Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Creo que nadie le puede negar a Miguel Ángel Yunes Linares el reconocimiento de ser un gobernador muy trabajador. Un día está en un municipio del norte inaugurando una escuela, al día siguiente visita la zona centro para inaugurar una carretera y al otro día se apersona en el sur para seguir con su proselitismo.
Y es que cada obra o inauguración tienen como única finalidad posicionar a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez en las preferencias electorales rumbo a la gubernatura de Veracruz.
En ese sentido, el gobernador hace lo suyo pero no es suficiente porque es uno de los gobernantes más impopulares y con menos credibilidad del país.
Si aparte de trabajador fuera reconocido por haber sacado a Veracruz de la crisis económica, por generar más empleos y sobre todo, por bajar los índices de inseguridad y violencia, entonces quizá sí creeríamos en la encuesta de Votia que dice que Miguel Ángel Yunes Márquez tiene el 47.7% de las preferencias electorales; Cuitláhuac García el 36.4%; José Yunes Zorrilla el 14.8% y Miriam González Sheridan el 1.1%.
¿De dónde salió tan carismático y popular el joven junior?
Si en verdad fuera cierto que Yunes Márquez le lleva 32.9% de ventaja a José Yunes Zorrilla, tiene rato que Pepe se hubiera regresado a su curul en el Senado.
Una ventaja de ese tamaño no es creíble por la simple y sencilla razón de que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, principal promotor e impulsor de su hijo, tiene a Veracruz en terapia intensiva no sólo por la violencia que se ha recrudecido como nunca en su administración, sino por la saña con que se cometen los crímenes.
El asesinato cruento e inhumano de una joven embarazada de nueve meses, a quien los criminales le abrieron el vientre para sacarle de las entrañas al hijo que esperaba, es una muestra irrefutable de que somos una sociedad enferma que ya rebasó todos los límites.
Que nadie venga a decir entonces que Yunes Márquez lleva una ventaja de ese tamaño cuando su padre no sólo no ha podido con la inseguridad, sino que hasta los presos se le salen del huacal, como sucedió con el motín en el penal de La Toma donde hubo seis policías y dos internos muertos.
Que nadie diga que los números de Miguelito se deben al cambio que está logrando su progenitor en Veracruz porque eso es una falacia descomunal.
En una entrega anterior comenté que las obras de infraestructura realizadas en esta administración, se deben en gran medida a los recursos gestionados por el senador José Yunes Zorrilla.
¿Cambio? Cuál cambio si la inseguridad ha crecido en más de un 250% en relación al gobierno de Duarte.
¿Cambio? Cuál cambio si a mediados de enero hubo 16 homicidios en dos días y nueve de esos cuerpos fueron abandonados descuartizados en una colonia de Xalapa. Cuál cambio si esta semana van cinco crímenes y cuatro feminicidios en 48 horas.
¿Cómo creer entonces que el joven candidato ya se echó a la bolsa a casi cinco de cada diez votantes que al sufragar por él lo harán por más zozobra, inseguridad y violencia?
La verdad tengo mis dudas, muchísimas dudas sobre la diferencia tan abismal entre el primero y el tercer lugar porque se me hace un sospechoso despropósito.
No tengo elementos para decir que la encuesta de Votia esté cuchareada; lo que sí puedo asegurar es que está perpetrada. bernard