Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra

Ya una vez le preguntaron eso y contestó que el asunto
estaba en manos de las autoridades. Quizá
este fin de semana dé la misma respuesta con lo que saldrá más o menos airoso.
Pero Meade se irá a seguir recorriendo el país en
busca del voto y Yunes Zorrilla se quedará a hacer lo mismo en Veracruz.
Los cuestionamientos sobre la corrupción priista serán
recurrentes en la campaña del peroteño y no faltará el reportero que le
pregunte si una vez como gobernador, pugnará porque se extradite a la esposa de
Duarte, Karime Macías Tubilla, señalada por varios cómplices de su marido como
la jefa de la banda duartista.
Si bien es cierto que en este sexenio han caído en la
cárcel más ex gobernadores que en toda la historia del país, también lo es que
el gobierno federal ha hecho componendas con varios de estos rufianes y sus
familiares.
Una de las monedas que ofreció el gobierno a cambio de
la captura de Javier Duarte fue no tocarle ni un pelo a su esposa. Tan es así
que de Guatemala Karime voló a Colombia y de ahí a Inglaterra donde pasó una
abrigadora Navidad. Lejos, muy lejos de los fríos que se sienten por estos días
en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
El lujo con el que presuntamente vive en Londres más
su petición por escrito de que le devuelvan “sus pertenencias”, tiene iracundos
a ocho millones de veracruzanos que la quieren extraditada y en la cárcel.
El tema de Karime Macías pasará forzosamente por la
boca de los candidatos a la gubernatura opositores al PRI que prometerán cárcel
para la mujer. ¿Lo tocará José Yunes?
Tendrá que hacerlo.
Duarte y Pepe Yunes nunca se llevaron bien. Si en un principio
el peroteño lo sobrellevó, los yerros del ex gobernador hicieron que Pepe se
alejara de Javier y pintara su raya sobre las acciones de su gobierno.
Si no son enemigos es porque nunca fueron amigos. Pero
Pepe no le debe ni un vaso de agua a Javier Duarte, jamás entabló compromisos
con él y en más de una ocasión lo fustigó y cuestionó acremente; por lo que
tiene autoridad moral para exigir que se investiguen y castiguen sus desfalcos
lo mismo que los de su esposa.
El PRI por su parte, junto con el sistema al que
pertenece, saben que tendrán que ofrendar la cabeza de Karime Macías como aporte
a su candidato José Yunes Zorrilla.
Si Karime es extraditada en los meses anteriores a las
elecciones, las posibilidades de que Pepe llegue a la gubernatura se
multiplicarán. De otra manera, la cuesta que tendrá que subir será muy pesada.
Y es que si Javier Duarte influyó de manera negativa
para el PRI en las elecciones municipales del año anterior, su esposa puede
influir de manera positiva una vez que arribe a la Ciudad de México y la
instalen en algún penal.
Por elemental justicia, más que por el bien del PRI y
su candidato, Karime Macías debe volver a México y responder por el
multimillonario atraco cometido en Veracruz durante el tiempo en que su esposo fungió
como gobernador de la entidad.
Repito, por elemental justicia.