DE PRIMERA MANO
Por Omar Zúñiga
Ayer martes, en el
primer minuto, arrancó el periodo de campaña para los candidatos a alcaldes en
los 212 municipios del estado.
Ayer mismo se
dieron cita en la entidad los cuatro dirigentes nacionales de los principales
partidos políticos que están jugando: Jorge Romero del PAN; Alejandro
Moreno del PRI; Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano y por
supuesto, Luisa María Alcalde de Morena.
No es gratuito que
venga la plana mayor de los partidos a hacer campaña local. Lo que está en
juego es mucho y Veracruz siempre ha tenido un peso específico importantísimo
en la política nacional.
Todo era algarabía.
Sin embargo, menos
de 12 horas después de haber arrancado oficialmente la campaña, cuando algunos
aún estaban esperando el llamado de sus líderes y algunos otros apenas se
estaban sentando en sus oficinas de campaña, y apenas estábamos deglutiendo la
noticia de la balacera en Tlapacoyan que dejó un “civil” muerto y cinco
policías lesionados, uno de ellos de gravedad, nos recetamos la noticia que
habían baleado al candidato de Morena a la alcaldía de Coxquihui, Germán
Anuar Valencia, conocido en la zona como Napo, poco antes del mediodía.
En el atentado
resultaron heridas cuatro personas más entre ellas dos menores de edad.
La noticia de la
muerte de Napo empezó a trascender poco después de conocerse el atentado
directo, en su casa de campaña, aunque fue confirmada oficialmente hacia la
tarde noche, cuando la noticia ya ocupaba espacios en los noticieros
nacionales.
Resulta que el
asesinato de un candidato oficial, se da exactamente durante la visita de la
dirigente nacional de Morena, partido en el poder, nacional y estatal.
Y además durante la
ausencia de la gobernadora, que se encontraba de gira de trabajo en Tijuana,
Baja California, donde se celebra el Tianguis Turístico, promocionando a
Veracruz.
Por si fuera poco,
cuando la Fiscalía General del Estado confirma la muerte a través de un
comunicado oficial, revela que Napo se encontraba relacionado con el
homicidio de dos personas en las zonas de Coxquihui y Espinal.
Para la gente de
aquella zona del Totonacapan no fue sorpresa conocer esta información, pues
aseguran que Napo fue impuesto por los Picazo, líderes del Grupo
Totonacapan y además lo habrían hecho a través de la compra de la candidatura a
Esteban Ramírez Zepeta -aunque esto no lo tengo confirmado y mejor no lo
aseguro-, justo en el momento en que Luisa María Alcalde ponía las manos
al fuego por el dirigente estatal de su partido.
La pregunta aquí
es, si la autoridad ministerial ya conocía que Napo estaba relacionado
con los asesinatos de Coxquihui y Espinal la semana pasada, porqué no
ejercitaron la acción penal correspondiente y aprehenderlo antes de que lo
asesinaran a tiros y de paso, evitar exhibir a Luisa María Alcalde y Esteban
Ramírez Zepeta.
Sospechosismo, sin
duda.
Y esta pregunta la
deberá responder la fiscal general Verónica Hernández Giadáns o quizá,
sólo quizá, su Fiscal de Investigaciones Ministeriales Marcela Aguilera
Landeta, a quien se la ha relacionado con Basilio Picazo y señalado
públicamente por encubrirlo en otros asuntos por demás sensibles.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com