Morena está muy fuerte y dentro de la 4T hay quienes aseguran que durará otro medio siglo en el poder. En la oposición unos predicen que gobernará mucho menos.
Argumentan que Morena no sobrevivirá a la muerte de Andrés Manuel López Obrador, pues cuando eso suceda no habrá quien tenga el liderazgo para mantener la unidad y contener a las fieras desatadas.
Puede ser, pues al rencor con el que se dice llegaron a gobernar muchos de la cúpula morenista debe sumarse la ambición inocultable y eso también genera divisiones.
Apenas llevan seis años en el poder pero han dado suficientes muestras de que pueden hacerse pedazos si no hay quien los contenga.
La ideología nada tiene que ver en la división de los grupos de Morena, son otros temas, como el tener más poder para imponer candidaturas y distribuir el presupuesto bajo sus intereses.
Actualmente lo vemos con el choque entre los coordinadores en el Senado y la Cámara de Diputados, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. El problema parte de lo económico, de un supuesto recorte al Senado por 260 millones de pesos, cantidad suficiente como para írsele encima al rival.
Para la presidenta Claudia Sheinbaum este caso es “algo menor” y plantea a los coordinadores parlamentarios actuar con “cabeza fría”.
Para más el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noñora, hace ver que la unidad en Morena “es importantísima”, de ahí que reunirá a Monreal y a Adán Augusto.
Acá en Veracruz los grupos de la 4T también están divididos. Todo empezó con la forma tan rústica de ejercer el poder por parte de quienes se fueron. Bien dicen que ante la falta de inteligencia se emplea la fuerza bruta y ésta no solo fue aplicada a los opositores o grupos que protestaban, sino contra sus mismos correligionarios.
A Sergio Gutiérrez, ahora de nueva cuenta presidente de la Cámara de Diputados, lo quisieron destazar solo porque tuvo el atrevimiento de aspirar a ser candidato a gobernador.
A la magistrada Sofía Martínez la corrieron vergonzosamente de la presidencia del Tribunal Superior de Justicia -tirándola no solo a ella sino al Poder Judicial-, argumentando una serie de fallas, cuando en el fondo lo que motivó su salida fueron los intereses de un par de ambiciosos que se peleaban el reparto de nombramientos de jueces y magistrados.
Al entonces delegado del Bienestar, Manuel Huerta, aprovechando un caso lo acusaron hasta penalmente. Ahora, el senador Huerta a los del pasado reciente no los baja de corruptos.
Al entonces senador Ricardo Monreal no lo detuvieron, como hicieron con otros rivales, porque Dios es grande y porque hubiera sido un escándalo internacional, pero ganas no debieron faltarles. Por el pleito entre Patrocinio Cisneros y Gómez Cazarín un alcalde fue a dar a la cárcel y su guerra no terminó en una desgracia por quién sabe qué. Y por las diferencias entre Patrocinio y el exsecretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez, iba a desatarse una balacera en plena Mesa de Seguridad.
Actualmente ya empezaron los pleitos con el nada suave enfrentamiento entre Esteban Bautista y Cazarín.
¿Qué pasará en la 4T cuando ya no esté su jefe López Obrador?