+ Las fiestas que
nunca faltan…
+ Tradición
mexicana de vestirse de mujer…
+ El “Encierro de
Burro”, un gran evento…
Ruperto
Portela Alvarado.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Lunes 04 de Febrero de 2019.- Finalmente me queda la alegría de ser
orgullosamente alvaradeño. Lo soy cabalmente. Creo que se me da lo bullanguero,
la hilaridad del lenguaje y el conocimiento pleno de la picardía. ¿Será por eso
que me entusiasma, me enorgullece ser alvaradeño y gozar con sus tradiciones y
fiestas que no acaban nunca?.
Tomé mi autobús, como hace tres años por costumbre lo hago para salir de Tuxtla
Gutiérrez a disfrutar las fiestas alvaradeñas. Estuve en mayo –del año
pasado—para las “Fiestas de las Cruces” y el majestuoso “Arroz a la
Tumbada”.
Es fascinante ver como los alvaradeños anfitriones, los invitados y visitantes
como yo, nos plegamos a la solemnidad de los rezos y festejos de las “Cruces
de Mayo” con sus cánticos y oraciones dentro de la Iglesia de Nuestra
Señora Virgen del Rosario y en las calles donde se erigen las llamadas cruces
que semejan a la corona española.
Por otro lado, la romería de la fiesta del “Arroz a la Tumbada” que ya
se hizo tradición por más de 20 años, por lo que ya está inscrito en los libros
de Record Guinness. De mayo pasamos al 1º de junio “Día de la Marina”
que se festeja con un recorrido de las embarcaciones pesqueras y la ceremonia
de la ofrenda floral en altamar en honor a los marinos y las fuerzas armadas.
Sin darnos cuentas estamos en octubre y con su primer sábado del mes, inician
las “Fiestas Tradicionales” en honor a la Virgen del Rosario, Santa
Patrona del antiguo pueblo de Atlizintla o de San Cristóbal. Es sábado de
mojiganga cuando los alvaradeños –y algunos invitados—se disfrazan de cualquier
cosa en un afán de burla, de mofa a la sociedad y en últimas fechas, diseñan y
desfilan con figuras gigantescas que van desde un caballo de troya, un barco,
un cangrejo, un pescado, una gallina o un ganso y, muchas cosas más que alegran
la fiesta; sin faltar los toros de cartón que embisten a la gente.
Pero lo que no tiene comparación y no la tuvo el pasado año 2018 fue el “Encierro
de Burros”, con más de mil participantes disfrazados de mujer en el desfile
y un torrente de miles de gentes en las calles que disfrutaban el festejo. El “Encierro
de Burro” es tradicionalmente un desfile de hombres, elegante o
estrafalariamente vestidos de mujer, montados en burros –que está vez no
aparecieron-- burlándose en una parodia de las suntuosas cabalgatas de damas de
la alta alcurnia, que se hacían a la usanza española.
En esta festividad hay de todo. Hombres vestidos de mujer con atuendos de lujo
o los desarrapados que dejan ver sus ligueros, medias y hasta las pantaletas. ¡Un
desmadre bien organizado!. Para dar una idea de lo que es el “Encierro
de Burros”, este se asemeja a las “Fiestas de los Chuntá” en Chiapa
de Corzo, Chiapas o el “Festival de los Muxe” en la región Istmo de
Tehuantepec, Oaxaca.
Las
Chuntá (Chuntá, palabra
de origen chiapaneca que significa criada) son personas del sexo masculino
que se disfrazan de mujer para imitar a las antiguas sirvientas de doña María
de Angulo, que junto a otros sirvientes españoles (los Parachicos)
iban de casa en casa repartiendo maíz, frijol, legumbres y frutas. Este desfile
se da en el marco de la “Fiesta Grande de Chiapa” que incluye también el
recorrido por los distintos barrios de la población, así como el “Combate
Naval” que se escenifica entre las orillas del Río Grande o Grijalva.
De los “Muxes”
se pueden decir muchas cosas, pero es un género de hombres que juegan roles de
mujeres en la región zapoteca del istmo de
Tehuantepec. Se denomina Muxe ('mushe')
al género que
define a una persona nacida con sexo genital masculino que asume roles
femeninos en cualquiera de los ámbitos social, sexual y/o personal. Las
personas Muxe corresponden a parte del espectro de la diversidad
sexual y de género en esa región y son respetados como tales en el
círculo social en el que se desempeñan.
Las velas en las que
participan son fiestas prehispánicas que se realizan en la región del Istmo de
Tehuantepec, en el estado de Oaxaca, en las que se come, se bebe y se baila.
Los Muxes tienen una presencia social tan fuerte en Juchitán –y otros
municipios de la Región Istmo-- que tienen una propia festividad, llamada “Vela
de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro” que se celebra en la
segunda quincena del mes de noviembre.
Esta festividad de
hombres vestidos de mujer con roles femeninos, nació alrededor de los años
setenta como una reunión entre amigos con una común militancia en el Partido
Revolucionario Institucional, pero ahora se realiza sin tintes
políticos y con la inclusión de toda la comunidad, siendo una clara muestra
de que existe la posibilidad de integración de la diversidad sexual en la vida
cotidiana de la sociedad oaxaqueña. (Wikipedia).
Que los hombres se
vistan de mujeres o con ropas femeninas ya es muy común entre homosexuales,
gay, travestis, pero que heterosexuales lo hagan, en últimas épocas, también;
más si algunos no están definidos o quieren salir del ropero (o closet, si
tienen dinero). Solo que en los casos mencionados de Alvarado con el “Encierro
de Burro” y Chiapa de Corzo con la “Fiesta de los Chuntá”, lleva al
jolgorio, el jelengue, la brama y la bullanguera condición de divertirse en una
actitud de sorna, burla, jocosa o tradición en algunas partes del México
nuestro…
Con un saludo desde la Ciudad del
Caos, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, tierra del pozol, el nucú, la papausa y la
chincuya…
Para contactarme: rupertoportela@gmail.com
ALVARADO, LA
CAPITAL DEL JELENGUE.
+ Las fiestas que
nunca faltan…
+ Tradición
mexicana de vestirse de mujer…
+ El “Encierro de
Burro”, un gran evento…
Ruperto
Portela Alvarado.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Lunes 04 de Febrero de 2019.- Finalmente me queda la alegría de ser
orgullosamente alvaradeño. Lo soy cabalmente. Creo que se me da lo bullanguero,
la hilaridad del lenguaje y el conocimiento pleno de la picardía. ¿Será por eso
que me entusiasma, me enorgullece ser alvaradeño y gozar con sus tradiciones y
fiestas que no acaban nunca?.
Tomé mi autobús, como hace tres años por costumbre lo hago para salir de Tuxtla
Gutiérrez a disfrutar las fiestas alvaradeñas. Estuve en mayo –del año
pasado—para las “Fiestas de las Cruces” y el majestuoso “Arroz a la
Tumbada”.
Es fascinante ver como los alvaradeños anfitriones, los invitados y visitantes
como yo, nos plegamos a la solemnidad de los rezos y festejos de las “Cruces
de Mayo” con sus cánticos y oraciones dentro de la Iglesia de Nuestra
Señora Virgen del Rosario y en las calles donde se erigen las llamadas cruces
que semejan a la corona española.
Por otro lado, la romería de la fiesta del “Arroz a la Tumbada” que ya
se hizo tradición por más de 20 años, por lo que ya está inscrito en los libros
de Record Guinness. De mayo pasamos al 1º de junio “Día de la Marina”
que se festeja con un recorrido de las embarcaciones pesqueras y la ceremonia
de la ofrenda floral en altamar en honor a los marinos y las fuerzas armadas.
Sin darnos cuentas estamos en octubre y con su primer sábado del mes, inician
las “Fiestas Tradicionales” en honor a la Virgen del Rosario, Santa
Patrona del antiguo pueblo de Atlizintla o de San Cristóbal. Es sábado de
mojiganga cuando los alvaradeños –y algunos invitados—se disfrazan de cualquier
cosa en un afán de burla, de mofa a la sociedad y en últimas fechas, diseñan y
desfilan con figuras gigantescas que van desde un caballo de troya, un barco,
un cangrejo, un pescado, una gallina o un ganso y, muchas cosas más que alegran
la fiesta; sin faltar los toros de cartón que embisten a la gente.
Pero lo que no tiene comparación y no la tuvo el pasado año 2018 fue el “Encierro
de Burros”, con más de mil participantes disfrazados de mujer en el desfile
y un torrente de miles de gentes en las calles que disfrutaban el festejo. El “Encierro
de Burro” es tradicionalmente un desfile de hombres, elegante o
estrafalariamente vestidos de mujer, montados en burros –que está vez no
aparecieron-- burlándose en una parodia de las suntuosas cabalgatas de damas de
la alta alcurnia, que se hacían a la usanza española.
En esta festividad hay de todo. Hombres vestidos de mujer con atuendos de lujo
o los desarrapados que dejan ver sus ligueros, medias y hasta las pantaletas. ¡Un
desmadre bien organizado!. Para dar una idea de lo que es el “Encierro
de Burros”, este se asemeja a las “Fiestas de los Chuntá” en Chiapa
de Corzo, Chiapas o el “Festival de los Muxe” en la región Istmo de
Tehuantepec, Oaxaca.
Las
Chuntá (Chuntá, palabra
de origen chiapaneca que significa criada) son personas del sexo masculino
que se disfrazan de mujer para imitar a las antiguas sirvientas de doña María
de Angulo, que junto a otros sirvientes españoles (los Parachicos)
iban de casa en casa repartiendo maíz, frijol, legumbres y frutas. Este desfile
se da en el marco de la “Fiesta Grande de Chiapa” que incluye también el
recorrido por los distintos barrios de la población, así como el “Combate
Naval” que se escenifica entre las orillas del Río Grande o Grijalva.
De los “Muxes”
se pueden decir muchas cosas, pero es un género de hombres que juegan roles de
mujeres en la región zapoteca del istmo de
Tehuantepec. Se denomina Muxe ('mushe')
al género que
define a una persona nacida con sexo genital masculino que asume roles
femeninos en cualquiera de los ámbitos social, sexual y/o personal. Las
personas Muxe corresponden a parte del espectro de la diversidad
sexual y de género en esa región y son respetados como tales en el
círculo social en el que se desempeñan.
Las velas en las que
participan son fiestas prehispánicas que se realizan en la región del Istmo de
Tehuantepec, en el estado de Oaxaca, en las que se come, se bebe y se baila.
Los Muxes tienen una presencia social tan fuerte en Juchitán –y otros
municipios de la Región Istmo-- que tienen una propia festividad, llamada “Vela
de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro” que se celebra en la
segunda quincena del mes de noviembre.
Esta festividad de
hombres vestidos de mujer con roles femeninos, nació alrededor de los años
setenta como una reunión entre amigos con una común militancia en el Partido
Revolucionario Institucional, pero ahora se realiza sin tintes
políticos y con la inclusión de toda la comunidad, siendo una clara muestra
de que existe la posibilidad de integración de la diversidad sexual en la vida
cotidiana de la sociedad oaxaqueña. (Wikipedia).
Que los hombres se
vistan de mujeres o con ropas femeninas ya es muy común entre homosexuales,
gay, travestis, pero que heterosexuales lo hagan, en últimas épocas, también;
más si algunos no están definidos o quieren salir del ropero (o closet, si
tienen dinero). Solo que en los casos mencionados de Alvarado con el “Encierro
de Burro” y Chiapa de Corzo con la “Fiesta de los Chuntá”, lleva al
jolgorio, el jelengue, la brama y la bullanguera condición de divertirse en una
actitud de sorna, burla, jocosa o tradición en algunas partes del México
nuestro…
Con un saludo desde la Ciudad del
Caos, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, tierra del pozol, el nucú, la papausa y la
chincuya…
Para contactarme: rupertoportela@gmail.com