Perfilando
* Ana Miriam y Arteaga
Por Iván Calderón
Nadie en su sano juicio, en la era de las
“benditas” redes sociales y los medios de comunicación, emprende desde la
estructura del Gobierno una pelea franca con la Iglesia. Nadie por muy popular
que sea, se engancha con el clero.
Nunca jamás.
Sin embargo, en Veracruz parecieran no entender
que para trascender hay que sea camaleónicos, tal y como lo asimiló el propio
Andrés Manuel López Obrador, quién se dio cuenta que la iglesia fue pieza clave
para sus anteriores derrotas electorales, pues el creador de MORENA era visto
como una amenaza al culto y libertad religiosa.
Sabedor de lo anterior, Obrador entendió que no
podía seguir encontrado con este sector y no se encasquilló en los temas de
matrimonio igualitario, ni del aborto. Y aunque no ofreció respuesta sólida,
invocó a la consulta ciudadana, en donde la Iglesia se siente cómoda de salir
avante en los valores que defiende.
Luego, previo a su toma de protesta, el propio
Presidente se reunió con todos los Obispos de México, en la ciudad de
Monterrey, allí les reafirmó que su gobierno tendría miles de retos, como para
enfrentarse en temas polémicos como el aborto y el matrimonio igualitario.
Y, si notamos AMLO se ha mantenido al margen,
ordenando a su Secretaria de Gobernación hiciera lo propio. Es decir el respeto
a la mitra es evidente.
López Obrador inteligentemente procura una sana
relación con la Iglesia.
En Veracruz en cambio, se le enfrenta de forma
directa, se ve a los clérigos como enemigos y no como unos aliados importantes
en el conocimiento de las causas sociales y las causas de los problemas, se les
ofende en los valores y ministerios que promueven, se les llama mercenarios de
la fe; como las insultantes palabras que ofreció el Secretario de Gobierno Eric
Cisneros Burgos, quién en su defensa asegura que fue el año pasado. Sin embargo
ya sabía perfectamente que sería el responsable de la política interna de la
entidad.
Y lo anterior, aun no se lo perdonan.
Incluso, comentan que los más altos clérigos
todavía no logran digerir estas ofensivas afirmaciones y que su caso está
siendo tratado al máximo nivel, preparando un exorcismo al Gobierno de
Cuitláhuac García, pues para ellos Cisneros trae al “chamuco” por dentro.
POR CIERTO, después de las diversas pifias cometidas
por la diputada local de MORENA Ana Miriam Ferráez Centento, se comenta que el
reconocido periodista Víctor Hugo Arteaga, será quién venga a reencausar el
barco de la parlamentaria, con un quirúrgico asesoramiento en temas
legislativos.
Arteaga es ganador del Premio Nacional de
Periodismo 2016 por su trabajo en el reportaje de las “Empresas Fantasma de
Javier Duarte”, emprendiendo una lucha frontal contra la Corrupción, además de
ser un atinado consultor que seguramente le hará muchísimo bien a la diputada
local, que de lograr un buen resurgimiento, será un gran ejemplo para los
políticos que en un acto de autoconocimiento, saben de sus carencias y no temen
en contratar a gente preparada.
Esperemos pues el crecimiento de la diputada.
@IvanKalderon