Dr. Rafael Vela Martínez
Recientemente, en el emblemático
Museo de Antropología del Estado de Veracruz, presentamos una obra que
simboliza más que un producto editorial: es una propuesta de futuro. El Atlas
Agrícola de Veracruz 1960–2022, elaborado con la destacada colaboración de
la Dra. Josefa Carolina Fortuno Hernández, es el resultado de casi tres años de
trabajo riguroso, apasionado y comprometido con la transformación del campo
veracruzano.
Durante su presentación, que
incluyó la entrega gratuita de ejemplares impresos, tuvimos el privilegio de
contar con especialistas del más alto nivel, como el Dr. Ramiro Sánchez Uranga
del Tecnológico Agropecuario de Úrsulo Galván. Pero lo que realmente marcó un
precedente fue la presencia institucional del Mtro. Raúl Gámez González, Subsecretario
de Desarrollo Agrícola de la SEDARPA, y del Subsecretario de Ganadería, Carlos
Manuel Jiménez Díaz. Esta participación activa revela que, al menos desde el
Gobierno estatal, hay un interés genuino por articular esfuerzos entre ciencia,
política pública y sector productivo, bajo el enfoque de la Triple Hélice:
Gobierno, Academia y Empresa.
Uno de los comentaristas lo
expresó con claridad: “Veracruz, por fin, tiene un instrumento estratégico
de planeación agrícola que puede transformar la realidad del campo y recuperar
su dignidad productiva”. El Atlas Agrícola no solo ofrece una
radiografía de más de seis décadas de actividad agrícola —con más de 200 mil
registros—, sino que lo hace con un nivel de profundidad territorial y temporal
pocas veces visto. Superficie sembrada, siniestrada, volumen, valor económico,
rendimientos y clústeres de producción que están ahora al alcance de quienes
deseen invertir con certeza, planificar con visión o simplemente comprender la
dinámica real del agro veracruzano.
Esta obra no es una simple
compilación de datos. Es una herramienta estratégica, indispensable para
planear políticas públicas, fomentar la autosuficiencia alimentaria, reactivar
el mercado interno y, sobre todo, abrir oportunidades de inversión
productiva de alto impacto y rentabilidad. En efecto, de los más de 14
mil millones de pesos mensuales que se destinan en Veracruz al consumo de
alimentos, más del 70% se va a otros estados, lo que demuestra el enorme
potencial desperdiciado.
Este desbalance —más político que
técnico— tiene mucho que ver con la ausencia de una verdadera articulación
entre la Universidad Veracruzana y el sector productivo, una omisión
lamentable que se ha profundizado bajo la actual administración rectoral.
Resulta preocupante que una institución con vocación de servicio público y con
la misión de ser motor del desarrollo regional, se mantenga al margen de
las grandes problemáticas sociales y económicas que aquejan al estado. La
Rectoría a cargo del Dr. Martín Gerardo Aguilar Sánchez parece más interesada
en preservar el poder burocrático que en liderar procesos de transformación en
el agro, la industria o la ciencia aplicada.
El Atlas Agrícola de Veracruz
1960–2022 demuestra lo contrario: que sí es posible construir
conocimiento útil, riguroso y con impacto. Que desde la academia se puede
contribuir al diseño de soluciones concretas, útiles tanto para gobiernos
locales como para inversionistas, productores, ejidatarios, comuneros o
empresarios del agro.
Además de su contenido
estadístico y analítico, el Atlas ofrece balanzas alimentarias por cultivo,
coeficientes de especialización regional, y un estudio histórico de 107
cultivos clave en los 212 municipios del estado. Esta información no solo
permite entender qué y dónde se produce, sino también cuánto se pierde por no
producir localmente lo que se consume. En esa brecha, hay una oportunidad
real de inversión inteligente, sustentable y socialmente responsable.
La crisis alimentaria que vive
Veracruz no es una fatalidad, es el resultado de decisiones —o ausencias—
institucionales. Por eso, esta obra invita también a reflexionar: ¿cómo es
posible que la principal universidad pública del estado le dé la espalda al
sector que puede garantizar alimentos, empleo y arraigo en el territorio?
Este Atlas no es solo un mapa del
pasado agrícola, sino una puerta abierta al futuro. Un futuro donde
ciencia, inversión y voluntad política se encuentren. Un futuro donde Veracruz
vuelva a ser sinónimo de autosuficiencia alimentaria, productividad y dignidad
rural.