· A
un mes de distancia no ha llegado la ayuda
· Todavía
no terminan de levantar el censo de afectados
· Reparten
despensas, que solo duran para dos días
Por Miguel
Angel Cristiani Gonzalez
Este martes
21 de septiembre, se cumple ya un mes de que el huracán Grace azotó al estado
de Veracruz, dejando a su paso una estela de daños y afectaciones a distintos
sectores sociales de la población y esta es la bendita hora que no se termina
de levantar el famoso “censo de damnificados” y mucho menos les ha llegado el
apoyo prometido.
En la zona
norte del Estado de Veracruz, en los municipios de Poza Rica y Papantla, esta
semana, todavía los afectados han tenido que organizar bloqueos y plantones, para
obligar a las autoridades a que los consideren en los apoyos.
Pero no son
los únicos municipios en donde se registraron afectaciones y no han llegado
todavía ni siquiera a levantar un padrón de los daños y afectaciones, no solo a
las viviendas sino también a las cosechas y animales de campo.
Aunque el
mismísimo presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador vino a la
capital del estado y prometió que no habría límite presupuestal para reponer lo
perdido por los paisanos veracruzanos, lo único que ha llegado son las
tradicionales despensas -que se acaban de consumir en dos días- las colchonetas
y algunas láminas de cartón o en el mejor de los casos de zinc, en algunos
lugares.
Como
efectivamente, en los gobiernos anteriores, los desastres naturales que se
registran cada año, eran el mejor pretexto y oportunidad para los funcionarios
en turno, para quedarse con la mejor parte de los recursos millonarios que se
enviaban desde la federación a través del llamado FONDEN Fondo de Desastres
Naturales.
Lo malo es
que se desapareció el FONDEN, con todo y el presupuesto millonario, pero sin
que se sustituyera por algún otro mecanismo de respuesta inmediata, como es lo
que se requiere siempre en estos casos.
Estamos
viendo las consecuencias de desaparecer organismos públicos que tienen una
estructura para dar respuesta a las emergencias, por ocurrencias sin ningún
control, como la de levantar un censo de afectados, sin contar con la
infraestructura ni mucho menos el personal para llevarlo a cabo.
Y es que los
llamados Servidores de la Nación, ahorita están ocupados en las tareas de
vacunación contra el COVID 19 y el Ejército y la Marina también andan en otros
menesteres de auxilio, que no incluyen el levantamiento de censos.
Para tratar
de tranquilizar los ánimos de los afectados, se dijo en un principio que se
contaba con dos seguros contratados con anticipación, para cubrir desastres catastróficos
como el huracán Grace.
Pero lo que
no se dijo es que esos seguros no aplican para pagar daños a particulares en viviendas
o sus propiedades, son para cubrir daños en infraestructuras públicas como son
las carreteras y puentes, pero no para quienes perdieron sus viviendas o sus
muebles domésticos.
Incluso esta
semana, en el Senado de la República, todas las fracciones de todos los
partidos políticos -incluyendo a MORENA- aprobaron hacer un exhorto al
presidente de la República para que se dejen a un lado esas ocurrencias de
hacer un censo y que se envíe la ayuda que están esperando desde hace ya un mes
los perjudicados por el huracán Grace.
Quienes
perdieron todos sus muebles, cosechas y animales, no pueden seguir esperando
más tiempo, a que se cumpla con los nuevos procesos burocráticos, que para lo
único que sirven es para entorpecer la llegada de la anhelada ayuda.
Se tendría
que recurrir al sistema antiguo, que cada municipio reporte al estado los daños
sufridos y certifique quienes son los que deben de recibir el apoyo.
Y si hay
malos funcionarios-corruptos que se roban esa ayuda, pues tan sencillo como
aplicarles -ahora si y de inmediato- todo el rigor de la ley para que vayan a
parar en la cárcel.
Porque como
se ven las cosas hasta ahora, a un mes de distancia de que el huracán Grace
pasó por el estado de Veracruz, no hay para cuando, si es que algún día llega,
la ayuda para reponer los muebles y viviendas que resultaron dañadas.
Para no ir
muy lejos, aquí en la capital del estado de Veracruz, las autoridades
municipales que encabeza unos días más Peter Hipólito Rodríguez Herrero, todavía
están en el proceso de “llamar a cuentas” a la empresa constructora de una
sección en el fraccionamiento Lucas Martín, en donde se desgajó un cerro y está
el peligro de que se vengan abajo varias casas, sin que se hayan tomado
acciones para remediarlo.
Cuando que a
los primeros que deberían de llamar a cuentas, es a los funcionarios
municipales que les otorgaron los permisos para construir en terrenos que
obviamente son un peligro, aunque les hayan prometido quien sabe qué y no les
hayan cumplido.
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