Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra

El primer crimen se cometió frente al Congreso local y
la Magistratura. Es decir, frente a la representación de los poderes Legislativo
y Judicial; a plena luz del día (a las 13:30 horas) y frente a decenas de aterrorizados
xalapeños que en ese momento entraban y salían del centro comercial Plaza
Crystal.
Por la noche al filo de las 22:00 horas, nueve cuerpos
desmembrados fueron dejados en el interior de una camioneta en el
fraccionamiento El Tejar. Los cadáveres tenían una cartulina con amenazas a
elementos de la Secretaría de Seguridad Pública.
Sobre este hecho el Gobernador indicó que los nueve
desmembrados “no eran personas de bien” pues pertenecían a una banda de
delincuentes conocida como “Los Tigrillos” o “Los Tiliches” dedicada al
secuestro, y cuyo líder es Marcos “N”.
Agregó que el ejecutado de la mañana también era miembro
de esa banda y esos crímenes son resultado del enfrentamiento entre delincuentes
que se disputan la plaza en territorio veracruzano.
Con las declaraciones del señor Yunes Linares, se
cerró en menos de 24 horas el caso de estos diez asesinados y desmembrados.
Pero lo que sigue abierto como herida gangrenada es el capítulo de la violencia
que crece incontenible en la entidad.
Aparte de los diez mencionados, este fin de semana
fueron decapitados cuatro hombres en Sayula de Alemán y sus cabezas fueron
expuestas sobre el cofre de un auto. Y en Olutla fueron ejecutadas dos
personas. Es decir, entre viernes y sábado hubo 16 crímenes violentos.
Veracruz tiene prácticamente a todas las policías
nacionales en su territorio, aparte de soldados, marinos y policías estatales.
Entonces ¿a qué se debe que se haya disparado la violencia y prácticamente no
se pueda controlar? ¿A qué se debe que a dos kilómetros de Palacio de Gobierno
y la Secretaría de Seguridad Pública unos delincuentes dejen nueve cadáveres cercenados?
¿Hay en efecto un plan para combatir a la
delincuencia? Si lo hay los delincuentes se lo saben de memoria porque siguen
atacando impunemente.
Los fines de semana se han convertido en una pesadilla
para los veracruzanos pues es cuando más se dispara la violencia. Pero sobre
todo, cada vez que el Gobernador abre la boca para decir que acabará con ella.
Yunes Linares anunció que reforzará la vigilancia en
Xalapa y en la desangrada zona sur, pero ¿servirá la medida? Hace unos meses,
cuando se enviaron más elementos a Coatzacoalcos la violencia se recrudeció
como nunca.
¿Qué hacer entonces? Debe haber otras alternativas que
evidentemente no se pondrán en marcha en lo que resta de este gobierno.
Y es que a pesar de sus reuniones de los domingos con
el Grupo Coordinación Veracruz y sus conferencias de prensa donde nos da a
conocer los avances contra el crimen, el Gobernador ya anda en otros rollos y
una de sus prioridades es ver ganar a su hijo mayor la gubernatura.
Por otra parte, este martes Andrés Manuel López
Obrador regresa Veracruz que se ha convertido en el lugar de sus éxitos y
seguramente habrá pleito de lavadero entre el mandatario estatal y el
tabasqueño.
Y en medio de todo ese margallate, a Veracruz y los
veracruzanos que se los siga llevando el diablo.