- Suman ya 30 periodistas asesinados en Veracruz
- 99.13% de las agresiones quedan sin castigo
- María Elena Ferral, los nombres de los autores
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Cada vez que asesinan a una mujer periodista escuchamos el
mismo grito de reclamo ¡Ni una más! Pero sucede que esas palabras se las lleva
el viento, porque desgraciadamente lo que permanece desde hace ya años es la
impunidad, la que ha permitido que tan solo en el estado de Veracruz sumen ya 30
comunicadores asesinados.
Otra vez, nuevamente, este lunes volvimos a escuchar los
lamentos, las palabras de solidaridad, con los familiares de la periodista
papanteca María Elena Ferral, corresponsal del Diario de Xalapa, con una
trayectoria profesional ampliamente reconocida por propios compañeros y también
por extraños, quien fue asesinada a plena luz del día, en céntrica calle.
Y no basta que la Fiscalía General del Estado -interina y
próxima a ser ratificada en el cargo- haya salido a declarar que “ya se abrió
una carpeta de investigación” como lo hacen cada vez que un periodista es
asesinado, sino lo que queremos escuchar es que ya se tienen al menos
identificados a los responsables.
De acuerdo con la organización Artículo 19 “La ineficiencia
de las autoridades ha contribuido a que el índice de impunidad en las
agresiones contra la prensa se mantenga en un 99.13%. Tan solo 3 periodistas
han sido asesinados, en relación con su trabajo, en lo que va del sexenio de
AMLO.”
Implementar de manera eficiente y diligente el “Protocolo
homologado de investigación de delitos cometidos contra la libertad de
expresión”, aprobado por la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia y
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 12 de noviembre
de 2018, para que esa Fiscalía y las fiscalías locales investiguen
de manera eficiente y diligente delitos contra la libertad de expresión; para
realizar los análisis de contexto conducentes; priorizar la línea de investigación
del trabajo periodístico de la víctima, como móvil del crimen, a la vez que se
ejerce la facultad de atracción de la FGR de manera
clara y brindando certeza a las víctimas.
Tampoco sirve de nada, que como lo haga siempre, después del
periodista asesinado, la mal llamada Comisión Estatal para la Atención y
Defensa de los Periodistas, salga presurosa a manifestar su solidaridad y pedir
justicia, cuando en este caso, la periodista papanteca había denunciado ya
desde hace tiempo las amenazas de muerte y en un acto de valentía había
publicado también los nombres.
El punto es que ya desde el asesinado de la periodista
Regina Martínez, corresponsal de Proceso en la capital del estado de Veracruz,
también se abrió la famosa carpeta de investigación, pero tampoco se ha podido
concluir hasta la fecha, luego de ya varios años y hasta sexenios.
Quisiéramos que como ocurre en todos los casos de la serie
de televisión de La Ley y el Orden, en 48 horas siguientes a que se comete un
delito, se identifica a los responsables y se les captura, para que reciban un
castigo ejemplar.
Y no se necesita traer al investigador Sherlock Holmes para
identificar a los asesinos de María Elena Ferral, simplemente hay que ir a
buscar en las notas y columnas que escribió en su portal de noticias, donde
publica los nombres de quienes pudieron ser los autores intelectuales de su
asesinato.
A ver si ahora sí, logran cerrar la carpeta de
investigación.
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