El 9 de abril el diario La Jornada dio a conocer que la FGR había reactivado las pesquisas contra Miguel Ángel Yunes Linares interpuestas por Javier Duarte y Manuel Espino. Pero ahora casi la totalidad de los diarios capitalinos le han dado seguimiento al presunto desvío de recursos del choleño cuando fungió como director del ISSSTE en tiempos de Felipe Calderón.
¿Será que ahora sí lo van a torcer?
Entrón como es, Miguel Ángel contestó que dichas
denuncias fueron investigadas y todas concluyeron con un no
ejercicio de la acción penal por contener hechos falsos y acusaciones
fantasiosas. De paso, acusó a La Jornada de ser el diario oficial del gobierno
y de recibir 400 millones de pesos provenientes de recursos públicos.
Ayer agregó: “Nunca fui requerido por ninguna
autoridad por temas relativos a mi gestión como Director General del ISSSTE
porque siempre actué con base en la Ley”. Dijo que “no es casual” que la
denuncia interpuesta por la UIF se “filtre” en plena campaña electoral, y que,
aunque él no participa en actividades políticas, se utilice como punta de lanza
en una estrategia para lastimar a dos de sus hijos que decidieron hacer carrera
en el sector público.
¿Por qué se reactivaron las denuncias?
Quizá suene fantasioso, pero con la paranoia que se
carga Andrés Manuel López Obrador, de seguro lo está viendo como alguien que
puede incidir negativamente en Morena durante las elecciones en Veracruz.
Una de las cosas que se propuso el tabasqueño
apenas se terció la banda presidencial, fue meter en la cárcel a Miguel Ángel que
lo injurió hasta que se cansó. De ahí que ordenó que buscaran hasta por debajo
de las piedras acusaciones que lo llevaran ante un juez de control.
Las acusaciones ahí están, el problema es que no se
han podido probar.
Hay una a la que nadie ha hecho caso. En 2019 el
Orfis de Lorenzo Antonio Portilla interpuso una demanda por más de mil 100
millones de pesos por la compra de unas cámaras de vigilancia. Las cámaras
nunca jalaron y el dinero no aparece.
Ante la posibilidad de que ninguna acusación
proceda, lo que le queda a Andrés Manuel es utilizar el “Método Yunes Linares” que
consiste en encarcelar a los enemigos a pesar de que las imputaciones ameriten
libertad bajo caución.
Este método lo puso en boga Miguel Ángel cuando fue
gobernador, al meter en prisión a decenas de duartistas que después salieron en
libertad. Luego Andrés Manuel lo hizo efectivo con Rosario Robles y Juan Collado.
Y después lo retomó Cuitláhuac García con la detención de los perredistas Rogelio
Franco y Gregorio Gómez.
Los delitos por los que acusan a Rosario, Juan,
Rogelio y Gregorio no ameritan prisión porque no son considerados graves. Sin
embargo están encerrados. Los dos últimos al menos hasta que pasen las
elecciones, mientras que los dos primeros hasta que se acabe el sexenio.
¿Será que sin una acusación de peso Andrés Manuel
se atreva a entambar a Miguel Ángel? Pudiera ser porque en estos tiempos de la
4T cualquier cosa puede pasar. Pero, ¿a qué costo?
Miguel Ángel no es ninguna perita en dulce; ha
cometido actos de corrupción, desvió de recursos, su modo de vida no empata con
el sueldo que ha ganado como funcionario público, es decir, se le podría acusar
de enriquecimiento ilícito. Pero es un individuo poderoso que ha sabido tejer
un gran entramado de alianzas y complicidades.
Encarcelarlo puede ser un arma de dos filos para
Morena: por un lado puede elevar sus menguados bonos, pero por otro, puede
provocar un escándalo que dé al traste con la 4T el próximo 6 de junio.
Se revelan los Morenos en Córdoba
El rumor de que Juan Martínez Flores, uno de los
aspirantes a la alcaldía de Córdoba por Morena, habría sido elegido ya
oficialmente candidato, desató la furia de los simpatizantes del diputado local
con licencia Rubén Ríos Uribe que salieron a manifestarse a las calles por lo
que consideran una imposición.
Con pancartas donde se leía “No a la imposición”,
“Mario Delgado respeta a mi gallo”, “Ríos aguanta, el pueblo se levanta”, un
centenar de simpatizantes y un centenar de automovilistas organizaron una
caravana que recorrió las principales calles de Córdoba, en protesta contra los
acuerdos tomados desde la cúpula nacional en la designación del próximo
candidato a la presidencia municipal.
Empleados, comerciantes, tianguistas, taxistas,
docentes y militancia en general, expresaron su descontento por el manipuleo
que hace el líder nacional de Morena, Mario Delgado, que junto con el delegado
federal Manuel Huerta Ladrón de Guevara pretenden favorecer al diputado federal
con licencia Juan Martínez Flores.
Se pronunciaron contra este intento de imposición y
acusaron de “arribista” a Martínez Flores, quien lejos de trabajar por el
partido y su militancia, sólo ha sacado provecho para él pues al distrito no
volvió ni realizó ninguna gestión.
La inconformidad de los morenos de seguro llegó a
oídos de Mario Delgado que en los próximos días tendrá que tomar la decisión
para Córdoba. Decisión que deberá contar con el apoyo de las mayorías. De lo
contario… aguas.