerto.
¿Por qué tomar esta opción?
¿Porqué, si en Villahermosa se encuentra un aeropuerto internacional con más vuelos que Canticas –lo cual implica alternativas en precios, comodidad, horarios, que la modesta terminal aérea del sur profundo jarocho no oferta-?
Sólo el matrimonio de Andrés Manuel López Obrador y Beatriz Gutiérrez Müller nos podría ofrecer una respuesta; aunque, en lo particular, no me interesa preguntarles.
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El mismo fin de semana que la familia López Gutiérrez se reunió en Palenque para atender el tema del bautizo de su nieto –Sabina Berman dixit-, en Coatzacoalcos se llevó a cabo el Festival del Mar, un exitoso evento cultural que reunió artistas, intelectuales y generó derrama económica y diversión para un municipio que lo necesita como las 212 demarcaciones de Veracruz.
Sabina Berman y Laura Esquivel, su colega escritora, realizaron sendas presentaciones durante la fiesta oficial en el antiguo Puerto México; donde disertaron sobre política, literatura y otros temas.
Quiso la casualidad que el domingo 17 de julio, Sabina, Laura, Beatriz y Jesús Ernesto se cruzaran en el aeropuerto de Canticas y al día siguiente se publicó en la versión digital de El Universal, la crónica que Sabina Berman dedicó a dicho encuentro.
El martes 20 de julio, El Universal replicó el texto de Berman en su periódico impreso, así que los interesados en leerlo cuentan con ambas opciones.
Grosso modo la intelectual y abierta simpatizante de la 4T, de MORENA, de AMLO y –ahora- de la carta escrita por Beatriz Gutiérrez Müller, lanzó reconocimientos a la sencillez de la esposa e hijo de AMLO por viajar en vuelo comercial, no contar con guaruras y resistir estoicamente las versiones falsas –según Beatriz y según Berman- sobre supuestos planes de irse a vivir a España e inscribir al hijo menor de AMLO en la Universidad Complutense de Madrid.
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Etcétera.
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¿Por qué viajar 187 kilómetros de carreteras entre el Tabasco de la barredora de Hernán Bermúdez Requena -prófugo ex secretario de Seguridad Publica de Adán Augusto López Hernández- y el sur de Veracruz sumido en el infortunio de la inseguridad?
Va un ejemplo: la noche del viernes 15 de agosto, dos días previos al viaje –con café en una mesa solitaria de Canticas, según Sabina Berman- mientras Coatzacoalcos disfrutaba de su primera jornada en el Festival del Mar, se vivieron horas de violencia en Minatitlán, Chinameca, Cosoleacaque y Sayula de Alemán, con varios ejecutados y heridos como resultado de ataques a balazos entre integrantes del crimen organizado y contra cuerpos policiacos de distintos niveles.
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Ante dicho panorama tan crudo, el viaje de la esposa y el hijo de AMLO -el personaje más poderoso de México, al mismo nivel de la presidenta Claudia Sheinbaum o por encima de ella- pierde cualquier toque de romanticismo con todo y su ropaje de austeridad republicana, para convertirse en severo acto de irresponsabilidad.
Si les hubiese pasado algo a Sabina Berman y Laura Esquivel, el país no se habría sacudido desde su interior y su contexto político exterior, tanto como habría sucedido de ocurrirles a doña Beatriz Gutiérrez de López y Jesús Ernesto López Gutiérrez, hermano de Andrés Manuel López Beltrán (Andy, aunque no le guste), secretario general de MORENA a nivel nacional.
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¡Rediez, joder, caramba: que no somos iguales por más que nos intenten vender esa falsa humildad…!
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Bueno, para concluir, debo decir que no les creo nada…
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Y desde luego, me refiero a la versión de que resulta mejor viajar desde Canticas, en Veracruz, que tomar un vuelo desde Villahermosa, Tabasco, cuando tu punto de salida está en “La Chingada”, Palenque, Chiapas.
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Si el viaje a Canticas fue por el café, recordemos que desde Chiapas se obsequia chocolate Bienestar.
En fin.
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Por lo demás, Sabina Berman es una articulista a quien leo cada domingo (resultó extraña su publicación en lunes y martes) y a doña Beatriz la visualizo como una mujer ciertamente enamorada de un “lindo señor” o “loco hermoso” (lo dice en su carta pública) y ocupada del futuro del muchacho que recién ha vacacionado en Europa pero desea emprender una carrera diplomática y estudiar en la ciudad de México: su hijo.
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Y a todo esto, doña Beatriz no ha negado ni aclarado el tema de la presunta gestión para obtener la nacionalidad española.
Al respecto, esta historia bien puede guardar una moraleja.
