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lunes, 9 de diciembre de 2024

Hoy juran lealtad, mañana ya veremos

 Víctor Murguía

Si algo escasea en la política es la lealtad y lo que abunda son los desleales. No es de extrañar pues la mayoría solo ve por sus intereses.

Pero una cosa es saber eso y otra comprobarlo en carne propia, más cuando se ha tenido poder y éste empieza a disminuir o se acaba. Supongo que la presidenta Sheinbaum y la gobernadora Nahle, ambas en la plenitud del poder, están conscientes de esa parte de la naturaleza humana y si no, con el correr de sus administraciones verán cuánta ingratitud y deslealtad hay entre los que hoy juran lealtad eterna.

Así es la política y con esas reglas no escritas debe jugarse.

Ya vimos en Veracruz cómo fue jugada la reciente sucesión, en la que hubo una gran deslealtad como pocas veces se había visto. Rocío Nahle puso a Patrocinio Cisneros como secretario de Gobierno para cuidar su camino a la gubernatura, pero éste, cuando creyó que tenía todo el poder vía el control de alcaldes, diputados, magistrados, jueces, Fiscalía, secretarios de despacho e incluso del gobernador, entonces en medio de su soberbia se dijo: la gubernatura debe ser mía y convenció a Cuitláhuac de que le permitiera participar.

El gobernador también fue desleal al permitir (y acaso alentar) que sus colaboradores -Patrocinio, Zenyazen, Cazarín, Eleazar y Lima- buscaran la gubernatura a sabiendas que la candidatura ya tenía dueña. Pretendió de esa forma dejar a alguien más cercano y no que lo sustituyera alguien que todo el tiempo lo mandó.

"Qué tal si el presidente López Obrador le dice a Nahle: te necesito hasta el final para que lleves a buen puerto la política energética, mejor hay que estar preparados", era la justificación de los locales cercanos al pasado gobernador.

Nahle no perdonó a Patrocinio y a Eleazar Guerrero, uno desterrado y el otro diputado federal por obra y gracia de que Morena arrebató diputaciones a la oposición para tener mayoría calificada.

A su antecesor Nahle lo tuvo que tolerar, pero no sería extraño que Cuitláhuac haya quedado fuera de las posiciones importantes del gobierno de Claudia Sheinbaum y aún esté en espera de la posición "estratégica" prometida, debido a los informes de quien lo sucedió y sabe a la perfección cómo jugó la sucesión.

Así es esto en la política y ya veremos cómo juegan los que por estos días ofrecen lealtad a muerte cuando esté próxima la siguiente sucesión.

Por lo pronto, personal que llegó con el pasado gobierno está que trina porque de nada valió su participación este año en la campaña por la gubernatura.

Fueron a mítines una y otra vez a costa de sus salarios, hicieron propaganda y votaron por Morena,

De nada sirvió. Ahora los corren, pero se olvidan que para que la mayoría de ellos tuvieran cabida, corrieron a empleados que llegaron con la administración de Yunes.

Claro que los nuevos funcionarios deberían empaparse un poco de lo que es la administración pública. Se dice esto porque quieren barrer parejo al pretender correr a quienes tienen plazas siendo que únicamente pueden quitarlos de un área para que regresen a la ubicación original de su base. No estaría mal cuidar un poco las formas, en seis años les harán lo mismo.