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Explican las estrategias de comunicación a las que se recurrió durante el movimiento
estudiantil
Xalapa,
Ver.- La propaganda y expresión gráfica
utilizada en el movimiento estudiantil de 1968 propició el desarrollo del
discurso visual contestatario de las organizaciones político-culturales de
México y las nuevas formas de crear contenido, expresó el activista y artista
gráfico Jorge Pérez Vega, quien impartió la conferencia Propaganda Política y Expresión Gráfica del 68 en el Centro
Recreativo Xalapeño (CRX).
Recordó
que la producción de mantas, folletos, volantes, grabados en linóleo y madera a
bajo costo para comunicar ideas, se transformó con la lucha que emprendieron los
jóvenes de esa época contra la represión del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
“Primero
elaborábamos escritos para los volantes reproducidos en los mimeógrafos
agregándoles dibujos a línea, rasgando la parte blanda del esténcil. Utilizábamos
nuestro propio lenguaje para informar sobre el desarrollo de la movilización
inicial. Estos materiales eran distribuidos por las brigadas estudiantiles”.
Para
los productos visuales primero se obtuvo apoyo de la Escuela de Pintura,
Escultura y Grabado, en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, y poco después
otras facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del
Instituto Politécnico Nacional (IPN) instalaron centros de producción
propagandística.
Ante
la represión gubernamental que utilizó a los medios de comunicación de la época
para manipular a la opinión pública, se recurrió a estrategias de información
como mantas de tela, cuya producción era económica, para dar a conocer a través
de textos e imágenes las demandas del movimiento.
Declaró
que pese a los riesgos que implicaba el activismo, decidió crear con sus
compañeros folletos, carteles, mantas y otros productos visuales para plasmar
las arbitrariedades que se registraban en contra de la comunidad estudiantil.
El papel de la comunicación visual que se utilizó hace 50 años permitió que la
ciudadanía comprendiera los actos de represión que el gobierno cometía.
“De
manera natural aparecieron los primeros grabados de denuncia que condenaban la
represión policiaca y militar, difundían los llamados a la unidad, los seis
puntos del pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga (CNH) y el
pensamiento libre”, dijo.
Estos
materiales eran instalados en árboles, postes, señalética vial, transporte del
servicio urbano y toda área pública para que el mayor número de personas
pudieran observarlos. Contenían imágenes de militares armados, cuerpos caídos,
la ridiculización del presidente Gustavo Díaz Ordaz, la Constitución Política
Mexicana ultrajada, la paloma de paz ensangrentada, que se crearon con un manejo
crítico e irónico a partir de los diseños oficiales de los Juegos Olímpicos de
1968.
Indicó
que ante la persecución del Gobierno por generar estos productos visuales se
diseñó imágenes más pequeñas llamadas “pegas”, similares a las actuales calcomanías,
ya que eran más fáciles de manejar y colocar en estructuras urbanas. Las mantas
se cambiaron por carteles tamaño carta y oficio con materiales de menor costo.
Jorge
Pérez Vega destacó que este trabajo gráfico se ha valorado con el paso de los
años, pues antes de las manifestaciones estudiantiles, sólo se utilizaba para
ilustrar materiales académicos o como referencia a planteamientos ideológicos.
Añadió
que la producción gráfica de 1968 era artística, hecha a mano con mensajes definidos
y con impacto social, no como en la actualidad que prácticamente todo pasa por
la digitalización.
El
encargado de presentar al artista gráfico fue el escritor, crítico de arte y
egresado de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV),
Omar Gasca Córdoba, quien hizo una breve explicación de los hechos ocurridos el
2 de octubre y reconoció que una vez formado el CNH, en 1968, Jorge Pérez Vega
aportó al movimiento imágenes creadas en óleo, madera y papeles económicos.