DE PRIMERA MANO
*Manera diferente de impartir justicia
Como se estilaba entonces (y se sigue
estilando), EL candidato era quien regularmente definía los puestos de elección
popular que iban a estar en juego.
Fue el caso de la diputación federal por
Xalapa, cuando surgió la figura de un joven Silvio Lagos Galindo, que
buscaba la nominación por Xalapa para lo cual la estuvo trabajando y finalmente
la pudo consensuar con Fidel.
Sin embargo, Silvio se enfrentó al
rechazo de Duarte, debido a que el xalapeño le espetó en plena cara, de frente,
que él no era un buen candidato y sería en su caso, un pésimo gobernante.
Obviamente, esto no le gustó a Duarte
de Ochoa que a pesar de que se opuso abiertamente a la candidatura de
Silvio, éste finalmente se impuso, fue candidato e hizo campaña, prácticamente
sin un partido que lo respaldara y de hecho en su contra.
Al final, Silvio ganó esa campaña y se
convirtió en diputado federal por el principio de mayoría relativa y representó
a Xalapa en la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión, aunque eso le costó
el exilio de Veracruz, pues el ya gobernador Duarte no le perdonaba la afrenta.
El tiempo le dio la razón a Lagos
Galindo.
Hoy lo volvemos a ver en la palestra
política xalapeña, con circunstancias similares a aquel 2009, con una
estructura partidista debilitada, a los tapaderazos, pero con el ánimo y el
afán de salir a hacer campaña para ganar.
La reciente renuncia de la dirigente
municipal de nombre Diana González, que nos enteramos que existía hasta
que hizo pública su renuncia al cargo, vino a darle refresco a esa estructura -otrora
poderosísima-, que se vino debilitando poco a poco, pero de manera constante.
La llegada de Roberto Alarcón a
la dirigencia municipal tricolor le da a la campaña que está por comenzar, despresuriza
muchas cosas y da la esperanza de lograr un buen resultado. Hay experiencia y
ganas de hacerlo, pues Roberto sabe lo que hay en juego.
Las campañas inician el martes de la
semana próxima, todos están en el arrancadero, ultimando detalles.
Ya se verá, pues en política, nunca hay
nada escrito. Silvio también lo sabe y está preparado.
Un respetado periodista mexicano que
triunfó en Estados Unidos, Jorge Ramos, sostiene que en algún momento,
todos quienes nos dedicamos a este negocio, debemos en algún momento tomar
partido por algo o alguien.
Un ejemplo, quizá burdo, es la dictadura
de Nicolás Maduro en Venezuela, en la que un verdadero periodista debe estar en
contra de ese régimen autoritario, revelando sus excesos.
Cuando empezó todo el jelengue de la
elección judicial ordenada por otro autoritario Andrés Manuel López Obrador,
acostumbraba preguntar a los juzgadores, qué podrían ofrecer en una campaña,
salvo “hacer justicia” o “ser independientes o autónomos” de los gobiernos en
turno, es decir, lo que en teoría debe hacer cualquier juzgador, del nivel que
sea.
Víctor Manuel Rosas Leal vino a develar esta incógnita y,
proporciones guardadas, es como Jorge Ramos y plantea una manera “diferente” de
juzgar.
Rosas Leal es candidato a magistrado en
la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación.
Tiene una experiencia de 30 años en la
justica electoral, como secretario de estudio y cuenta.
Nunca se la había dado la oportunidad de
ser magistrado, cuando lo intentó, al final hubo intereses mayores a la
capacidad técnica y no llegó.
Hoy en día, Víctor Manuel se registró
para contender por esa posición, frente a seis candidatos más que la buscan, en
esta zona del sur-sureste del país que comprende, además de Veracruz, los
estados de Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. No la
tiene fácil.
Sin embargo, lo que ofrece es una manera
“diferente” de hacer justicia, que aunque suena extraño, la realidad es que no
es descabellado, pensar por ejemplo, en contextualizar las sentencias.
Por ejemplo, en Oaxaca, algún caso de
violencia política en razón de género, a una regidora le son asignadas tareas
que no le corresponden, como hacer guardias nocturnas o fines de semana y días
festivos.
Este hecho, que aunque no está
especificado en la ley y por eso pueda ser rechazado como violencia de género
por no estar tipificado, debe ser contextualizado para poder ser juzgado en
equidad.
Rosas Leal es quizá la persona que
actualmente mejor maneja la técnica jurídica en el Tribunal.
Sin embargo, su handicap en contra es
que no tiene ningún respaldo político.
Pero al final puede no ser un problema, por
el contrario, pues si la ciudadanía la da la confianza de elegirlo como magistrado
de un tribunal electoral, se la dará la oportunidad a una persona con los
conocimientos y experiencia suficientes, sin ataduras de ningún tipo, y se
evitarán perfiles como las actuales ministras de la Suprema Corte, Lenia
Batres, Loretta Ortiz o Yasmín Esquivel Mossa, que lo único
que sabe de técnica, es cómo plagiar una tesis sin ser castigada.
Hay que salir a votar, pues y hacerlo
por los mejores perfiles y Rosas Leal es uno de ellos, su boleta es la color
melón y el número 16.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com