Un gobierno que dilató la compra de medicamentos para niños con cáncer, que no hizo algo por los desaparecidos y que -entre otras mucha fallas- dejó las carreteras destrozadas al grado del escándalo y la vergüenza nacional, ¿puede presumir la construcción de un estadio?
Pues sí lo hacen. No importa que hayan sido gastados mil 676 millones de pesos (recursos sacados del ramo educativo) en la construcción del estadio “Pirata” Fuente y que durante un buen tiempo solo servirá para espectáculos de artistas y realización de torneos “moleros”, pues contar con un equipo local aunque sea en la Liga de Expansión va para largo.
Mil 676 millones de pesos gastados del presupuesto de los veracruzanos para que los jarochos tuviéramos la opción de disfrutar del deporte que más apasiona a los mexicanos y, supuestamente, fomentar la actividad física y dar oportunidad a jovencitos de incorporarse a una actividad deportiva profesional.
Pero hasta ahora, porque no hubo planeación, solo el interés de tirar un estadio y construir otro -eso nunca lo admitió el gobierno de Cuitláhuac García, siempre dijeron que era una remodelación, ¿por qué?- solo ha servido para que algunos hagan negocios con la presentación de espectáculos.
Mientras tanto Zenyazen Escobar, actual coordinador de los diputados federales veracruzanos de Morena y secretario de Educación con Cuitláhuac, muy quitado de la pena acaba de mandar este mensaje desde el estadio:
“Miren quien está conmigo, mi amigo Lima Franco (exsecretario de Finanzas) y mi amigo el ingeniero Ricardo García (exdirector de Espacios Educativos), quiero decirles que es gracias a ellos dos y bueno pues un servidor, que empezamos este gran trabajo, el cual ustedes pueden ver que fue la remodelación del Luis Pirata Fuente. Quiero mandarle un fraternal saludo al ingeniero Cuitláhuac García Jiménez que hizo esto posible, fue parte de su sexenio esta gran obra y pues bueno aquí están estos dos cómplices que también fueron parte de este gran logro”.
Si el actual diputado federal, colocado como coordinador de la fracción parlamentaria veracruzana por la gobernadora Rocío Nahle, solo pretendió mandar un mensaje político, para decir que está con Cuitláhuac y su gente, ahora que se sabe que ya hay una denuncia contra la exsecretaria de Salud por un posible daño patrimonial y que lo mismo podría hacerse contra otros exfuncionarios que vayan siendo señalados por la ASF, pues le salió mal y escogió peor obra para presumir.
Mil 676 millones de pesos gastados, del ramo educativo, en tirar un estadio y hacer uno nuevo -dijo Cuitláhuac que Protección Civil señaló daño estructural, pero eso es de dudarse; también dijeron que dieron en comodato el estadio a empresarios que ya estaban por conseguir el equipo profesional y no fue cierto- habiendo necesidades muy fuertes del pueblo veracruzano.
La remodelación del Estadio Azteca -solo la remodelación, no las obras alrededor- representan un gasto por mil 511 millones de pesos y lo dejarán como un estadio del primer mundo, listo para que sea sede inaugural del ya muy próximo Mundial de Futbol.
Y acá, sin atender a los familiares de los desaparecidos, sin comprar los medicamentos para niños con cáncer, con un hospital infantil que no le servía el elevador y presentaba otras severas fallas, con una caída en los indicadores educativos, con más analfabetos, regateándole recursos a la Universidad Veracruzana, comprando patrullas caras y teniendo mal a los policías, con menos producción en el campo, devolviendo dinero no ejercido a la Federación y teniendo a las carreteras como vergüenza en el país, gastaron mil 676 millones en tirar un estadio y hacer uno nuevo.
¿Y quedó muy bien el nuevo, será de los mejores de México?
En nota publicada por el ESTO en línea el día 4 de este mes, se indica:
“Fuentes de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y de la Liga de Expansión se mostraron sorprendidas y preocupadas por el estado que guarda el Luis ‘Pirata’ Fuente. Ya que consideran que ‘de ninguna forma puede considerarse para recibir a algún equipo de mayor nivel’”.
¡Sea por Dios y venga más!, decía el periodista Rubén Pabello Acosta que decía su abuelita.