Ayer por la tarde, la Comisión Política Permanente del PRI en la Ciudad de México, dio a conocer la lista de candidatos a diputados plurinominales para Veracruz y la primera sorpresa fue que a Héctor Yunes Landa lo mandaron a la tercera posición y no a la primera, que le correspondió al líder estatal del partido, Marlon Ramírez Marín.
En la segunda posición quedó Anilú Ingram Vallines,
sin duda la diputada más activa de la actual Legislatura federal que se ganó
ese derecho por méritos propios. Anilú no sólo es una mujer inteligente, es una
aguerrida diputada que desde la tribuna ha puesto a más de uno en su lugar y ha
presentado propuestas en beneficio de los que menos tienen.
En cuarta posición quedó Arianna Guadalupe Ángeles
Aguirre, ex alcaldesa de San Andrés Tlalnehuayocan y actualmente Secretaria
General del PRI estatal. El lugar número cinco fue para Anel Alejandro Barradas
y el sexto para la presidenta del Organismo Nacional de Mujeres del PRI en
Veracruz, Yolanda Lagunes López, una brillante feminista. Y tras ellos una
lista de 14 más hasta completar 20.
Ninguna de las candidaturas fue objetada a excepción
de la de Héctor Yunes cuya posición no le gustó ni a él mismo.
Apenas se conocieron los nombres, un nutrido grupo de
cenecistas tomó las instalaciones del PRI estatal en Xalapa para protestar
ruidosamente por la candidatura de Héctor del que dijeron lindeza y media.
Una iracunda mujer le dijo al delegado del PRI, Jorge
Armando Meade Ocaraza, que Héctor quiere votos para “su pinche partido” en
referencia al Partido Todos por Veracruz. Cómo es posible que le estén jugando
chueco a usted acá mismo en Veracruz, si Héctor Yunes todo el tiempo ha jugado
chueco, dijo la mujer que preguntó: ¿Quién vota por Héctor Yunes? ¡Nadie!, fue
la contestación general.
A Héctor tampoco le gustó su lugar en la lista. Esto
se infiere porque un reportero le dijo Marlon Ramírez que el nativo de Soledad
de Doblado había manifestado su “preocupación” por la tercera posición que le
tocó.
“¿Usted qué opina?” le preguntó el reportero, a lo que
Marlon respondió: “A mi lo que me preocupa son los más de mil candidatos y
candidatas que en estos momentos andan recorriendo Veracruz en busca del voto.
Me preocupa su seguridad, que no les pase nada y que lleguen con bien a sus
hogares. Esa es mi preocupación”.
A pesar de que sigue viendo por sus intereses en lugar
de hacerlo por los del partido al que tanto le debe (convenció a Alito Moreno
de meter a más de 140 regidores de varios municipios en la posición número uno),
Héctor dejó de ser el engañabobos del PRI que alguna vez fue. Sus chantajes ya
no surten tanto efecto en el Comité Ejecutivo Nacional y menos en el PRI
estatal donde ya no se espantan con el petate del muerto.
Al mandarlo a la tercera posición el mensaje fue claro:
“Tu no irás como nuestro candidato a gobernador en el 2024”.
Es por eso que al interior del tricolor casi nadie
pone en duda que más temprano que tarde terminará yéndose a Todos por Veracruz,
donde sin ningún problema se ungirá como candidato de ese partido a la
gubernatura. “Ojalá ya se hubiera ido; sería un favor que le agradeceríamos
siempre”, me dijo un connotado tricolor mientras veíamos la protesta de los
cenecistas en la explanada del PRI estatal.
Sólo hay pequeño detalle. Ayer dije que en ese sentido
el Plan B de Héctor se llama Todos por Veracruz. Pero si el partido no logra el
porcentaje de votos que exigen el OPLE y el INE perderá el registro. Y si esto
sucede el Plan B se habrá ido al diablo y puede que Héctor quede en total
desamparo.