Por
Rafael Arias Hernández.
Evidente
y notorio; entre otros, crecen inseguridad, corrupción, pobreza, hambre y
marginación.
El
discurso político no coincide con los indicadores de desempeño; y en casos más frecuentes,
discursos e indicadores no coinciden con la preocupación y demanda social. Es notorio que aumentan inconformidades, protestas y reclamos.
En
México, y desde luego en Veracruz, crece
la desesperación de millones de marginados y sacrificados. Más,
cuando los olvidados de siempre,
perciben y viven condiciones que no mejoran, o lo hacen poco y para pocos. De ahí, que se
sostenga y apoye la esperanza en un cambio verdadero.
Estudiosos
y reconocidos expertos, en la caracterización de la realidad presente sostienen,
que:
“Una de las
razones por las que la gente percibe que está peor, aunque digan y aseguren que
mejora la Economía, y que suben indicadores como el Producto Interno Bruto (PIB),
es porque está peor…
“Hay
ocasiones –según Joaquín Estefanía-, en las que se amplía la brecha entre el
experto, seguro de sus conocimientos, y el ciudadano común cuya experiencia de
la vida no coincide con lo que cuentan los datos. Esa brecha puede ser
peligrosa, porque los ciudadanos acaban por creer que los están engañando, y no
hay nada más demoledor para la democracia que esa desconfianza...” (ElPaís.030219)
En
pocas palabras, lo que cada vez se comprueba,
con mayor frecuencia, es que “la gente no ve la realidad de su vida
reflejada en el relato oficial…” (David Pilling. El delirio del crecimiento, Taurus).
Es
indiscutible que el intento de cambio se ha iniciado, y ya alcanza importantes aspectos
de la actividad gubernamental, sobre todo, del gobierno federal.
Cierto,
que por primera vez millones y millones están siendo considerados, al menos, con un apoyo, beca o subsidio.
Imposible
ignorar el esfuerzo dirigido a la Economía popular y el Bienestar social. Falta
conocer y analizar padrones y listas completas.
Pero
para hacer la esperanza realidad. Hay que reconocer que la distancia entre el
decir y el hacer, sigue siendo enorme; también, la diferencia entre ordenar y
realizar, entre desear y obtener. O simplemente, hacer realidad lo prometido y comprometido.
Las
diversas áreas y niveles del equipo, empiezan a mostrar sus capacidades y
alcances, también sus incapacidades y limitaciones. Entendible que apenas
empiezan y que muchos tienen que aprender bien y rápido, lo bueno y favorable a la sociedad; sin embargo, la
intención demanda mucha atención, ya que lo malo y perjudicial, también puede
aprenderse, imitarse y aplicarse.
De
ahí que es alentador saber de la “primera llamada”, que es como recordatorio, “jalón de orejas” a todo servidor público que debe en verdad
servir a la sociedad; y no solo servirse del puesto, sus recursos, prestaciones
y atribuciones.
EL
COMIENZO DEL CAMBIO.
Diversos
puntos saltan a la vista, y vale la pena comentarlos aunque sea brevemente.
Empezar
por evitar apresurados y exagerados juicios, hay que aplicar el principio de dar
tiempo al tiempo, tener presente que apenas se empieza, que solo han
transcurrido dos meses; pero eso sí, también empezar a participar, informase y reaccionar a lo que hacen y dejan
de hacer, bien o mal.
Entender
y aplicar, el principio de la oposición
y resistencia al cambio, esto es no será fácil, ni rápido y se requiere de
capacidad, efectividad y congruencia.
Examinar
que, además, ante la inobjetable victoria electoral se aplica el
principio de la repartición del triunfo; como era y es de esperarse, salvo excepciones,
han dispuesto compartir posiciones y cargos, primero y antes que todo entre
ellos, entre quienes se han caracterizado por ser compañeros de lucha, amigos
en el activismo y conocidos en la militancia.
Valorar
también, el principio de la
responsabilidad adquirida, frente a la realidad padecida; esto es, que más
rápido de lo que se imaginan, han pasado y pasan, a ser servidores públicos y
presuntos responsables, de recursos y
atribuciones institucionales a su cargo, atención y cuidado.
Y,
desde luego, exigir a cada uno que dice gobernar, que tiene que responder,
con resultados positivos a confianza y responsabilidad otorgadas; y cumplir con todos los deberes y obligaciones
que establecen las leyes, para el correcto y puntual desempeño del cargo.
Resultados positivos, hechos comprobables, no disculpas, excusas y pretextos.
Por
lo tanto, exigir a todo servidor público
sin excepción, permanente y puntualmente, cuando menos: comportamiento
responsable y ético; cumplir y hacer cumplir las leyes; transparencia; acceso a
la información pública; rendición de cuentas; fiscalización; y evaluación
ciudadana y social.
Al
comenzar un cambio de gobierno se espera que precisen y asuman responsabilidades
y obligaciones; y, al mismo tiempo, que se definan estructura y funciones, para
determinar grupos y cargas de trabajo.
Quienes
gobiernan, tienen facultades para
nombrar e integrar su equipo de colaboradores, que son los primeros
obligados a obtener buenos resultados, y a rendir cuentas tanto a quien los nombro,
como a la ciudadanía y sociedad que los sostiene…y padece
REVOCAR,
SEPARAR Y RENUNCIAR.
La
responsabilidad ciudadana y social, empieza por exigir que se cumpla con la
obligación gubernamental de informar y, al mismo tiempo, garantizar y fortalecer el derecho a saber; a
comprobar , cada declaración e información oficial; a evaluar resultados, para proceder
a otorgar confianza y apoyo; o , para señalar malo o peor.
En
todo caso, es un derecho social asegurarse que todo gobierno sirva,
Oportuno
recordar a Karl Popper, quien afirma que conocidos los alcances de la condición
humana y su siempre presente situación y tendencia a la falibilidad y al error,
lo importante es preguntar: “¿Qué podemos hacer para configurar nuestras
instituciones políticas, de modo que los dominadores gobernantes malos e
incapaces, que naturalmente intentamos evitar, pero que no obstante, no resulta
excesivamente fácil hacerlo, ocasionen los menores daños posibles y de modo que
podamos deshacernos de los dominadores incapaces sin derramamiento de sangre?”
Prioritario
someter a todo gobernante a la revocación de mandato. Hacerlo no solo a
nivel federal, como propone el Presidente AMLO, sino también este año, a nivel
municipal; y el año que entra, estatal.
¿El
pueblo tiene los gobiernos que se merece?
-Academico.IIESESUV
@RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH