Por
Rafael Arias Hernández
Faltan 214 días para el final. De mal
en peor economía, empleo, bienestar y seguridad; y por si fuera poco, se
incrementan ineficiencia, corrupción, deuda pública e impunidad gubernamental.
En
gobiernos presentes, ya hay responsables y delincuentes, no solo distractores y
entretenimientos del pasado. Siguen funcionando licuadoras, aspiradoras y
extractoras de recursos públicos.
DEBATES
DE LÁGRIMAS Y RISAS.
La
costosa propaganda oficial. Las simulaciones y ocurrencias. Los insultos y el
lodazal partidista; los discursos y promesas de candidatos, el diálogo y los
debates de todo tipo, no son suficientes. Imparables inconformidad y protesta ganan
terreno pues lo fundamental no se atiende, ni se entiende.
Es
más, en el debate de la vida diaria, el sentir popular expresa y hace sentir, que
la elección no es la solución, apenas su comienzo.
Ante
el entretenido y costoso ambiente circense electoral, de enajenación y manipulación múltiples, sobresale y prevalece la cuestión central, de cómo concretar atención y ocupación gubernamental,
al inocultable malestar y resentimiento social, que con toda razón crecen y se
fortalecen en todas partes.
¿Hasta
cuándo se atenderán bien y oportunamente,
necesidades y prioridades
impostergables? ¿Cómo detener y erradicar debacles y desastres en inseguridad; al combatir y reducir en serio
la pobreza y el hambre; y al reactivar y
fortalecer la economía y el bienestar social?
Hartazgo
racional y emocional, más que justificado ante tantas limitaciones y
sacrificios en aumento.
¿Se
concretará la intención de evitar que
continúe más de lo mismo y de los mismos?, para facilitar cambio y
alternancia, castigando y suspendiendo apoyo político y respaldo en votación, a partidos
y gobiernos, del PRIVERDE en el país y del PANRD en Veracruz.
O
por el contrario. ¿Seguirán impunidad, delincuencia e incapacidad
gubernamental? ¿Prevalecerá la justicia a modo, para encubrir, favorecer y
aprovecharse de unos; o para exhibir y perjudicar a otros? Porque también
es indudable, que los intereses
afectados no cederán el poder tan fácilmente.
Para
empezar, hay demasiados cargos sujetos a elección, lo que motiva y facilita el
voto diferenciado y, además, la incontrolable operación del hampa electoral,
que intensifica e incrementa su
presencia y acciones. ¿Delincuencia electoral promovida y tolerada a
conveniencia?
Hay
que reclamar y alertar. No quitar el dedo del renglón. Ineficiencia, corrupción
e impunidad gubernamental constituyen ya, una indudable prioridad pública, que
irrita e incrementa el malestar social. Simplemente es inaceptable que lo
fundamental no se atienda; y que el remedio se convierta, en parte de la
enfermedad.
INDIVIDUO
Y SOCIEDAD. ORIGEN Y DESTINO
En
todo caso, lo fundamental se hace presente en el origen y destino, en la
esencia y operación, de la representación y el poder público. Imposible atender
necesidades y resolver problemas sociales, sin buenos gobiernos e instituciones
eficientes.
Sobre
todo, hay que insistir por lo claro y evidente, que no es posible avanzar sin
participación y evaluación ciudadana y social. No es suficiente solo elegir al
gobierno, si no se ejerce el derecho de evaluarlo y controlarlo, para reafirmar
o revocar el mandato popular. La credibilidad y confianza otorgadas a través de
la elección, se ha convertido en cheque en blanco; en indiferencia o permiso
para que los gobernantes hagan lo que se les dé la gana, hasta ocasionar
pérdidas, limitaciones y sacrificios a la población. No es obligatorio soportar
ineptos y corruptos. Gobernar al gobierno es esencial en cualquier Democracia.
Preciso
recordar y tener siempre presente el principio constitucional:” la soberanía
nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público
dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en
todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su
gobierno…”
Consecuentemente,
es inaplazable ejercer, no solo el derecho de elegir y de ser electo; sino
también, al mismo tiempo, el de quitar el apoyo y hasta denunciar, destituir y
sancionar a los malos o pésimos gobernantes y servidores públicos en general.
En ningún
momento se está obligado a sostener y soportar malos y peores gobiernos.
Elección y revocación,
votación y remoción son, entre otros,
derechos que se abren paso en las incipientes democracias como la
nuestra. Otorgar mandato y representación,
debe ser tan común, como revocarlo y despedir a electos o nombrados. Presente,
la conocida sentencia y aspiración popular de que: “no hay mal que dure seis o
tres años, ni pueblo que lo aguante”.
En fin, impostergable
combatir y erradicar ineficiencia y
delincuencia. Urgen gobiernos capaces y previsores, no sólo simples
administradores de la rutina burocrática o de la urgencia de lo inmediato. Costoso
e injusto mantener servidores públicos, que no sirven, en espera de respuestas
y soluciones que no llegan.
El derecho a elegir y a
ser electo, así como el de evaluar para respaldar o revocar, se fundamentan con
el de informarse todo el tiempo, para participar activamente, asegurar logros y
corregir errores o fracasos.
No a la
adulación y servilismo. No a la negación por principio. Ni exagerar, subestimar o sobre valorar. Asegurar el
acceso a la información y fortalecer la
participación. Al
gobierno hay que gobernarlo.
Apoyar y facilitar
participación y evaluación social; insistir, que todo servidor público
está obligado a respetarla, fomentarla y protegerla. Empezando por garantizar información
actualizada y confiable, accesible y disponible de las actividades
gubernamentales.
En el
caso de la opacidad dominante en Veracruz. Obligado insistir. ¿De qué tamaño es
el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto
asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los
miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de
la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o
autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál
es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a
funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios
especiales?
Inútil
y costoso pretender imponer verdades o mentiras oficiales. Absurdo defender y
presumir lo que no se informa y no se sabe.
-Academico.IIESESUV@RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
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